miércoles, 27 de mayo de 2009

Pedro explota

Pedro está harto y responde a los ataques de Boyero en su blog:

http://www.pedroalmodovar.es/PAB_ES_11_T.asp

No creo que Boyero merezca tanto esfuerzo, Pedro, tú estás muy por encima de todo eso, pero sabiendo cómo te afectan los juicios de los demás (1) -algo que ningún gay acaba de superar, por muy transgresor que haya sido-, te entiendo, te apoyo y suscribo todo lo que dices.

Boyero es un pésimo escritor y visionador de películas, tiene ademanes de gángster, una pluma horrorosa (a pesar del estampado) y un tono cuando habla que da grima. Sus "no me dice nada", "la película no me transmite", "me deja frío" con los que apuntilla sus críticas en el programa semanal del + dan pena. Como pena dan sus colaboradores (Lindo, Zabala, Roncagliolo... hay que tener estómago). Por no hablar de su labor en El País. Y conste que estoy superafavor de las críticas subjetivas, pero con AAAAARTE.



(1) Te afectan los juicios, te gustan los premios y te toca el hornito que tus películas bajen de recaudación por culpa de las críticas, como a todo hijo de vecino.

martes, 26 de mayo de 2009

Sophie ha vuelto

Hace tres meses que dio a luz a su segundo hijo...

Las ballenas de Sol

No me disgustan, pero tampoco estoy seguro de que me gusten las ballenas de Sol. Antes que Esperanza, ya pensé en la pirámide de Louvre, aunque no haya estado nunca en París ni me haya bajado de un avión con falda y calcetines.







La Puerta del Sol tiene algo de paseo marítimo, quizá sea ese punto hortera del comercio y los chicos esperando bronceados, mirando al infinito. Es de los pocos sitios de Madrid donde puedes ir en chanclas sin desentonar. A mí me gusta porque está el kilómetro 0. Si por mí fuera, viviría en Times Square. Al tercer sexo siempre le gustó habitar en el centro físico y el extrarradio moral de las ciudades.

Los beocios madrileños ya han empezado a criticar las cúpulas del arquitecto Antonio Fernández Alba, Aguirre la primera, aunque no en público. A estos paraboloides hiperbólicos, que en principio iban a ser mucho más grandes, se les ha empezado a llamar las “cochinillas” (especie de mariquitas), aunque a mí me gustaría que las llamaran las ballenas, por aquello del cuento de Pinocho, que me encantaba de pequeño cuando se lo tragaba la ballena. En fin, que sólo falta un mes para estrenarlas.


sábado, 23 de mayo de 2009

Primera semana

Si cambias el robot por un extraterrestre compuesto por amoniaco y balleta ecológica, este vídeo resume perfectamente la primera semana en mi nueva casa...

miércoles, 6 de mayo de 2009

El chiste

Fue el invierno de la gran crisis. Siempre supo que por su trabajo nunca saldría de azotes y galeras. Con todo, no se había preparado para ella. Cuando tuvo que explicar a sus amigos que estaba a la cuarta pregunta, nadie se sorprendió, más bien al contrario, lo esperaban. Le dolió en el fondo tener que dar la razón a todos, pero el dolor no fue la única concesión. Con acreedores, la vida no parecía tan divertida, por lo que se refugió en artículos hipócritas y dejó de escribir autoficción. Mientras, aprendía a vivir en precario y a pechar con su clase. Se sentía un personaje de Chéjov. Se dio de baja de la televisión digital y descubrió lo triste que eran los canales que veía todo el mundo. Canceló una de sus líneas de teléfono. Volvió sin melindres a los restaurantes de 30 euros. Dejó de comprar ropa, sólo algún disco o alguna película, si estaban de oferta (un pack de Douglas Sirk que pidió por Internet). Canceló viajes y cambió el gintónic por la cerveza. “Pasé muchos años yéndome a dormir tarde”. Así debería empezar En busca del tiempo perdido.

Sólo había una cosa que no entendía: por qué se había puesto de moda despreciar al nuevo rico. Eran dos adjetivos que por separado le encantaban y que juntos siempre le habían divertido: como unir jacuzzi y tacones, oro y estampados, champán y zumo de naranja.

Ahora es primavera. Lleva dos semanas haciendo buen tiempo, aunque en su casa continúa el frío. Abre la ventana y respira confiado. Quizá no sea más que una tregua, pero está empezando a ver la triste gracia del chiste: “no eres más que un maricón en crisis”.

viernes, 1 de mayo de 2009

Plagio, carnaza y mucho esparadrapo III

“Siempre he defendido que la literatura buena es un plagio” (Joseph Pla)

“El plagio es necesario. El progreso lo implica. El plagio circunda la frase de un autor, se sirve de sus expresiones, borra una idea falsa, la sustituye por una idea justo” (Conde de Lautréamont)

Hace poco prometí una entrada de plagios, para celebrar el “homenaje” inconfeso de Pedro a Dorothy Parker en La flor de mi secreto.

Dice Pere Gimferrer que el plagio de argumentos es aún relativamente importante, pero que el plagio de los detalles literales, de los datos, de las expresiones, resulta más turbador, y acaba sentenciando que la mala literatura es simplemente un plagio inhábil, un plagio no logrado. No estoy muy de acuerdo, pero tampoco voy a entrar al trapo. Yo estoy a favor de los plagios, siempre que se citen las fuentes. Pacto de honor manda.

Hay muchos más casos de plagio de lo que pensamos. Y el plagio se perdona en este país. Aparte del caso flagrante de Ana Rose y de la “traición” de su cuñado que se apropió de Ángeles Mastretta y Danielle Steel, hay otros:

- Lucía Echebarría está acusada de plagio en sus poemas. Lo levantó Interviú. Ella llevó a la revista a juicio y lo perdió. La acusación de plagio es tan traumática como una violación, llegó a decir, utilizado a las pobres violadas para exculparse.

- Camilo José Cela se plagió a sí mismo en el discurso del mismo congreso. La respuesta de Cela: Como nadie atiende, hay que repetir. También acusaron a su novela Cruz de San Andrés de plagio, que no absolvieron hasta después de su muerte.

- Quim Monzó se dedica a plagiar en sus artículos del Magazine dominical de La Vanguardia artículos aparecidos en publicaciones internacionales.

- Javier Marías acusa a De Prada de plagiarle en su novela La tempestad.

- Héroes del silencio plagian en sus letras a Benedetti, Sánchez Dragó y Miguel Hernández

En fin, no voy a entrar en los plagios musicales porque si no, no acabamos.

Y sin tratarse de plagio, pero volviendo a Pedro, dicen, cuentan, se comenta que el personaje de Ernesto Martel está inspirado en Hervé Hachuel, el marido millonario en los 80 de Cristina Sánchez Pascual, la prota de Entre tinieblas.

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...