martes, 26 de marzo de 2013

jueves, 21 de marzo de 2013

Pequeñita e ingenua

Las ventajas de ser un inadaptado

O el chollo de no ser popular, que sería la traducción literal y, en este caso, más acertada, porque más que inadaptados estos chicos son unas modernas de tomo y lomo.



La película, y perdón por el retraso en la recomendación, me encantó, qué le voy a hacer, soy un fanático de las coming-of-age movies. Además de que salen el actor de "Percy Jackson y el ladrón del rayo" y la divina Emma Watson. Sólo tiene un fallo y es que no se entiende que unas modernas que escuchan a Pavement, The Smiths o New Order tarden un año en detectar la canción Heroes de Bowie. Pero bueno, en realidad yo no quería hablar de la película sino de algo que se ha vuelto a poner de moda: las mixtapes o, como aquí se les decía, "te he grabado una cinta". Una cinta se grababa por amor, amistad, sexo, lo que uno viera. Luego pasaron a grabarse en CD que, aunque más sólidos y con mejor sonido, eran tan baratos que la gente no les daba ningún valor. Lo último fué el individualismo de las listas de reproducción en el ipod, pero como Steve Jobs era tan cicatero, nunca se compartieron. Ahora, gracias a San Youtube, vuelven a poder compartirse, así que de ahora en adelante subiré algunas listas de vez en cuando.

jueves, 14 de marzo de 2013

Marifé

Ese homenaje que España le debe a una de las grandes. Aquí os dejo una de mis favoritas, atención a la letra y al cambio de vestuario:

martes, 12 de marzo de 2013

It's De la iglesia, bitch

Bueno, me encanta el título en inglés de la nueva de Álex de la Iglesia: Witching and bitching!!! A rey muerto, rey puesto.

lunes, 11 de marzo de 2013

Lo irrisible

En su artículo sobre las claves de la comedia en Babelia, Pedro la define como el género donde predomina el humor. Si aceptamos que el humor en el hombre es una evolución del rictus que aparece en los labios de los primates cuando estos se enfrentan a un hecho absurdo o incomprensible, puedo decir que Los amantes pasajeros me ha hecho mucha gracia. Porque no doy. Durante la película me acordaba todo el rato de la madre de Joaquín “El portugués”, que va al programa de Andrea Caracortada en Kika, un poco nerviosa: “Yo soy su madre y creo que mi hijo no lo ha hecho” “Le advierto que lo tengo grabado” “Pues no lo creo” “Pues su nuera, que está en el cementerio, no opina lo mismo”.


Yo creo sinceramente que Pedro no ha hecho esta película.

Está claro que todos nos reímos de cosas diferentes. Las mujeres suelen decir que buscan un hombre que las haga reír, cosa que nunca he entendido. Servidora se ríe mucho con Big Bang y nada con José Mota y, desde luego, siempre se había reído con Pedro. Hasta ahora.

Por primera vez en muchos años, entré en la película como Lola Dueñas, virgen a los cuarenta, y no porque los hombres se asusten cuando notan lo sensitiva que soy, que también, sino porque había conseguido evitar la campaña de promoción de Pedro, salvo el susodicho artículo del Babelia, donde el mamarracho se atreve a citar a Leisen, Hawks, Wilder, Sturges, Lubitsch, Lombard, Grant, Hepburn y Marilyn para hablar del ritmo en su película (y eso, Pedro, no te lo perdono).

¿Y qué me encontré? Los amantes pasajeros empieza con una escena que parece un gag de los Morancos, sigue con otra muy larga que parece una cámara oculta en la barra del Black&White y termina con otra que parece el final de un capítulo de “Vacaciones en el mar”. ¿Me remonto? Casi mejor no. Porque el problema de la película no es que haya chistes de pollas, como dice Boyero, es que son malos chistes de pollas. De los tres azafatos me sobra uno y todavía no sé cuál es. Muy original lo de la clase turista dormida, pero que se vea cómo los duermes, maricón. Y de los dos clímax, no sé cuál es más sonrojante, el del numerito musical o el de la escena de sexo. Con las grandes escenas de sexo y de música que tiene Pedro. ¿Una reivindicación de la pluma? Si Fabio levantara la cabeza del rosario.

Hubo algunos que salieron escandalizados en plan el fin de una era. Yo todavía sigo in denial. Paso de la indignación al perdón (ha perdido el pulso de la calle, la fotofobia le ha afectado al cerebro, es un caso más del traje nuevo del emperador) en cuestión de minutos. No sé qué pensar. Estoy más aturdido que los personajes de Paz Vega y Laia Martín juntas. Ni siquiera me han animado los buenos resultados en taquilla. Pedro, ¿por qué nos has abandonado?

viernes, 8 de marzo de 2013

Los amantes pasajeros



Estábamos esperando a que empezara la película en el preestreno de los cines Ideal cuando me pareció oír la voz de Pedro en un micrófono al tiempo que apareció en la sala seguido de una docena de los actores de la película. Viva Madrid. Después de presentar a todo el plantel (donde se citaron la confusión sexual, la bella Cataluña y Cristina Tárrega), Pedro nos pidió que dejáramos los twitter el fin de semana y que no comentáramos nada, así que hasta el lunes no puedo opinar nada de la película. Sólo diré que el artículo de Boyero en el País me ha parecido un hate crime, lleno de gay panic y bad education.

viernes, 1 de marzo de 2013

Black Mirror: ¿distopía o realidad?

¡Oh qué maravilla!
¡Cuántas criaturas bellas hay aquí!
¡Cuán bella es la humanidad!
¡Oh mundo feliz, en el que vive gente así!

William Shakespeare, La tempestad, acto V.

Vivimos en un mundo extraño. Estás anticuado. Tengo un smartphone, luego existo. Cualquier cosa es arte. Tengo centenares de amigos. ¿No lo has visto? Necesito estar conectado en todo momento. Voy a subir esta foto. Soy un fraude. Internet es la nueva democracia. Es sólo software. A veces pienso que tengo Asperger. Todos tenemos talento, sólo hay que trabajar. Demasiadas pocas cosas pasan.

Siempre he sido fan del fantástico británico. Desde que era pequeño y me enganché a “Into the labyrinth”, aquella serie mítica que emitía TVE, pasando por “Red Dwarf”, hasta las recientes “Misfits” o “Being Human”.

Pero si hay algo en lo que los británicos son maestros es en las distopías. Ahí está la santísima trinidad literaria: Un mundo feliz, 1984 y La naranja mecánica. Pueden encontrarse rastros de las tres en algunos de los capítulos de la nueva serie inglesa del momento: Black Mirror (s02-e01, s01-e02, s02-e02, respectivamente). Los americanos no son tan buenos en la ficción distópica (quizás sólo Ray Bradbury), en mi opinión porque Norteamérica vista desde Europa es en sí misma una distopía, una especie de versión beta de nuestro futuro, y ellos, en el fondo, lo saben.

Black Mirror, no hay que ser más listo que tu teléfono para deducirlo, es la distopía del i-phone. El espejo negro que se rompe en los títulos de crédito es el gran activo de Apple: no sólo por lo que cuesta cambiar la pantalla o contratar un seguro contra rotura, sino por la metáfora del espejo roto por la vanidad de la madrastra, que no es otra cosa que la del individualismo narcisista que fomentan las redes sociales. Y su reverso oscuro: el tecno-pánico contra facebook, twitter, cámaras de vídeo, bases de datos personales y todo lo que se nos viene encima. No sé si la obra póstuma de Steve Jobs era ayudarnos a tomar conciencia de nuestra obsolescencia programada, es decir, la muerte a.i. (antes del i-phone), sólo que, después de ver la serie, la vida d.i. se está convirtiendo en un rizoma indescifrable.

Mi pregunta es (y si cambias el día de la semana notarás que no hay cinismo en mis palabras): ¿qué hay de malo en un largo domingo, tirado en el sofá, con el teléfono, la tele y el ordenador apagados, y un libro aburrido que te haga pensar en tu soledad?

No sabéis lo difícil que es hablar de Black Mirror sin caer en el spoiler. Sólo diré que, salvo un par de capítulos flojos (s01-e02, s02-e03), a mí me parece, parafraseando el espectacular final de s01-e01, la primera obra maestra del siglo XXI en lo que a televisión se refiere.

Corolario: hace tiempo que vengo oyendo a la gente quejarse de que está harta de dramas y sólo quiere comedias, la gente con problemas se considera gente tóxica, se huye de ellos como si fueran zombies, los gays vuelven a estar de moda porque son gente alegre… es como un remake malo de Un mundo feliz. Cuidadito, Pedro Almodóvar: cuando crece la demanda de algo, sube su precio pero baja su calidad.

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...