miércoles, 25 de marzo de 2009

Los abrazos rotos II

Volví a ver la película el sábado, en Callao, con mi hermano, Julia, Pakipedia (porque es muy redicha) y Adolfo. Les gustó mucho a todos.

Esta vez me creí más la historia de Mateo y Lena, pasé de las referencias cruzadas de Pedro y me emocionó mucho más. Me volvió a encantar la pareja del ciego y el lazarillo, el glamour europeo que destila la película, Lluís Homar y Jose Luís Gómez (que se me había olvidado que los había visto juntos en teatro en 'Play Strindberg'), las primeras frases: “si no es caniche, no es Goldie”.


Había pensado hacer una fiesta en casa “A ciegas: cuarto oscuro” después de la película, pero me entraron las mismas dudas que a Pedro con la escena del restaurante a oscuras y la cancelé. Dice que la incluirá en los extras de DVD. Yo no sé.


De hecho, Asier sale en los títulos de crédito de la película y no se le ve. Claro que también sale Carlos Berlanga por la portada de su disco Indicios que se ve en el cajón de las fotos. Con Pedro, nunca se sabe. Mejor que no te dé el subidón cuando te llama, porque entre que se decide o no se decide (que se lo cuenten al pobre de Noriega, que se cansó de hacer pruebas de travesti y luego para nada), si te corta o no te corta (como le pasó a la Machi en Volver que iba a hacer de hermana de Blanca y a medio rodaje cortó el papel de un plumazo)… te puede pasar como a Rubén, que ya tenía empantanada una mudanza y se tuvo que volver.


Esta se nota que ha sido una película muy complicada de montar. Y no sólo por los saltos temporales, que están mejor que nunca y le dan un aire de novela que creo que es lo que más me gusta de la historia. Creo que a Pedro le ha costado mucho dar con la toma buena de Penélope en cada escena, que está maravillosa, pero le cuesta. Lo de terminar aunque sea a ciegas es más que una metáfora. Está obsesionado con controlar el drama y mantener el tono en la comedia. Por lo visto el tema de los agudos ha provocado más de un viaje en AVE. No quiere agudos.

Puede que el tema de los cortes sea el responsable de algunos de los fallos de raccord argumental de la película como las fotografías rotas que recoge Judith en el bungalow de la pareja (¿quién las ha roto?). Ya tengo ganas de verla otra vez.

1 comentario:

La fugitiva dijo...

Yo también la volví a ver con mis padres y mis tíos... y se me hizo muy larga esta vez. Demasiado timbre, demasiada llamada de móvil. Eso sí, me gustó mucho el final, con el montaje bueno de Chicas y maletas. Aparte del tema de raccord con las fotos, que es lo peor, me pareció un poco gratuito su homenaje a Viaggio in Italia. Y no, no me convence Homar. Ni Tamar... La escena del desvanecimiento la hubiese cortado (¿Qué hace ahí Javi Giner, el de "El dedo en el corazón"? Creo que por eso no le gustó nada a Popy la peli...). Y sí, el montaje bien pero, ¿no es mucho mejor el de La mala educación o el de Hable con ella? En ésta, la inserción del lugar y la fecha (Madrid, 2008) sobra. Se hubiese entendido perfectamente sin ellas. Resumen: me gustó menos que la primera vez que vi Cara de culo. Y otra cosa, no me emocionó, salvo algunas partes con Penélope. Como ha dicho la crítica internacional, en las últimas películas de Pedro falta carne y hueso y sobra celuloide. Este hombre parece más un plusmarquista en busca de nuevo récord (más difícil todavía, señores) que un director que sigue haciendo cine con "pasión"...

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