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The boys… empieza superalegre (supergay) con una fiesta en la que se reúnen un grupo de amigos para celebrar el cumpleaños de uno de ellos, gogó incluido, en ese Nueva York de los 70 que tanto reinvidica ahora Tom Ford en su estética. Sin embargo, conforme avanza la noche empiezan a echarse trapos sucios a la cara, a destapar sus miserias y todo acaba como el rosario de la Aurora. Para muestra un botón: Show me a happy homosexual and I'll show you a gay corpse (Homosexual alegre=gay muerto). Menos mal que era un encargo. Cruising ya la escribió él. La obra de teatro en la que se basa tiene buenas réplicas y el casting de la peli es idéntico al que la hizo famosa en el Off-Brodway, pero sinceramente creo que si se la hubieran dado a otro director, habría quedado más Tenesse y menos William. Buenísimo el cartel de “Hoy es el cumpleaños de Harold”, “Este es su regalo”. Y lo de “No es un musical”
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1 comentario:
Parece lógico. Siempre he pensado que la homofobia era un invento heterosexual, pero últimamente creo que más bien es algo creado por los homosexuales reprimidos. Pensar que algo debe prohibirse o considerarse pecado no es más que una forma encubierta de decir que a uno le gusta algo.
No me extraña que en la iglesia estén tan en contra del tema, con lo que tienen dentro...
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