viernes, 25 de octubre de 2013

Entre l'ennui et l'horreur

Hoy me levanto con la noticia de la filtración del disco de Arcade Fire y decido que ese va a ser mi disfraz para Halloween: de filtración de disco de Arcade Fire.

Por cierto, que Reflektor tiene una letra muy Sociofobia (muy anti-redes sociales, pro-Snowden, con mucho amor y narcisismo de por medio). Me encanta cuando dicen entre la nuit, la nuit et l’aurore”, porque yo oía “entre l’ennui, l’ennui et l’horreur”, pero luego leo en Internet que puede que sea buscado y ya no me hace tanta gracia.

Todavía no he decidido si el disfraz será rollo Orfeo Negro, la película que han utilizado para uno de sus lyrics videos (el disco por lo visto es un homenaje al mito de Orfeo y Eurídice, véase la portada, con la estatua de Rodin) o rollo la actuación de Here comes the night time en la NBC.

Otros disfraces que he pensado: del malo subnormalico de Superman 2 (quién me iba a decir a mi de chico que se iba a convertir en un sexsymbol mundial 30 años más tarde), de la prota de Girls, de Coque Malla, de Jodie Foster en Taxi Driver, de Manolo Escobar o de la decadencia de Madrid.

Llevo todo el mes leyendo réplicas al torticero artículo de El País sobre la debacle de la capital, cuando en realidad es muy poco Madrid rebotarse por ese tipo de comentarios, pudiendo hablar de la hernia de Bale (otro gran disfraz) o del proyecto de las nuevas pantallas de Callao. Mi relación con esta ciudad se resume en lo siguiente: que Madrid no me toque el moño, que yo no se lo tocaré a ella.

 

jueves, 24 de octubre de 2013

Sociofobia, de César Rendueles

Sin duda, el libro de este otoño en Madrid.


Empieza hablando de los holocaustos de la era victoriana y termina en el postscript con una cita de Richard Stallman: "Poner patentes a licencias sobre el software es como poner patentes sobre las recetas culinarias. Nadie podría comer a menos que pagara por la licencia de la receta".

Con la excusa de denunciar el ciberfetichismo (Internet como solución a todos nuestros problemas, en este caso políticos y de acción colectiva), este profesor de sociología de la Complutense desgrana el estado de la cuestión de la izquierda post-11M, el copyleft, el cyberactivismo, la ideología californiana, la incapacidad digital para el cuidado mutuo y, en definitiva, esa discybertopía blackmirroriana hacia la que vamos.

Utiliza esa amenidad que tan de moda se ha puesto en filosofía (de compararla con las series o los Simpson) para llenarlo de anécdotas de la economía de casino aplicada a las editoriales, la distribución sin ánimo de lucro del Nothern Soul, el aumento de los patent trolls o el juego del ultimátum aplicado al crowfounding.

Algunas son verdaderamente reaccionarias, como la de Psiphon, una herramienta de copyleft desarrollada para facilitar el acceso anónimo a Internet a países con censura virtual como China, utilizando servidores occidentales como puente. Luego todos chinos se dedicaron a ver porno y cotilleos de celebrities.

Amador Fernández-Savater, en un artículo muy interesante, señala la fascinación que sienten él y el autor (a los que me uno) por el pensamiento reaccionario.

Otras son divertidísimas, como el chiste del Papa, que va a un país africano y pregunta a uno de su séquito: "pero, ¿cómo están estos niños tan delgados?", y este responde "Santidad, es que no comen", y el Papa se agacha a uno de los niños y le dice en tono cariñoso "Hay que comer…"

Otras son tan políticamente incorrectas con el comunismo que Belén Gopegui le recriminó en la presentación de su libro.

A mí me ha ofendido un poco cuando habla de los actos perfectos de Aristóteles y desprestigia a los que nos podemos sentir plenamente felices comprando una camisa, o cuando llega a hablar de Ikea, Zara o HM como posibles avances de una versión socialista del consumo de masas. La izquierda siempre sin entender el mundo de la moda.

Por no hablar de cuando critica a las amas de casa anestesiadas con tranquilizantes de Mad Men. Tanto hablar de la dependencia y el cuidado mutuo (acaba de ser padre) y ahí patina de machismo, como si las amas de casa tuviéramos tiempo de anestesiarnos. Cariño, el sexismo NO es un subproducto del consumismo.

Pero bueno, en conjunto un libro super-recomendable que sacará de sus casillas a leninistas, negrinianos, hackers, anarquistas, posmodernos, profesores y haters de distinto pelaje.

miércoles, 16 de octubre de 2013

¿Babelia o La Otra Crónica?

En en este país, antes de Twitter, o eras del Babelia o eras de La Otra Crónica. O eras un progre con ganas de cultureo o eras un reaccionario con ganas de cachondeo. Ahora los primeros se han convertido en revolucionarios de la izquierda iPhone, mientras los segundos se han enganchado al TDT Party.

Aquí os dejo un par de noticias de la vieja escuela (la primera no es estrictamente del Babelia, pero seguro que antes de dos años sale una crítica de Marcos Ordóñez sobre una obra del Teatre Lliure basada en los secuestros virtuales, si no, al tiempo; la segunda es de mi adorada Sánchez-Silva, no sé por qué El Mundo le quita el guión):

Marionetas del miedo

La otra vida de Mario Biondo

lunes, 14 de octubre de 2013

La increíble mujer menguante

A propósito de “Cómo ser mujer” de Caitlin Moran 

* No sigas leyendo si no te has sentido alguna vez un poco mujer.

* Tampoco sigas leyendo si eres de esas mujeres que piensa que ya ha conquistado todos sus derechos. Que a estas alturas de nuevo siglo, si te sientes discriminada, sólo tienes que poner una denuncia en el juzgado de guardia más próximo. Lo único que falta por conquistar son los puestos de dirección en las grandes empresas. El resto de quejas es pura complacencia y victimismo. Curiosamente es lo que piensan también muchos hombres sobre las feministas.

* Deja de leer inmediatamente si crees que la mujer es adicta a la autocompasión. Precisamente, cuando Caitlin se compadece por tener que llevar tacones, hacerse la cera o tener que aparentar menos años de los que tiene, está haciendo comedia (como cuando Woody Allen se ríe de los judíos), algo tradicionalmente vetado a la mujer.

* No pases del prólogo si cree que el feminismo es algo académico y no tiene nada que ver con el Hola, Sexo en Nueva York o la princesa Letizia.

* Tira el libro a la hoguera si no crees que el aborto es sagrado.



Hasta aquí el libro de la Caitlin. Yo iría más allá y hablaría de una “cultura mujer”, de la misma forma que hay una cultura gay, skate o negra. Aunque le duela a la Caitlin, deprimirte porque no te entran unos pantalones es algo muy mujer, como lo es fantasear con historias sentimentales con nuevos compañeros de trabajo o ver a Miley Cyrus un poco guarrilla. No pasa nada, no todas las culturas tienen que ser 100% positivas. Los gays son todos promiscuos y obsesionados con el culto al cuerpo. Sinceramente, no creo que un libro como este cree conciencias sobre el depilado de las ingles de la mujer. Desgraciadamente para ellas, tiene mucho más peso lo que opine una vieja anoréxica como Karl Lagerfeld que cincuenta Caitlins. Tampoco creo que vaya a hacer mucho por la mujer en los países en desarrollo. Su trauma porque no le gustan los bolsos de 600€ podría resultarles ofensivo. Pero aunque sólo sea por morir en el intento de reivindicar para la calle las palabras "feminista recalcitrante" a estas alturas de los estudios queer, creo que vale la pena. Eso sí, la traducción no me pareció tan buena como glosan las críticas y tampoco me parece un libro para editarse en Anagrama, allá Jorge Herralde. Debería ser un libro barato de portada chillona para leer en el metro. Ni siquiera le pega el triste marco de un e-book.


viernes, 11 de octubre de 2013

Tatuajes

El otro día en el gimnasio, absorto en la filigrana del tatuaje de uno de mis compañeros de pesas, me vino a la mente aquella gran frase de Rita Hayworth: “They go to bed with Gilda, they wake up with me”. A mí me pasa justo al revés: se acuestan conmigo y se despiertan con Gilda. Otros pensamientos que me embargan mientras salto de tatuaje en tatuaje, digo, de máquina en máquina:

• Leer un libro sobre David Foster Wallace sin haber leído nada de Wallace es muy Wallace.

• A veces pienso que me pasa como a Marilyn, que “my looks are against me”.

• Ni pa ti ni pa mí, un 69.

• Hoy me he levantado echando de menos la puntuación de Haro-Teclen.

• Qué pesada la Chenda con los wasaps.

• Me ha costado mucho aprender a leer en diagonal la prensa como para aprender a leerla en hexagonal en Internet.

• ¿Y las gafas de Google? Sí que tardan. ¿Cómo sería ese tatuaje visto con ellas? ¿Te explicarán la etimología del símbolo o los motivos por los que se lo ha hecho?

• Eso no es un novio, eso es un tumor.

• En esta máquina me siento como los gordos de Wall-E.

• You have bewitched me body and soul.

• Lo más difícil para un actor orgánico debe ser interpretar a alguien inteligente.

• Las palabras que más odio son: no puedo permitírmelo.

• No podré respetar a nadie que no entienda la indulgencia consumista.

• Estoy exánime. Venga, hasta luego.


martes, 8 de octubre de 2013

Canciones con nombres de actores

Hay una tradición en la música indie de poner nombres de actores a las canciones, preferiblemente de secundarios, olvidados o malditos. Hay cientos really, pero estas son mis favoritas.

“Clint Eastwood” de Gorillaz. De las pocas que fueron single.


“Faye Dunnaway” de Casey Spooner. No es el primero en cantarle a Faye, ya lo hizo Edie Segwick. Os dejo una remezcla, porque el montaje es muy maricón.


“Clark Gable” de Postal Service. Estos son los que tienen más morro en la letra, con lo de “and I kissed you in a style clark gable would have admired”.


“Winona” de Matthew Sweet. Ella debe ser de las actrices más citadas en la música. Yo lo entiendo.


“Ernest Borgnine” de John Grant. La más deprimente, sobre el sida y la relación con su padre. Marty, la película de Borgnine parece Mary Poppins a su lado, y mira que era deprimente.


“Ralph Macchio” de Annie. El típico chicle que se te pega a las zapatillas en la pista de baile y luego sube, se enreda en los cordones y cuesta horrores quitar. Este mes me ha pasado dos veces.


“Klaus Kinski” de Luke Haines (ex The Auteurs y ex Black Box Recorder). Mi cantante del mes (del que además estoy leyendo Bad Vibes): “Klaus Kinski came back from the dead. To terrorize the ones who will left in the auditorium of the Deutschland Berlin Hall. Who needs people? Who need friends? They only drive you round the fucking bed. Only hope will kill you after all”.

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...