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Antes habíamos estado viendo los Independent Spirit Awards, porque necesitábamos ver a Pe recibir un premio para subir la moral.
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Cuando por fin empezaron los Oscars, para mí, que llevo 22 años viendo la retransmisión, que se dice pronto, estaba siendo la mejor apertura de una ceremonia EVER. That’s what I call an entrance. Hugh Jackman, que desde ayer figura en mi olimpo de dioses (ya lo adoraba por Lobezno, pero lo de anoche fue una revelación), hizo un número musical spectacular-spectacular que habrá que andar mucho en los próximos años para superarlo, Anne Hathaway incluida. Y la entrada de cinco diosas (Eve Marie Saint, Angelica Houston, Whoopie Goldberg, Goldie Hown y Tilda Swinton) para presentar a las nominadas a mejor actriz de reparto no pudo ser más emocionante. De Penélope prefiero no decir nada, sólo que estuvo muy Penélope y por eso la adoro. Reese Witherspoon había llevado un vintage hace tres años, pero ¿quién se acuerda ya de Reese? A Pe el Pierre Balmain Haute Couture le sentaba hiper-Sabrina.
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Hubo otros momentos, como la aparición de Ben Stiller parodiando a Joaquin Phoenix en el programa de Letterman, que overseas no tuvo tanta gracia. James Franco haciendo de Superfumados, mejor. Carrie Bradwshow de Dior Couture. El tono mortuorio que imprimió la familia de Heath Ledger. Beyoncé que salió para bordar otro número a la limón con Hugh, homenaje a los musicales de todos los tiempos. Kate Winslet, más comedida que en los Globos, cuando recordó que de pequeña ensayaba el discurso de agradecimiento con una botella de champú (esta vez debió hacerlo con una de laca, Carlos dixit). La canción de Queen Latifah para el homenaje-obituario (¿imitando a Amaral en los Goya?) Adrian Brody presentando a uno de los nominados, diciendo “yo no soy muy fan de google” (cari, eso no es como no ser fan de facebook, es como decir que eres analfabeto). El discurso de Sean Penn, “Thank you. You commie, homo-loving sons-of-guns”, que el intérprete de Canal + resumió en un “Gracias, sois unas mariliendres insoportables” pero que en realidad sería más un “Gracias, panda de progres, que os encantan los gays”, fue todo un alegato a favor del matrimonio gay (los lazos blancos que llevaban algunos de los asistentes eran para la causa), algo que ya había hecho, con más emoción, el (¿ex?)mormón guionista de Harvey Milk. (Por lo visto, desde las limusinas se pudieron ver manifestaciones anti-matrimonio-gay). Y, al fin, la superpoblada y superpremiada Slumdog Millionaire. El éxito cantado de la globalización y los perros callejeros.
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Lo peor, aparte de los altibajos típicos de la ceremonia debidos a los premios menores, la retransmisión de Canal +. Àngels Barceló, Pepe Colubi y Juan Zavala no pudieron estar PEOR. Eché de menos a hasta Jaume Figueras, con lo cargante que es. Por no hablar de la fiesta en la sala Shoko de Muñoz de Mesa. Vergüenza ajena (Spanish shame, como dicen en inglés).
¿Dónde quedaron aquellas mesas redondas que organizaba Televisión Española como aquella con Rosa María Mateo, Vicente Molina-Foix, Carlos Saura, Javier Gurruchaga y Carmen Rico-Godoy?
1 comentario:
Hi P
Bonita síntesis, sorry 2 b late solo es que no soy muy fans de blogspot je ;-)
Bye bye P
Charlie
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