En el canal de mi boca
vino un canario a beber,
por no mojarse su pico
se está muriendo de sed.
El hombre que a mí me quiera
ha de ser con condición
que si yo le doy la vida,
él me dé su corazón.
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Claro que luego he vuelto a leer a José Antonio Marina en "El rompecabezas de la sexualidad":
Si lo espero "todo" de una relación amorosa, no puedo perder el tiempo en una relación amorosa que no me dé "todo". Por mi confianza en el amor he de cambiar de amores. Al final, sólo queda un perplejo vacío y una pregunta amarga, ¿Y eso es todo?
Qué dicotomía tan primaveral. Oh, my... the suspense is killing me.
1 comentario:
Pero... ¿dónde está la frontera entre el conformismo y las expectativas inalcanzables?
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