Parejas abiertas V

Me ha costado normalizarlas, aunque al final supongo que acaberé diciendo como Blanche Dubois aquello de "Siempre he dependido de la amabilidad de las parejas abiertas".

Que sí, que it's all about boundaries, pero que el límite no sea el de los seis azotes al final de Cincuenta sombras de Gray (una extraña pareja abierta autoimplosiva, todo el rato contrato pa'rriba contrato pa'bajo), sino el que comenta el cura en el anuncio de condones de Mujeres... ¿Ni en mi marido siquiera? No, toma, toda precaución es poca.

Parejas abiertas IV

Mientras los heteros han sucumbido al adulterio en la red (dicen que la página "Amantes: salvando matrimonios desde siempre" ha multiplicado exponencialmente los cuernos heteronormativos), a los gays les encanta hablarlo. Sinceramente, pondría la mano en el fuego a que el germen de las parejas abiertas gay son dos de los grandes clichés del mariconismo: el cotilleo y el narcisismo (las ganas de presumir de amante, aunque sea con tu novio). En las antípodas está esta señora que dice "él es mi hombre y no lo quiero perder, y no me importa si tiene otra mujer, eso es cosa de él". La amo absolutamente.