martes, 2 de junio de 2009

Naves misteriosas

Silent Running (Douglas Thrumbull, 1972)

Película escrita por Michael Cimino (el director de La puerta del cielo, que cambió de sexo y ahora vive en París dedicado a la literatura) y dirigida en sólo 32 días por un director novel, que se ha convertido en uno de los filmes de culto de la ciencia ficción.



Es la primera película de la que recuerdo haber escrito una crítica. Debía tener 9 ó 10 años cuando la pasaron en el colegio y nos hicieron escribir una redacción. Me ha sorprendido ver en Internet que en EE.UU. se utilizaba en los colegios como parte de la educación medioambiental. ¡Qué profesores tan modernos había en Barcelona en la transición! No es una película fácil para un niño. El argumento trata de un tripulante de una nave con cúpulas forestales que mata a sus compañeros cuando le dan instrucciones de explotar las cúpulas y volver a la Tierra. Recuerdo que me traumatizó la elección moral entre la vida de tres personas o la destrucción definitiva del medioambiente.

A día de hoy es una clara inspiración de Wall-E. Aparte del mensaje ecológico y las cúpulas con los bosques, los robots que salen, los “drones”, llamados como los sobrinos del Pato Donald (el traductor de la versión española no se enteró y los llama en inglés, aunque hubiera sido gracioso que se llamaran Jorgito, Jaimito y Juanito) se parecen mucho a Wall-E. Por cierto, que fueron interpretados por personas mutiladas.



También me sorprendió lo bien utilizado que está el software en la película, cuando programa a los drones para que le operen la pierna o para que jueguen al póker, una de las escenas más tristes.

Y la banda sonora de Joan Baez, ideal para un domingo de resaca.

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