sábado, 25 de diciembre de 2010

En navidad, nooooooooooo

No he encontrado la escena en español, que es mucho más divertida, pero bueno. Decir que hoy he tenido un despertar capilar muy parecido.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz Nochebuena...

Personaje del año

Señoras y señores, el personaje del año no es el creador de esa cosa llamada Facebook como anuncia la revista Time; tampoco el señor Assange de Wikileaks (aunque le haya puesto un nombre al invento que suena a pérdidas de orina y él tenga cara de que le encanta que le meen encima); ni Steve Jobs (Does Apple make good phones? ejemm); ni Guti, por mucho que se meta; ni Lady Gaga, por muchas vísceras que se vista; ni Justin Bieber, por mucho polvo que tenga… el personaje del año, sin duda, es Genoveva Casanova.

Genoboba (de genética bobina, excepto en cuestiones de medrazgo) se lo merece TODO por su exhibición en los Nobel: “Yo siempre había soñado con asistir a los Nobel". Yo también, cari, desde que vi pasearse a Paul (vazo) Newman por los pasillos del Gran Hotel de Estocolmo. Una vez incluso intenté teñirme como Elke Sommer, a ver si había suerte, pero lo único que quedó del intento son unas fotos en las que parezco Dennis Rodman, con Jose Ignacio a un lado antes de ponerse las tetas y Adolfo al otro antes de quitárselas. Aaaaay, cari, yo también he tenido novios con problemas sexuales como Luis Miguel, y no, con la nobleza no he tenido tu suerte, supongo que es una cuestión de color de piel. Pero lo tuyo con la alta literatura… eso son palabras mayores. Eso sí, a partir de ahora, diré como tú que mi escritor favorito es Ortega y Gasset y mi pintor favorito Velázquez, sobre todo cuando hacen esquina.

Su entrada en el aeropuerto de Estocolmo en silla de ruedas con las muletas por una caída de caballo rodando un spot ya valen un potosí. Tiene una cara que recuerda a Tippi Hedren en la segunda mitad de Los pájaros y una elegancia sólo comparable con la de Sigurney Weaber bajando del helicóptero con muletas y silla de ruedas también en Armas de mujer. Juro por Dios que he buscado la foto sin éxito por toda la red, pero de verdad, cuando vayáis a la peluquería esta semana para arreglaros el moño para las fiestas, buscad el Hola en cuestión, el de Nati con cara de rape en la portada, porque la foto es ESPECTACULAR.

De ahí en adelante, MasterCard. Arrastrando un equipaje valorado en 200.000 € que ni ella misma sabía en qué consistía, en su mayor parte abrigos de piel (más de 7, mi favorito el de zorro blanco y astracán de la gala) de algún peletero madrileño mamarracho y tacones de escándalo, hizo su entrada en el frío aire sueco para iniciar su peregrinaje de editorial en editorial, de cena en cena, de conferencia en conferencia, de gala en gala. Siempre con las muletas a cuestas, para no resbalar con el hielo, aclaran en la revista.

Muletas y tacones... no hay NADA que importe más… sobre todo cuando luego terminas bailando con tu novio y con tu suegro en la pista como si nada.





martes, 21 de diciembre de 2010

El día que murió Morente

Llevo algún tiempo teresiano, que vivo sin vivir en mí, y la muerte de Morente no es que me pillara por sorpresa, como a muchos, es que me pilló en orsay. Y mira que en Madrid ya se comentaba el domingo en los bares de la Latina lo que había pasado…

El lunes fue día de llamadas. Todo el mundo llamaba a sus amigos para darse algo tan raro como un pésame mutuo. Nosotros fuimos por la noche al Candela a tomar una copa, pero ni siquiera sonaba Morente.

Fue entonces cuando caí en la cuenta de que no había ido nunca a un concierto suyo. Lo vi de lejos con las Voces Búlgaras en la Plaza de la Catedral de Barcelona, quizás en alguno de los primeros Espárragos en Granada, ¿en el Zaidín?, allá por los noventa. Pero no recuerdo haberlo oído cantar sentado en la platea de un teatro.

Para mí Morente es el balcón abierto de mi habitación en la calle Aribau, con la silla de enea, los claveles rojos y mi mesa baja con los libros y los posavasos hindús colocados simétricamente. Cuando intentaba escribir una novela y soñaba con Nueva York escuchando algunas de las canciones del Omega. Y muchas, muchas noches con mi hermano.

La verdad es que tienes razón, le debía un post a Morente. Nos vemos pronto en Granada. TQ

viernes, 17 de diciembre de 2010

It's only seven days 'till Xmas

Everybody waits for Christmas
For me it's New Year's Day
That's gonna come and take my blues away

All of the bells ringing out for Christmas
I'm singing Goodbye to the year before
I know that the next one will be different -

It's only seven days 'till Christmas
Six more 'till New Year's Day
It's not a good time to feel this way



Hurts - All I Want For Christmas is New Years Day (Official)
Cargado por ChaOko_01. - Explorar otros videos musicales.

Las cuñadas

Dos mujeres sentadas en dos sofás, con sendos vasos de whisky con hielo. Tienen esa edad que no osa decir su número, pero con la peluquería reciente y el vestido de noche parecen más jóvenes. Una lee el Vogue y la otra consulta Internet en el teléfono. Fuera de la sala se oyen gritos de hombres viendo el fútbol.

MORENA: (Cogiendo la revista con una mano y mirándose la otra) Mierda, creo que se me va a romper una uña.

RUBIA: (Irónica.) Siempre has tenido problemas con las uñas.

MORENA: Sólo en los últimos meses. Antes nunca me pasaba. Últimamente no duermo bien.

RUBIA: ¿Has dejado las pastillas?

MORENA: Qué va, pero ya no me hacen nada. Ahora me despierto siempre a las seis de la mañana y me tengo que tomar otra.

RUBIA: (Mordaz.) Yo te recuerdo siempre con problemas de uñas. De todas formas las uñas no tienen nada que ver con el dormir, sino con el comer.

MORENA: Yo como bien. Pero duermo fatal. Deben ser los nervios.

RUBIA: (Haciendo como que no le importa.) ¿Por qué estás nerviosa?

MORENA: Deberíamos ir el lunes a hacernos la pedicura. Aquí dice que han abierto un sitio en Velázquez donde te hacen la pedicura en los pies (lee) “con unos pececitos garra rufa que se dan un festín a tu salud. Son una especie que se alimenta con las células muertas de la piel".

RUBIA: Yo no puedo. Tengo cosas que hacer el lunes.

MORENA: Pues tendré que ir sola.

RUBIA: (Absorta en el teléfono.) Tendrás que ir sola.

MORENA: (Deja la revista a un lado.) Qué pesada estás con la tecnología.

RUBIA: Ya acabo.

MORENA: Me encanta cómo has dejado el salón.

RUBIA: Ya.

MORENA: ¿Sabes qué se ha puesto de moda ahora en los restaurantes? (Silencio.) Las parejas se hablan en inglés. Ya nos ha pasado en cuatro o cinco. En la mesa de al lado las parejas llegan hablando español hasta que les toman nota, y entonces cambian al inglés. Y ninguno de los dos es extranjero. Lo hacen para practicar. Le dije a Fernando el otro día que por qué no lo hacíamos nosotros y me dijo que le parecía de idiotas.

RUBIA: Mmn…

MORENA: Fernando tampoco duerme bien. Todos los domingos por la noche dice que le visita una sombra negra y le pega y le intenta asfixiar.

RUBIA: (Deja el teléfono encima de la mesa baja.) Les pasa a muchos hombres. Los domingos por la tarde empiezan a poner cara de tener un cadáver descuartizado en el congelador y cuando llega la hora de irse a la cama son ellos los que parecen un cadáver. Es el pánico a empezar la semana de trabajo, una regresión a la infancia, como cuando lloraban porque no querían ir al colegio. También a algunas mujeres. Una chica me contó el otro día en el gimnasio que llora todos los domingos por la noche. Lo peor de todo es que me dio envidia.

En la habitación de al lado se oye la celebración de un gol. Ellas se quedan quietas.

MORENA: Mierda, empatamos. Esperemos que metan otro en diez minutos porque si no, vamos a salir a las tantas.

RUBIA: No puedo con las prórrogas.

MORENA: A veces me gustaría saber qué pasa en la cabeza de un hombre cuando su equipo marca un gol.

RUBIA: Casi que no. (Como acusándola.) Prefiero seguir siendo mujer, aunque a veces sea degradante.

MORENA: Estar aquí sentadas esperando a que acabe el partido sí que es degradante.

RUBIA: Creo que Carlos tiene un lío.

MORENA: (Riéndose.) ¿Qué dices?

RUBIA: Que Carlos tiene un lío.

MORENA: (Susceptible.) Carlos no te engañaría nunca.

RUBIA: Tengo un pálpito.

MORENA: Pero si miente fatal, siempre nos hemos reído de él. Tiene los mismos registros como actor que José Coronado (hace los gestos): mirada a la derecha, mirada a la izquierda y mirada al frente.

RUBIA: Y lo peor de todo es que encima me siento culpable.

MORENA: ¿Culpable de qué?

RUBIA: (Frunciendo el ceño.) Por nada.

MORENA: ¿Por lo del AVE? Olvídalo ya.

RUBIA: ¿Y si las dos cosas están relacionadas?

MORENA: Carlos no te engaña. Son imaginaciones tuyas. Deja de torturarte. Y lo del AVE fue una cana al aire. (Más relajada.) Un rollo de una noche.

RUBIA: Fue al mediodía.

MORENA: Estabas de viaje. Aparte, no todos los días se liga con un joven parlamentario. Yo no te lo hubiera perdonado si desaprovechas la ocasión.

RUBIA: Tampoco fue para tanto. Ni siquiera me dio el teléfono.

MORENA: Tenías que habérselo dado tú.

RUBIA: Ni se me ocurrió.

MORENA: (Levantando un poco la voz.) Por lo menos te lo tiraste.

RUBIA: No grites.

MORENA: (Tapándose la boca.) Perdón.

RUBIA: No sé, tengo la sensación de que a lo mejor si yo no hubiera hecho nada, nada de esto estaría pasando.

MORENA: Y dale...

RUBIA: Cuando llevas toda la vida anteponiendo siempre tu familia a ti misma... Las mujeres tenemos esa capacidad, esa facilidad. Pero ahora que Julia se va también a la universidad… creo que van a cambiar muchas cosas. Estoy cansada de sacrificarme por los demás. Creo que voy a buscar un trabajo…

MORENA: Es una cuestión de prioridades. El otro día me llamó Meritxell, una amiga de Barcelona que es directiva en una petrolera. Se acababa de mudar a un pisazo en la zona alta y me contó que cuando se vio allí sola, con todas sus cosas, se puso a llorar porque sentía que se había equivocado anteponiendo su carrera a todo lo demás.

RUBIA: Haberle dicho que me llamara. Le hubiera contado cuatro cosas del “Y fueron felices y comieron perdices".

MORENA: Ya lo decía mi madre: las mujeres debemos inspirar amor.

RUBIA: (Con sarcasmo.) A veces también es bueno expirarlo.

MORENA: (Se levanta para ir al mueble-bar a por la botella de whisky) Claro que Meritxell tiene pinta de gimnasta rubia del equipo de atletismo, que para mí es lo peor que le puede pasar a una mujer.

RUBIA: No empieces con los clichés.

MORENA: No te quejes. Los clichés siempre os han dado la razón a las rubias. Las rubias de Hitchcock, Marilyn… y aquí en casa, Tita Cervera, Lady Foster…

RUBIA: Yo no he notado que mi vida haya sido mejor por ser rubia. (Pausa.) Cuando me conoció, Carlos me dijo que estar conmigo era como estar en Suiza.

MORENA: A mí Fernando me dijo que tenía una cabeza europea y un cuerpo americano.

RUBIA: Hermanos tenían que ser.

MORENA: Del mismo padre y la misma madre. Sobre todo la misma madre.

RUBIA: Shhhhh. A su alteza ni nombrarla.

MORENA: (Riéndose.) No me hagas reír, que me salen arrugas.

RUBIA: ¿Por qué no vas a ver cómo van?

MORENA: ¿Qué?

RUBIA: Que vayas a ver cómo van…

MORENA: Es tu casa.

RUBIA: Ya, pero no me apetece. Además, ya estás de pie.

MORENA: Voy a ver cómo van. (Abre una puerta y los gritos aumentan.) Ahí siguen, apestando la habitación. No sé cómo les dejas fumar. Tienen la mesa de póquer llena de botellines vacíos y una peste a puro… ¿Qué es un orsay? Estaban gritando no sé qué de un orsay.

RUBIA: ¿Sabes? Anoche vi Poltergeist. Cuando los padres de la niña van a la universidad de fenómenos paranormales a contratar a un grupo de expertos, me dio mucha envidia ver lo apasionados que estaban con su trabajo. No sé, se llevaban muy bien entre ellos y, a pesar de trabajar entre fantasmas, se creían su trabajo, que en su caso tiene doble mérito, y no sé si es porque eran los ochenta y me recordó a los años de la carrera, pero me los imaginaba quedando para cenar en casa de alguno de ellos después del trabajo, comentando los espíritus, la luz blanca y el mechón canoso que les sale a las clientas que ven fantasmas, y no sé, yo hace siglos que no veo a mis amigas de la facultad. Necesito un trabajo.

MORENA: Catherine Deneuve siempre me ha gustado más de rubia. La Garbo, no. La Garbo estaba ridícula de rubia.

RUBIA: ¿Te acuerdas de cuando hicimos el concurso de memoria en el barco?

MORENA: ¿Cuándo?

RUBIA: En Mallorca.

MORENA: No.

RUBIA: Ya, tú siempre pierdes.

MORENA: ¿Este verano?

RUBIA: Este verano.

MORENA: Debía estar bebida.

RUBIA: Tú siempre estás bebida en los barcos.

MORENA: Yo siempre vomito en los barcos.

RUBIA: (Grave.) Carlos ganó. Él siempre gana. Yo creo que para saber mentir hay que tener buena memoria.

MORENA: Y dale...

Se oye algo de un penalti en la habitación de al lado. Ellas se quedan paralizadas sin decir nada. Unos reproches, unas quejas, unos insultos, seguidos de un silencio sepulcral y una celebración de la parada del portero.

MORENA: Mala suerte.

RUBIA: Y que lo digas.

MORENA: Fernando y yo hace más de un año que no lo hacemos.

RUBIA: No me interesa tu vida sexual.

MORENA: Al principio empezamos a ver películas porno, a ver si se animaba, y ahora lo único que hacemos es eso, ver porno. El sábado pasado vimos “Hannah se lo hace con sus hermanas". En lo que va de año hemos visto todos los clásicos: “American puti”, “Abierta hasta el amanecer”, “Eduardo Manospajeras”, “Tetanic”, “Todos sobre mi madre”… y lo peor de todo es que yo no he visto las originales.

RUBIA: No se puede tener todo.

MORENA: Tienes razón. El sexo no lo es todo. Tampoco quiero presionarle. Prefiero no pensar en ello. Además, están las pesadillas de la sombra negra. No creo que sean por el trabajo. Fernando está muy contento con su trabajo.

RUBIA: ¿Qué tal el otro día con tu madre?

MORENA: (Haciendo como que no la ha oído.) En lo demás no tenemos ningún problema. Cumple con sus deberes. Sólo está un poco apático.

RUBIA: Que qué tal con tu madre.

MORENA: Mi madre, estupenda. Dice que no quiere jubilarse, claro que con lo que gana la entiendo. Hace días que no la veo. Ahora se pasa los días de exposición en exposición, porque le han dicho que tiene que buscar hombres que no basen su confianza en el dinero, para que no se sientan amenazados. Dentro de poco tendré un padrastro pintor más joven que yo.

RUBIA: Creía que habíais quedado esta semana para comer, el miércoles, cuando no pudiste venir al gimnasio.

MORENA: (Evasiva.) Al final no pudo.

RUBIA: ¿Sabes? El otro día, buscando una dirección en la agenda de Carlos, me encontré un papel.

MORENA: (Bromeando.) Una factura de hotel…

RUBIA: Peor, era una lista de los pros y los contras de nuestro matrimonio.

MORENA: No…

RUBIA: Al principio no me lo podía creer.

MORENA: No me extraña.

RUBIA: Se titulaba “¿Quiero seguir con mi mujer?"

MORENA: (Entre dientes.) Hay que ser gilipollas…

RUBIA: El hijo de la gran puta.

MORENA: ¿Y qué decía?

RUBIA: Pensé que era algún tipo de broma. La verdad es que me fui a los contras primero.

MORENA: Lógicamente.

RUBIA: Me parecía una situación ridícula para leer piropos de mi marido o lo que él considera las ventajas de estar conmigo. Además, la lista de inconvenientes era más larga. Había cosas que me esperaba. Mi obsesión con la limpieza, por ejemplo. Será cerdo… El sexo, cómo no. Mis padres. Esa me dolió, con lo que le ha ayudado mi padre en la empresa los dos últimos años…

MORENA: Fernando tampoco soporta a mi madre.

RUBIA: No sé, algunas afortunadamente ya las he olvidado. Luego había otras que no entendí, como el inglés, la banca ética o el cariño. No sé si se refería al exceso de cariño o a su defecto.

MORENA: (Con mucho tacto.) Al exceso, seguro.

RUBIA: Luego me fui a la lista de los pros y allí estaba tu nombre.

MORENA: ¿Cómo?

RUBIA: Lo encontré raro. Así que le cogí el teléfono. Él no sabe que me sé su contraseña. Un día le espié en la cama mientras la escribía. CR7CR7.

MORENA: (Entre dientes, bajando la voz.) Hay que ser gilipollas.

RUBIA: En la bandeja de entrada no vi nada, pero en la de salida estaban todos los mensajes guarros que te ha estado enviando los últimos tres meses. Vuestras citas. Vuestros revolcones. El del miércoles incluido. Les hice una copia. ¿Quieres que te relea alguno? Son del hermano de tu marido.

MORENA: Creo que debería irme.

RUBIA: (Levantándose.) No hace falta.

En la habitación de al lado se oyen los gritos y la celebración de un gol. Las dos se quedan petrificadas otra vez.

RUBIA: (Se acerca a la otra y le escupe a la cara) Soy yo la que se va. Y dile a estos que me alegro de que no haya prórroga.

jueves, 2 de diciembre de 2010

jueves, 25 de noviembre de 2010

Elecciones catalanas: pobre, enferma y sola

Después de una semana escuchando el disco Hey! de Julio Iglesias (Salvador Sostres me recordó que era su 30 aniversario) debo confesar algunas cosas. Primero, que adoro a Julio. Hoy le dije a mi hermano que sólo una persona entendería nuestro punto con Julio, sólo alguien igual de suburbana y pornográfica que nosotros, Annabel, pero no lo ha entendido (mi hermano). En un mundo tan globalizado como el nuestro, hay gente que da muy poco valor a las raíces. Con la gran labor que hizo Kunta Kinte en el extrarradio… Segundo, que es un gran disco: “Ron y Coca Cola” debería sonar en toda fiesta que se precie de beberlo, “La nave del olvido” tiene unos coros à la Leonard Cohen que ponen los vellos de punta, “Un sentimental” es una oda a la masculinidad que deja en pañales cualquier basura que yo pueda escribir sobre la feminidad y "Hey!”, qué puedo decir de Hey! que no se haya dicho, un clásico. Por no hablar del “Pájaro Chogui”, ideal para bailar el Limbo. El Limbo me encanta. Un baile dedicado al lugar donde se retienen las almas a la espera de la redención del género humano. Y que ese baile consista en bailar inclinado hacia atrás por debajo de una pértiga sostenida a poca distancia del suelo... El bailarín debe imitar los movimientos de un esclavo que lucha por su libertad. Viva África. Viva Kunta Kinte. Y viva Julio!!! Y tercero, después de dos semanas de absoluta vergüenza ajena por las elecciones catalanas (Barna NO siempre por delante –sólo un reportaje en la tv3 sobre los periodistas que siguen a cada candidato tuvo su punto, impensable en canal sur o telemadrid-), debo confesar que, para mi vergüenza y alivio de los catalanes, si estuviera empadronado allí votaría al PP. Así, como lo estáis oyendo. No por rollos nacionalistas y mucho menos por la inmigración, Dios me libre (y Kunta Kinte). Lo que ha hecho Montilla (y los que venían detrás, todo hay que decirlo) por los andaluces emigrados no tiene nombre. SILENCE=DEATH. Así que he decidido ponerme frívola. ¿Y qué hay más frívolo que ir a votar?

La derecha me encanta por dos cosas: 1) Su sentido de la estética: qué le vamos a hacer, pero cuando quieren, visten muy bien, son años de tradición y 2) Su permisividad con la pedofilia. Y no hablo sólo de los últimos casos de Sánchez Dragó o el propio Sostres (que, por cierto, tienen pinta de curitas cachondos los dos)... Porque, ¿cuando el Papa perdona el uso del condón con prostitutas, está disculpando también su uso con los chaperos jóvenes? Es una duda que me asalta. Sobre todo esta semana, que creo más que nunca en la Ley de Chiquetete (it's the sauna talking). ¿Alguien se acuerda de las sevillanas de la Puerta de Toledo? Pues leyendo entre líneas vienen a decir que si te gusta alguien y lo ves un día, TIENES QUE VOLVER LA SEMANA SIGUIENTE AL MISMO SITIO Y A LA MISMA HORA para reencontraros. Curiosamente, parece que nadie la conoce. Desde aquí hago un llamamiento global para no acabar como cuenta la cuarta estrofa: “En el mismo sitio y a la misma hora, y la misma hora, dicen que había muerto, pobre, enferma y sola". (Golpe en el pecho) Por mi culpa, por mi culpa, por mi grandísima culpa. (Menos mal que el PP es un partido minoritario en el área metropolitana: Barna -casi- siempre por delante).

lunes, 22 de noviembre de 2010

Las tetas

En el taller de teatro me han encargado un sketch sobre las discusiones familiares y la feminidad. La historia que voy a contar es la de tres hermanos que se reúnen para comer con su madre y ver las tetas que se acaba de poner. El estudio de personajes es el siguiente...



Almudena: 22 años, estudiante de Magisterio y futbolista profesional en el Real Madrid. Campeona de Europa sub'19 en 2006, pichichi en 2008-2009 y Campeona de la Copa de la Reina en 2009. Aficiones: la música, la comedia romántica y otros deportes, como el paddle o el tenis. A veces habla sin pensar, dice lo primero que se le viene a la cabeza. Le encantan la televisión y el facebook. La semana pasada ganaron un partido contra el Arsenal y la han entrevistado en El Mundo, en la edición provincial, porque es la capitana del equipo. Cada fin de semana viaja a un sitio distinto de España. Su novio Raúl lo entiende y la apoya al 100%. En general, siente que tiene una relación más cercana con los chicos gracias al fútbol. Adora a su hermano Pablo, tanto que ha llegado a imitar alguno de sus gestos, por lo que parece un poco marimacho. Su madre y su hermana no tienen ningún problema con este tema y el padre menos. De hecho, se reía de ella cuando cogía una muñeca. Fue él quien le enseño a jugar al fútbol y acabó siendo su entrenador durante muchos años, hasta que se divorció. A Ignacio, el pequeño, lo ve como a un repelente y tiene con él una relación muy mandona, rozando a veces el bullying. Su reacción cuando su madre le dice que va a aumentarse los pechos es de soltar una carcajada, aunque luego le pidió perdón. En el futuro, cuando deje el fútbol y se case, adquirirá una feminidad un poco ridícula, como la de Arancha Sánchez Vicario cuando sale en el Hola.

El día de los hechos (viernes 26 de noviembre de 2010) llega al restaurante con tiempo, a las dos y veinte. Por la mañana ha tenido entrenamiento, pero se ha llevado una muda para no llegar en chándal. Le da cosa enfrentarse a las nuevas tetas de su madre en chándal.

Pablo: 29 años, trabaja en La Caixa, en la oficina de Arturo Soria. Aficiones: el fútbol, el senderismo, las películas de los hermanos Cohen y el flamenco. Es el serio de la familia. De ideas más conservadoras que sus hermanos (estudió en Esade, compaginándolo con su trabajo), lleva fatal el divorcio de sus padres. Nunca ha tenido mucha relación con Natalia, la mayor. Con Almudena se lleva muy bien. Le halaga su admiración, pero: A) no le gusta verse reflejado en su hermana pequeña porque a veces es como si le ridiculizara o le hiciera ser más consciente de su imagen y B) en el fondo le gustaría que su hermana pequeña fuera más femenina, aunque por supuesto no se lo ha dicho nunca, ni a ella ni a nadie. Con el pequeñín se lleva bien, aunque no cree que sea superdotado. Lleva 10 años con su novia de toda la vida, eterna estudiante de empresariales, pero hasta que ella no acabe la carrera no piensan casarse. Los dos siguen viviendo en casa de sus padres. Cuando le llama Almudena para contarle la decisión de operarse los pechos de su madre, pone el grito en el cielo y tiene una discusión con su padre en la que le viene a echar la culpa. Desde entonces no se dirigen la palabra. En el futuro, su novia le dejará por un chico del OPUS, hijo de un famoso cirujano.

El día de los hechos llega al restaurante casi al mismo tiempo que Almudena. Le ha pedido permiso a su jefe para salir un poco antes del banco porque no quería que todos almorzaran tarde por su culpa. No le gusta pedir favores en el trabajo, por lo cual no está de muy buen humor. Aparte de estar totalmente en contra de lo que ha hecho su madre, pero en el fondo de puede la curiosidad, el cotilleo.

Natalia: 34 años, trabaja en una galería de arte en Barcelona. Viene poco a Madrid y, en general, intenta que coincida por cuestiones de trabajo. Así tiene la excusa perfecta para no alojarse con la familia. Aficiones: los Prerrafaelitas (el tema de su tesis), el Teatre Lliure, Foucault, el cine iraní, la comida del sudeste asiático, etc., aunque también puede disfrutar con una buena película de acción y con el fútbol. Es la más despegada. De hecho, buscó trabajo en Barcelona hace diez años para poner tierra de por medio con la familia. Para ella, la feminidad es una ficción: utiliza la máscara de la feminidad para alejar la angustia y evitar la venganza de los hombres, si nos ponemos freudianos, o en términos más prosaicos: no es muy guapa, pero sí muy femenina, quizás demasiado. Siempre va impecable: es adicta a los trajes chaqueta, lleva el pelo perfecto y gasta fortunas en maquillaje y zapatos. De todas formas, no responde a los valores tradicionalmente asociados con la feminidad: la intuición, la afectividad, lo doméstico… Entre sus hermanos tiene fama de frígida, insatisfecha, histérica o simplemente estirada. Nunca ha tenido novio, lo cual hace que corran como la pólvora los rumores sobre su lesbianismo. En realidad, tiene sexo con hombres por Internet y alguna que otra vez ha pagado a un chapero. La noticia de la operación de su madre no le sorprendió, ni tampoco antes la del divorcio. De hecho, ella siempre estuvo a favor del divorcio de sus padres, ese fue otro de los motivos de su huída a Barcelona, para no malmeter en su matrimonio. Con el pequeño no tiene mucha relación y lo achaca a la falta de instinto maternal. En el futuro seguirá igual: ha conseguido un equilibrio entre la soledad y la independencia que le compensa.

El día de los hechos llega puntual al restaurante, 10 minutos más tarde que sus hermanos. Ha cogido el AVE de las 11:05. Llega directamente con la maleta. Esta vez no viene por trabajo, pero la ocasión lo merece. Igualmente ha reservado habitación en un hotel. Es la primera vez que no se queda en casa sin la excusa del trabajo y espera sentar precedente para las navidades. Llega inusualmente guapa. Los hermanos lo achacan a una experiencia sexual reciente, pero en realidad es que está contenta con la nueva dinámica familiar.

Personajes ausentes

Ignacio: 10 años. Es el pequeñín de la casa y desde que hace 5 años le confirmaron un IQ de 175, se ha metido mucho en su papel de superdotado. Habla cuatro idiomas y es un virtuoso del piano. Con Natalia conecta intelectualmente, aunque no emocionalmente. Con Almudena todo lo contrario, aparte de sufrir que lo trate como un mocoso. Con Pablo es un poco condescendiente y discuten mucho de política. Ignacio es muy de Zapatero, participó activamente en las manifestaciones contra la guerra con sólo 4 años, colabora con varias ONG y últimamente está muy cabreado por la situación en el Sáhara. Desde el divorcio, su padre se ha tomado muy a pecho su labor de tutor. Le acompaña a todas las reuniones de la ASAC (Asociación de altas capacidades), a los campeonatos de ajedrez, a los mítines… El día de los hechos se queda en casa con su padre, muy a su pesar.

El padre: 57 años, amo de casa, antes entrenador del equipo femenino del Real Madrid. Cuando se divorció de su mujer hace un año, ganó la custodia de los hijos, bueno, en realidad su mujer se la regaló a condición de que aflojara un poco la bebida. Desde entonces no ha probado una gota de alcohol y ahora sale en bicicleta todos los domingos por la mañana. En realidad estaba cansado de hacer de entrenador, los primeros años disfrutó mucho con Almudena, pero últimamente no soportaba no poder pasar ni un fin de semana en casa. Digamos que ha dejado de hacer de manager de Almudena para hacer de manager de Ignacio. La noticia del divorcio no le pilló por sorpresa. Sí que le pagaran por librarse de su mujer. Siempre había pensado que el trabajo de ama de casa era el trabajo ideal, aunque ahora no opina lo mismo (nunca está uno contento con lo que tiene), pero sigue defendiéndolo de puertas a fuera. El día de los hechos se queda en casa con Ignacio.

La madre: 52 años, arquitecta. Después de criar a los tres primeros, cayó en una gran depresión cuando tuvo a Ignacio. Estuvo 6 años en un pozo. Cuando por fin logró salir conoció a Iván (como las desgracias, las alegrías nunca vienen solas), un arquitecto ruso 20 años más joven de quien se enamoró perdidamente. Estuvieron tres años manteniendo la relación en secreto, pero al final reunió el valor para divorciarse y empezar una nueva vida con él. Divorciarse para seguir criando a sus niños no tenía sentido, sobre todo con lo que tardan hoy día en abandonar el nido. La última polémica ha sido su decisión de aumentarse el pecho porque Iván se lo pidió. Para ella era una forma de recuperar su feminidad. El día de los hechos va en un taxi camino al restaurante a presentarles a sus hijos su nuevo yo cuando recibe una llamada…

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Amigonio

Ya lo decía el gran Paquito en La Mala Educación: "Pa la buena, la do unta, pero pa la mala yo zola".

Ahora que esa cosa llamada FaceBook ha desvirtuado el concepto de amistad confundiéndola con el cotilleo, que los chats han sustituido a las conversaciones de café y cigarrillo, que lo único que ha quedado de la serie Sexo en N.Y. es la instauración urbana del follamigo, que la gente se ve presionada socialmente a llevarse bien con sus exes, que la antigüedad pesa cada vez menos en las relaciones (sociales, sentimentales y laborales), que el amiguismo político está tan bien visto que ha contaminado otros ámbitos de la intimidad, que la gente mide sus amigos en función de lo que puede obtener de ellos (amigos de pelillo)… creo que va siendo hora de crear un nuevo contrato social: el amigonio.

Conste que no lo propongo como alternativa al matrimonio. No soy tan postfeminista (sigo creyendo en la maldita apuesta de Pascal aplicada al amor, e.g., en el putito príncipe azul) ni tan pepera (los que quieran perpetuar un sistema de producción sexual obsoleto, como diría la Madonna, till death do us part).

Que yo no me case con nadie (en los dos sentidos de la palabra), no quita para que no disfrute de un buen bodorrio (sobre todo si hay toreros implicados).

El amigonio es una forma de dar sustancia, virtud y fuerza a un concepto apaleado por el capitalismo y las redes sociales.

Antiguamente, lo más cercano a la formalización de la amistad era cuando un amigo te pedía que fueras padrino en su boda o de sus hijos. Yo propongo una formalización más literaria, como el sacrificio del paraguas que hacían en Rayuela, tirándolo por un barranco acompañado de un grito walkyriano. Un día triste de lluvia como el que hace hoy.

Hay que llamar a las cosas por su nombre: al pan, pan, y al vino, vino.

Un amigo no es un consuelo para la soledad, todo lo contrario, es alguien que cuando te falta te sientes solo, un generador de soledades. Uy, qué wafa estoy hoy...

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Infiltrada en la boda de Jose Mari Manzanares

Estoy harta de hacer la BBC (bodas, bautizos y comuniones), pero como el Hola paga, pues allí me colé y en su fiesta me planté, como cantaba Mecano. No se sorprendan, en estas bodas, la lista de invitados se negocia con el Hola: ellos ponen el dresscode (en esta eran los guantes largos, aunque cuando vieron el traje novecentista de Estrella Morente, no la avisaron, too much), los floreros (como Nieves Álvarez o servidora), y la alfombra roja delante de la iglesia (en este caso de color capote). Porque sí, se casaba un torero con una eterna estudiante de maketing, hija de un prestigioso cirujano. Los adjetivos como prestigioso están obligados por contrato (a.m.c., adjetivo marca de la casa).

El primer pitote se montó por la ausencia del padre del novio, que quería traer a su nueva novia, pero el resto de la familia dijo que ni mijita. Una pena, porque después de oír que le gusta vestirse y maquillarse de mujer (what it feels like for a girl) en las fiestas familiares, la celebración de la boda no va a ser lo mismo. Ya me hablaron hace tiempo de los saraos de vicio que montaba en el Wellington hace años. "No es que sea homosexual, sólo que le gusta un poco el vicio". Con estas palabras, así me lo contaron. También he oído campanas del hijo, que si le han visto en el Ricks alguna noche, que si yo me lo tiré, pero no sé si creerlo, con esa pinta de actor porno gay que tiene, me parece demasiado obvio.

Por cierto, que vi a Manuel Lombo entrando al altar del brazo de una de las hermanas del torero, fingiendo ser novios, mientras el novio de ella iba unos pasos detrás con otra amiga del brazo. Puestos a dar la campaná, se podía haber venido con Marichalar, que es fan suyo.

De los demás invitados, nada nuevo bajo el sol. Sigue siendo el año de las pamelas, gracias al patrocinio que varios conocidos sombrereros de la capital están haciendo de nuestra revista. El tocado improbable de Fiona sólo rivalizó con el de la mujer del Juli. ¿Cómo puede una mujer vestir así de moderna y estar con un hombre que pronto va a parecer su abuelo? ¿Y cómo puede vestir así la cuñada del torero? Eso sí: “los invitados optaron por el clásico traje de chaqueta y las invitadas por sencillos vestidos de cóctel que combinaron con vistosos tocados”.

La mujer de Pepín Liria iba con unos tacones de vértigo (a.m.c.) y cayó, quedándose de rodillas. Luego descubrimos que no era su mujer, que a esta le puso los cueros, que para algo es torero, así que suponemos que era su nueva novia (no creo que el torero prestara más hermanas de acompañante).

A la salida, me fumé un cigarrillo con el prestigioso cirujano padre de la novia, que todavía no daba crédito a lo que le habían costado las 2000 hortensias blancas de Holanda que habían encargado a la floristería que decoró la Almudena para Letizia. Me pareció un señor del Opus la mar de simpático que cumplimentó mis zapatos.

Y ahora todas pitando a Benidorm. Mira que hay que ser suburbana para celebrar tu boda en Benidorm, quiero decir, yo lo haría, pero es como cuando la infanta Elena se pone a bailar el waka, waka, que choca. Ah, que la boda es rollo princesa de España y el convite es de princesa del pueblo. Dabuten.

Del convite, pues como en todas las bodas, la gente bebiendo y bailando una música horrorosa, aunque en esta, como la mitad de los invitados no se conocía, marca de la casa, se formaba mucho corrillo y mucho taparse la boca para criticar a los del fondo, que hoy con los móviles y los lectores de labios, no se puede fiar una. Servidora, con la poca reputación que le queda, recordó aquella gran frase del gran Leroy Johnson en Fama “Cos I’m young and single, and I love to mingle” y se dedicó a ir de corro en corro. A minglear, que se diría en spanglish y que quiero proponer ya a la Academia.

Me acerqué a la mesa de Estrella y Javier. Ella no hacía más que hablar de arte, duende, clase, señorío y embrujo, que es lo que hace siempre que tiene un desconocido/a delante, y él con toda la sangre helada mirando de soslayo a su exsocio, sito en la mesa de al lado. Me dio un mal rollo todo que salté corriendo a otra mesa.

Mami, el marido de la Tárrega, hablando con su madre al teléfono, que le estaba contando que las habían vuelto a pillar robando a ella y su hija, y la Tórrida descojonándose a sus espaldas. Me encanta esta señora, vamos, fans, pero no me quedé mucho rato porque me da un poco de miedo.

Fui a la mesa de Nieves “Nevadito” Álvarez a ver si tenía algo de coca, pero me dijo que lo había dejado. Bastante tiene, la pobre, con el vago del marido, la exanorexia, y esa última operación que se ha hecho, que parece una mezcla de Letizia y Eva Sannum. Espero que no se cruce con Felipe en otra BBC, porque esta tampoco se pierde una. El clutch crema que llevaba a juego con los guantes y los zapatos era ideal (a.m.c.).

Otra que ha ido a Chams por primera vez es Mariló, la mujer de Carlos Herrera. Ahora que es presentadora matutina, se ha dicho: me voy a poner un poco de morro, como si le hiciera falta. Eso sí, el vestido años cincuenta en tono nude (a.m.c), espectacular. Estaba yo en su mesa cuando se produjo el famoso incidente. Se acerco Fran “No sé si me gustas más tú o tu madre” Rivera y la sacó a bailar. Y venga a arrimarse, y venga a arrimarse, bailando el baila baila Casanova, y venga a cogerle el culo. Y su señor dando caladas cada vez más fuertes al puro. Y el otro venga a arrimarse. Y este venga calada. Hasta que perdió los estribos y se puso hecho un Alatriste. “Ya nos gustaría que te arrimaras tanto al toro en la plaza”. Tuvieron que separarlos. Yo, solidaria, me acerqué a Fran y le saqué a bailar, pero el otro le había metido tanto miedo, que no me arrimó nada la cebolleta.

Desde la mesa de al lado, la hija de la Vizcondesa de Millamiranda, aka, Cari Lapique, nos miraba con ojos lúbricos. Toda una señora.

Los Ponce no fueron. Le pregunté a Ramón García por ellos y me dijo que el maestro estaba haciendo las Américas. Y se rió. Se cuenta, se dice, se habla de que tuvieron que llamar a la cigüeña para desmentir los rumores de la presunta relación de Ponce con Luis Miguel. Con lo bien que Ponce canta boleros. Pero eso no es todo, presuntamente Paloma Cuevas nunca se embarazó, sino que utilizó un vientre de alquiler y se fue a París los últimos meses, porque ya se sabe que es de donde vienen los niños. Es que la gente es muy mala.

Los Ponce no fueron pero estuvieron muy presentes en la fiesta, pero esto ya lo contaré después.

La fiesta se fue alargando y cada vez era más aburrida. Yo, ni corta ni perezosa, me fui a buscar a la mujer del Juli que, para ser una Domeq, ya he dicho que viste espectacular. Le pregunté dónde se había comprado el turbante, así para romper el hielo, y nos hicimos hiperamigas. Nos lo pasamos teta bailando y haciendo coreografías. Lo que pasa es que una es tan discreta que al final, cuando nos despedimos, ni siquiera le pedí el número de teléfono. En fin, ya coincidiremos.

Me contaron que hubo otro incidente entre Fran “No gano para sustos” Rivera y Pepín Liria a cuento de la exmujer de Espartaco. Pero como no estaba delante, no puedo decir.

Y luego empezó la Operación Polvorón II. ¿Se acuerdan de la Operación Polvorón I? ¿Cuando Canales Rivera, Conde, Higares y el Litri se dedicaban a ponerse ciegos e ir a los mejores clubs de alterne de Sevilla? ¿Cuando Espartaco replicó “No conozco a ningún torero juerguista”? La misma. Pues Conde, que no llevaba buen día desde la mañana (no hay más que ver la corbata que eligió), se fue a montar un cachondeo con unos colegas. La Morente en el cuarto esperando. Y una hora, y otra, y otra. Cuando llegó el Maestro la montaron. Yo lo oí todo porque justo salía de la habitación de al lado de hacérmelo con un torero del que no quiero acordarme y reconocí la voz de Estrella, porque soy fan suya a cien, pero tampoco le di importancia. Servidora también monta unos pollos de vez en cuando… pero me encontré al final del pasillo con la Tórrida que asomó la cabeza y me preguntó con voz de cazalla: ¿pero qué pasa? Nada, la morente y el maestro, que están discutiendo. Pa qué le dije na… se me había olvidado que esta era íntima de Marta Sánchez, con lo que le jodía que el torero le recriminara los escotes a la otra. Total, que cuando me di cuenta me dije: piernas, ayudadme. Lo último que oí es a la otra gritando: Mami, Mami, llama a recepción, llama a recepción. Qué coño a recepción, a la policía.

El resto pueden ustedes verlo en el Sálvame esta semana. Estrella ha hablado de una mano negra que va detrás del marido. Se supone que es el padre de la Cuevas, que es apoderado, Victoriano Valencia. Sí, el mismo que obligó a Ponce a casarse con su hija, que en realidad no se llama Cuevas, sino Valencia. Pero eso, señores, como decía Billy Wilder, ya es otra historia.

martes, 9 de noviembre de 2010

Y yo pondero a Pedro

Los títulos de crédito de una Cara con ángel, de Richard Avedon, en los que Pedro se “inspiró” para los títulos de Mujeres…



Pedro, para dadaísmo, en la misma Casa Flora, la actuación de Lola con Estrellita Castro.



De global gay chic... otro dueto maravilloso. No tiene coreografía minimal-travesti, pero sí un abrazo divino al final:



Bambino suda menos que Brel, pero aguanta también perfectamente el primer plano: "Yo tenía el orgullo de cien potros desbocados..." Amén.



Como decía Leo en La flor de mi secreto: suficiente negatividad hay ya en mi vida, no quiero añadir más y menos aún que me paguen por ello. A mí no me paga nadie, pero sí que cambio las vecinas de Valencia por esta coreografía tan positiva que invito a todos a aprenderla para estas navidades (la de lead singer y la de malditas, hay que aprender las dos). Yo ya estoy practicando…

lunes, 8 de noviembre de 2010

Pedro pondera el iutub

No puedo con el global gay chic... (por cierto, la versión de Brel no es el primer plano sudado del que habla Pedro porque está desactivada su inserción, aunque podéis verlo en vídeos relacionados)











viernes, 5 de noviembre de 2010

MADRITISMO

Hoy voy a hablar del malditismo en Madrid, pero tranquilos, que no os voy a dar la chapa con Eduardo Haro Ibars, ni con Iván Zulueta y mucho menos con Leopoldo Mª Panero (volví a ver hace poco el Desencanto, crónica del malditismo en la dictadura mesetaria y, bueno, lo único que puedo decir es que te dan unas ganas horrorosas de irte al barrio chino de Barcelona a rememorar los días de San Genet de Todos los Chapis). No eran más que niños de papá (artista), los tres, Genet no, Genet era como el niño de Can Tunis.


Los nuevos scapigliatos madrileños somos los condenados a echar de menos la exhuberancia irracional del boom del ladrillo, las Cuatro Torres, el tamaño importa de la T4, la promiscuidad del AVE, el cosmopolitismo de los veranos en Cabo Pino, el Heil Aznar, las dádivas de cocaína, el desdén de los Lolitos, la ruina de los zapatos de Prada… toda esa maldad que nos ha llevado a estar donde estamos. El malditismo de hoy es no tener dinero… Oh, Gosh, how I miss it!


martes, 26 de octubre de 2010

El tamaño no importa en la copla

No sólo “Ojos verdes” y “Yo soy esa” tuvieron problemas con la censura. Hay una copla del maestro Ochaíta que inexplicablemente también los tuvo: “El pájaro verde”. Fue uno de los primeros éxitos de Isabel Pantoja, que sonó en todas las emisoras. Estaba incluida en su disco “Fue por tu voz” de 1974 con canciones de Solano, Ochaíta y Valerio. Empieza:

“En el canal de mi boca,
Vino un canario a beber
Por no mojarse los labios
Se está muriendo de ser”

La letra es una alegoría a la virginidad, de ahí la censura, suponemos, aunque no puede ser más sutil. La historia continúa contando cómo al final le regala el pájaro a su moreno y éste lo suelta. Y termina invitando a los que pasen por su puerta a mirar arriba: allí verán la jaulita, pero el pajarito no.

La que sorprendente no tuvo problemas con la censura es la última canción del mismo disco, “Pequeño amor”, también del maestro Ochaíta y música de Solano, que empieza hablando del tamaño de su amor: “Era mi amor tan pequeño" y sigue:

“En un dedal me cabía,
Fíjense cómo sería,
Que cabía en un dedal”

Cuando ella le canta a su amor, éste crece hasta pañuelo, pero no puede crecer más. Y una tarde en el bolsillo de su amante se cayó y se perdió (le estaba grande un bolsillo), tan pequeño era su amor.

El propio Ochaíta se define a sí mismo en un autorretrato:

“Soy en lo corporal de muy pequeña talla,
Esto para galantear es una falla,
Y acaso por lo mismo nunca fui galán
¡Qué bien están las cosas cuando en su sitio están!”

En otros versos del autorretrato confiesa tener “labios sedientos de la rosa y el vaso”, “manos que gesticulan en un afán atroz” y “el pelo, lo confieso con dolor, más bien escaso”. Ochaíta lamenta la sustitución de la lechuguilla de fina holanda por la fementida corbata. Su único lujo, una piedra de jade en uno de los dedos. “Mis años no son muchos, haré justa la cuenta diciendo que pasé la raya de los treinta y que aún a los cuarenta no llegué, siempre insisto que los mejores años son los años de Cristo, y que todo poeta con horizontes bellos, debe plantarse matemáticamente en ellos".

Amén, maestro.

domingo, 24 de octubre de 2010

Libros para rubias

Aprovecho para anunciaros el nacimiento de un nuevo blog en el que espero que participéis TODOS. La idea es crear un club de lectura donde, si no todos leer el mismo libro y comentarlo, por lo menos recomendar el libro que esté leyendo cada uno. Quien dice libro, dice comic, dice revista, dice blog, dice lo que quieras. Es un blog abierto, cosa que provoca muchos sarpullidos a mi querido webmaster José Ignacio, pero espero que entre todos le demostremos que el amor a la lectura no entiende de corsés, cinturones de castidad ni contraseñas. El título está pensado desde el cariño. Todos llevamos alguna rubia dentro: Doris Day, Tippi Hedren, Marisol, BB o Marilyn... sea cual sea tu rubia, no dudes en comentar tu libro, aunque no lo estés leyendo y sólo decore tu mesita de noche. Seguro que hay un motivo especial por el que lo has elegido.

La dirección para que la añadáis a favoritos es:

http://librospararubias.blogspot.com/

martes, 19 de octubre de 2010

Can Tunis, tierra sin pan

Mi vida, yo no sé aún es mi vida,
Hasta que no sea grande, yo no sé lo que es mi vida.
Yo sé lo que hago y lo que digo, pero mi vida aún no me la sé
No sé si voy a ser borracho, alcohólico, no sé lo que voy a hacer
O futbolista, caballero, de montar a caballo, abogado, todo eso…




viernes, 15 de octubre de 2010

Tanto cinismo, tanto cinismo

Una rareza: “Aunque te dé lo mismo”, un soneto de amor de Rafael de León y música de Solano.

Publicada originalmente en un disco de singles en 1969, Rocío Jurado la incluyó posteriormente en un álbum homónimo de 1976. Hay una actuación en el programa de TVE “Los lunes por la noche” de 1973 donde la canta en playback, con el pelo negro planchado, largo, la raya a un lado y el otro echado sobre la cara, con las puntas hacia afuera, un peinado que copiaron muchas mujeres en la época, entre otras, mi madre. En la portada del single sale sentada en el suelo con una minifalda, pero en la actuación luce un vestido casi monacal, blanco roto, hasta los pies, manga larga también, sin escote.

La letra, otra maravilla de Rafael de León. Una mujer enamorada de un hombre mayor, vanidoso, que se burla de ella con su indiferencia, la chincha todo el tiempo y, además, la engaña con otras. Un cínico. Digamos que ella pesa poco en la vida de él, parafraseando otro soneto del poeta, el cuarto de sus Cuatro sonetos de amor.

La canción es una advertencia, un aviso como el que se le hace al torero cuando está prolongando demasiado la faena. Que sí, que estoy loca y estoy dispuesta a aguantar lo que haga falta, pero cuidaíto. Como llegue ese mediodía (una hora un poco rara para encontrarse con otros labios, supongo que para recalcar la decencia de ella, no va a salir al bosque de la noche de mostrador en mostrador), se acabó tanto cinismo, aunque en el fondo sepa que a él le da lo mismo.

“Siempre tu vanidad indiferente
a la rosa desnuda de mis años.
Siempre tu mala fe buscando daño.
para mi buen amor condescendiente.

Yo tengo un corazón loco y valiente
que soporta conforme tus engaños
Y que tiene de bronce los reaños
para aguantar tu burla eternamente.

Pero puede llegar un mediodía
que se acabe esta amarga letanía
de llorar y callar tanto cinismo;

que se encuentre otra boca con la mía
y me pierda en un bosque de alegría
aunque a ti corazón te dé lo mismo”




viernes, 8 de octubre de 2010

Viva Graná

Me voy mañana a Granada de puente, no biggy, mi visita de todos los Octubres, el red letter day de cada año. En fin, aquí dejo un vídeo que se me antoja muy granadino. Impagable cuando Morente habla de los cuadros de Picasso; Curro, el hijo de Estrella; el maestro, Javier Conde, mirando concentrado la mesa del tablao; Quique, Soleá y Estrella cantando... viva Graná

http://www.plus.es/plustv/index.html?idlist=PLTVPR&idvid=822024

miércoles, 6 de octubre de 2010

Crisis de masculinidad

I want a rocket to your anus
Let's have a party in your anus

Look, I can see it, we are almost there
Your anus is so pretty, it feels like home

(Aquí hay una obra de teatro)


domingo, 3 de octubre de 2010

El síndrome de María de la O

“María de la O" (1933) fue el primer éxito de Rafael de León (con Valverde y Quiroga). Las versiones más conocidas son las de Estrellita Castro (que la cantaba acompañada por Sabicas a la guitarra) y la de Lola Flores. La letra es complicada, no sólo por las referencias caló. Ya en el primer verso: “para mis manos, tumbagas". La tumbaga es una aleación de oro y cobre, que se derrite a menos calor que el oro puro y permite realizar piezas de orfebrería más elaboradas. En este caso se refiere a los anillos y pulseras que relucen en las manos de la gitana. Más adelante: "que pa eso mi payo abiya más parnés que tiene un sultán”. En caló, abiyar es tener, y parnés, dinero. La letra habla de una gitana que parece que lo tiene todo: joyas, mantones, vestidos... pero no es feliz. La luna que ella pida, la luna se la dan. Las demás, al verla lucir, envidian su suerte, aunque las “probes” no saben que es María de la O quien realmente las envidia a ellas. El motivo de su desgracia no es otro que el maldito parné, que por él dejó al gitano que fue su querer. Ella era el agua que apagaba su sed, el fuego que calmaba su frío. Hasta que llegó un payo prometiéndole que sería más que reina y ahí comenzó su infortunio.

La historia no tardó en subir a los escenarios, primero en teatro, que en Madrid interpretó en el teatro Alcázar la famosa actriz María Fernanda Ladrón de Guevara, la madre de Amparo Rivelles y Carlos Larrañaga (hermanos de distinto padre), y luego en cine, primero con Carmen Amaya y después con Lola Flores.

Hay otra versión de la copla, la que hizo Antonio “El Sevillano” por bulerías con el toque del Niño Ricardo, que es la que grabó Carmen Amaya donde, hablando por boca del gitano, dice: “Cuanto más te quiero yo, más mala eres tú pa mí" y sigue “to lo que me has pedío, yo siempre te lo di. Ahora porque ves que ya no tengo dinero, te alejas de mí. Me engañas con otro, me dijo un amigo y yo no lo creí. Pero al poco tiempo tuve que creerlo, muy claro lo vi”. Lo que es común en ambas versiones es la crucecita que lleva a cuestas María de la O: el maldito parné. Todo un “sacrilegio” para una gitana con nombre de virgen, Santa María de la O, donde la O representa la espera del parto, que el coro alargaba y sostenía en la oración de la tarde de la fiesta mariana. Ahí Rafael de León hiló fino. La atracción pecuniaria no sólo aparece en esta copla, también en "Triniá”, que quedó cegada por el brillo de los diamantes y dejó al pintor, o en “Ay, Maricruz”, que se fue en busca de señoritos con dinero.

María de la O ha llegado a simbolizar la figura de la mujer que supuestamente lo tiene todo pero no es feliz, en principio, una figura más paya que gitana. De nuevo, Rafael de León rompiendo los tópicos de la raza. La búsqueda infructuosa de la felicidad, que tan bien reflejan los versos de esta copla popular que canta Enrique Morente: “Deseando una cosa / parece un mundo / luego que se consigue / tan sólo es humo". Es una historia que se refleja también en otras coplas, como "La cárcel de oro" que empieza de forma muy parecida a María de la O: “Cuando tú me diste amparo no era más que una gitana con un traje de volantes y una enagua armidoná, y me vi por tu cariño, de la noche a la mañana, convertía en una reina de brillantes coroná” o "No me quieras tanto" donde “antes de que yo lo pensara, mi gusto estaba cumplío, na me faltaba con él" y luego lo deja. Mujeres que no saben lo que quieren y hombres reducidos a meros objetos de su deseo. No está mal para empezar. Grande, Rafael de León.

Aquí adjunto la versión de Carmen Amaya que me dedica cariñosamente:

viernes, 1 de octubre de 2010

Català en guaret

Hoy he ido a matricularme de Catalán. Bajé a Sol al cajero y luego fui a la sucursal de Caixa de Catalunya en Santa Ana para hacer el ingreso, pero había una cola enorme, faltaban 20 minutos para la 1, mi hora límite para entrar en el gim, esperé un cuarto de hora, pero había todavía mucha gente delante mía. Podía haber faltado al gim, pero tomé una decisión: este año no estudiaré catalán. Con el dinero de la matrícula me he comprado una camisa blanca de mi esperanza (de Calvin Klein). No sé si apostar por mis tetas y España es una apuesta segura. Tremolo de por...

viernes, 24 de septiembre de 2010

Vuelve el kobe

Que es lo mismo prácticamente que decir que vuelve el hombre.


En estos días extraños en los que el miércoles es el nuevo jueves y el lunes el nuevo domingo; los cuarenta son los nuevos treinta y los osos montañeses son las nuevas musculocas; ahora resulta que los carnívoros son los nuevos veganos. ¿Que quién lo dice? El New York Times, ohhhh my… Leo que en Nueva York lo último son las carnicerías de lujo de carne ecológica de vacuno, con escaparates como el de Prada y clientela tan escrupulosa en denominaciones, cortes y pureza como los "antiguos” abanderados de la fruta ecológica, esa que parece que está… podrida. Leo que el kobe (para los castizos, el buey de Kobe, región del Japón donde masajean a las vacas y las ponen ciegas de cerveza) se vende a 85 € el kilo. Señores, si los 50 € son las nuevas 5000 ptas, ese era su precio en los noventa, cuando Damien Hirst empezó a exponer tiburones en formol. Baratísimo. El solomillo de ternera gallega en el C.I. está ya a 45 € el kilo, y eso que son vacas sobrias y con contracturas (los gallegos sólo dan de beber y masajean si hay sexo de por medio). Vamos, se me hace la boca agua sólo de pensar en unas minihamburguesitas de kobe....

Y mira que yo creía que el kobe dejó de estar de moda cuando empezaron a descomponerse los tiburones de Hirst. Porque, de siempre, para ver si una cosa ha pasado de moda sólo hay que ver si se ha puesto de ídem en Madrid. Esta ciudad es así de poco pretenciosa. Que ves al Príncipe y al Rey con barbas en plan oso, pon las tuyas a remojar porque ya no se lleva. Que abren mil bares con cartas de mil ginebras, pásate al vodka. Que incluyen el kobe en los restaurantes del barrio de Salamanca, vuelve al tofu. Los madrileños son tan cosmopolitas que pasan del cosmopolitismo.

Pero lo que más me ha gustado de la noticia de Nueva York es que, aparte de las clases de despiece del cerdo (me imagino que muerto, aunque sería lo más que volviera la matanza), la vuelta a la carne es algo filosófico, una vuelta a nuestros años cazadores pre-neardentales, antes de que se nos pusiera a todos el culo como una plaza de toros con el sedentarismo e Internet. Tanto, que las comidas se hacen a lo grande (en plan, vamos a acabar con el mamut antes de que se ponga malo, que el tatara-millones-de-veces-abuelo de Smeg sigue poniendo la sandía enterrada en el río) y luego hacen varios días de ayuno para simular la época entre cacerías. Bueno, no tengo palabras, quiero practicar esa dieta ya, aunque sea con pollo a l’ast.

Lo dicho, que vuelve el hombre, el cazador, la postura a cuatro patas y las pieles de leopardo. El estilo de vida cavernícola. Y la indigestión. Que lo ha dicho el New York Times.

Yo ya he hecho sitio en el salón para una cámara frigorífica...


sábado, 11 de septiembre de 2010

El niño de los peines

“Me voy a bordar tu nombre,
en las trenzas de mi pelo,
con hilillos de colores
pa que veas lo que te quiero”

Luis de la Pica

Llega el otoño por fin y con él la posibilidad dejarte el pelo largo. A la manera del “Know your colors, know your fabrics”, que hace referencia a la necesidad de conocer tus tonos de maquillaje y las telas que más te favorecen, podría decirse “Know your long, know your hairdo": conoce tu largo, conoce tu peinado.

Es bien conocida la tradición de cambiarte de peinado cuando terminas una relación y sin embargo el cabello también juega un papel fundamental en el momento de iniciarla. Aparte de la cita popular que canta Luis de la Pica, en la línea de peluquería de afroamericanas, voy a transcribir una de las declaraciones de amor más hermosas que he leído últimamente, sacada de la vida real. Sé que es poco ético (no he pedido permiso para su reproducción) pero es que es puritita literatura: "me encanta ese peinado tan chic y tan bonito que llevas en la foto, ese corte tan moderno y actual, a capas, despuntado, como monero, con flequillo tan moderno, aporta un aire muy actual y superjuvenil a tu mirada, es precioso y cómodo, reconozco que me encanta y te sienta divina esa melena, ¿quién es la peluquera/o que te mantiene esos cortes tan bonitos y actuales?”

Aquí añado además algunos de los looks que más me han gustado en lo que va de septiembre.



jueves, 9 de septiembre de 2010

Hacer un Whoopi

Después de hacer un Sofía, hacer un Pina y hacer un Rosarillo, ahora llega hacer un Whoopi. Origen: Nueva York, 1990, el fantasma de Patrick Swayze se mete en el cuerpo de Whoopi Goldberg para liarse con Demi Moore. Se utiliza cuando te gusta alguien, pero no puedes liarte con él porque estás muerto, estás casado o tienes una gonorrea, que para el caso es lo mismo, o simplemente porque te da pereza porque sabes que es un poco gilipollas y no quieres pensar en el día después. Entonces, lo que haces es que se lo presentas a tu amigo y consigues que se líe con él. Y antes de que empiecen, tu alma sale de tu cuerpo y entra en la de tu amigo, al que utilizas como medium para liarte con el otro. Lo digo porque A. me hizo un Whoopi este fin de semana.




domingo, 22 de agosto de 2010

El cementerio de los rascacielos 1.0

Madrid, año 2018. Después del segundo ataque a Nueva York, prohibieron en todo el mundo la construcción de más rascacielos. La ética y la sostenibilidad acabaron imponiéndose a la arquitectura del espectáculo y la ostentación. Nueva York cerró su espacio aéreo sine die y se convirtió en Las Vegas del siglo XXI. El mayor parque temático barra centro comercial del universo. En las demás ciudades aplicaron la eutanasia al ladrillo. Dejaron de mantenerlos y fueron cerrando uno a uno. Ahora son solo esculturas que decoran las ciudades.



Personajes:

VIGILANTE
CHICO (habla con acento gallego)

Escena 1: Azazel

(El VIGILANTE está sentado en una oficina en penumbra delante de un ordenador. Está chateando en la página de contactos MANHUNT cuando suena en el móvil el tono del himno de la legión. Lo coge.)

VIGILANTE: ¿Eres tú? ¿Estás en la puerta? Espera que te abro. (Se santigua, se mete una ralla que tenía preparada en la mesa y se levanta para abrir.) Hola, pasa…

CHICO: Hola, carallo, qué calor hace aquí dentro.

VIGILANTE: Pasa, quítate la chaqueta.

CHICO: No, estoy bien.

VIGILANTE: Vaya, me suena tu cara.

CHICO: Me lo dice mucha gente.

VIGILANTE: ¿Por dónde sales?

CHICO: No salgo.

VIGILANTE: Vaya, pues me suena mogollón. ¿Te ha costado encontrar la dirección?

CHICO: (Irónico.) No, las indicaciones eran muy precisas. Bueno, soy Xose, Xose26. (Riéndose, se acerca a darle dos besos pero el otro le da la mano. Extrañado ante su silencio.) Encantado. ¿No me vas a decir tu nombre?

VIGILANTE: Legionario35. Prefiero no dar mi nombre a dar uno falso. ¿Los has traído?

CHICO: ¿El qué? Ah, sí. (Quitándose la mochila del hombro.) Los llevo aquí.

VIGILANTE: ¿Los tuyos también?

CHICO: Es lo que quedamos… (Resignado.) ¿Es cierto que antes eras legionario?

VIGILANTE: Ya te lo dije por chat, ¿no me crees?

CHICO: Bueno, en Internet la gente miente mucho, pensé que era un nick para dar morbo.

VIGILANTE: ¿Y te da morbo?

CHICO: Un poco, no demasiado, no sé... No había conocido nunca a ninguno. Digamos que eres mi primero.

VIGILANTE: No creo que conozcas muchos más.

CHICO: Estuve a punto de llamarte para decirte que no venía. Me entraron dudas.

VIGILANTE: Te agradezco que hayas venido.

CHICO: El taxista no ha querido llegar hasta aquí, me ha dejado a seis manzanas.

VIGILANTE: No me extraña, esta zona está muerta. ¿No tienes coche?

CHICO: ¿Para qué? En la ciudad no hace falta.

VIGILANTE: Depende de donde trabajes.

CHICO: Me saqué el carnet, en el pueblo lo cogí algunas veces, pero no es algo que me vuelva loco.

VIGILANTE: Yo nunca tuve coche hasta que llegué a Madrid.

CHICO: ¿De dónde eres?

VIGILANTE: ¿Te parezco un emigrante?

CHICO: No, bueno, no sé, lo decía por hablar.

VIGILANTE: Soy ciudadano del mundo. Ahora han bajado mucho los precios, por 100 euros te podrías pillar uno de segunda mano, aunque lo caro es mantenerlo luego.

CHICO: Creo que paso.

VIGILANTE: Sólo era una idea. De todas formas haces bien, desde que implantaron el Plan de Lealtad a la Seguridad Vial, conducir se ha convertido en un infierno. Te tratan como un delincuente, desde el momento en el que te dan el carnet te conviertes en sospechoso de infracciones, debes someterte a inspecciones de seguridad continuas, controles de alcoholemia semanales...

CHICO: Tenemos que actuar así. De lo contrario, seguiríamos haciendo estupideces.

VIGILANTE: Es sólo política, bueno, economía. Sólo hay que ver cómo ha subido el transporte público en los últimos diez años. Intentan sustituir la industria del automóvil por la privatización de la sanidad.

CHICO: Las muertes por accidentes de tráfico se han anulado casi completamente.

VIGILANTE: Y por tabaquismo, pero la gente sigue muriendo. Nuestro destino es el morir, como suele decirse.

CHICO: “Nuestras vidas son los ríos que dan a la mar, que es el morir”.

VIGILANTE: (Molesto por la corrección) Como sea. ¿En qué mundo vivimos? ¿En un mundo donde tu vecino te puede denunciar por fumarte un cigarro?

CHICO: Yo no voy a denunciarte si fumas. (Intentando cambiar de conversación.) Tampoco si me invitas a uno.

VIGILANTE: Perdona. A veces pienso que debería haber nacido en otra época. Hay días que tengo la extraña sensación de que todos los que podrían entenderme están muertos.

CHICO: Tranquilo, no pasa nada.

VIGILANTE: Son demasiadas horas aquí sólo. (Le tiende un cigarro.)

CHICO: Gracias. (Tose un poco.) Uf, hacía siglos. No está mal.

VIGILANTE: Los lío yo mismo, con una máquina.

CHICO: Parecen de fábrica.

VIGILANTE: Me los pasa un camello sueco.

CHICO: (Con sorna.) Me encanta Europa.

VIGILANTE: A mí no tanto, a fin de cuentas acabaron con la Legión porque no se adecuaba a los estándares europeos…

CHICO: Peor sería estar en América.

VIGILANTE: El país de la histeria colectiva. Allí prohíben por miedo y jurisprudencia. Nosotros lo hacemos por complejo. Complejo de no ser lo suficientemente modernos.

CHICO: ¿Cuándo vamos a subir?

VIGILANTE: Qué impaciente.

CHICO: No, es sólo que no me gusta esta habitación…

VIGILANTE: No me extraña. Está muerta. Estamos dentro de un edificio muerto. Todos los rascacielos de esta zona están muriendo de cáncer. Más que vigilante soy un cancerbero. ¿Tú a qué te dedicas?

CHICO: Ahora soy canguro. Aunque he hecho de todo: camarero, comercial, paseador de perros…

VIGILANTE: El trabajo es algo arbitrario, un estado de la mente que genera un intercambio de tiempo por dinero. Este reloj, veinte horas de trabajo. Una cerveza, media hora. Ya no quedan oficios como en los tiempos de nuestros abuelos.

CHICO: De hecho, cuando acuesto a los niños, soy también una especie de vigilante, como tú, el guardián de sus sueños.

VIGILANTE: En este edificio he notado…

CHICO: ¿Cómo?

VIGILANTE: No, nada.

CHICO: Ibas a decir que habías notado...

VIGILANTE: Eres rápido. La presencia de un niño.

CHICO: ¿La presencia?

VIGILANTE: Por la altura era un niño o un hombre pequeño. No quiero que pienses que soy un lunático. ¿Tú crees en las energías?

CHICO: Como dicen en El Secreto, somos el imán más poderoso del Universo. Es la ley de la atracción.

VIGILANTE: Eso son gilipolleces de autoayuda, no sé cómo la gente puede seguir leyendo ese libro. No, me refiero… a veces pienso que tengo un sexto sentido. Puedo sentir la energía de los lugares donde estoy. En este edificio, por ejemplo, desde que trabajo aquí, he notado cómo la energía positiva ha ido subiendo hacia arriba. No es un edificio con mala energía, quiero decir, en general, no siento malas vibraciones, comparado con otros, no hace falta que sean rascacielos, pero últimamente las plantas inferiores están cargadas de torbellinos de negatividad. Son como corrientes de aire de mal rollo.

CHICO: Puede que sean pensamientos tuyos negativos.

VIGILANTE: A veces he notado… como una sombra que me pasa por detrás. Al principio siento un escalofrío y luego veo por el rabillo del ojo cómo sale corriendo por el pasillo. Entonces le sigo, al niño o lo que sea, y cuando llego a la sala donde se ha metido, no hay nadie. (Pausa.) ¿No me crees?

CHICO: (Reticente.) Sí, ¿por qué no iba a creerte?

VIGILANTE: Te estás echando para atrás.

CHICO: Para nada.

VIGILANTE: También me pasó alguna vez en La Legión, aunque no se lo conté a nadie, vaya que alguno le fuera con el cuento al general.

CHICO: ¿Oye, y qué pasó con la cabra?

VIGILANTE: ¿Cómo?

CHICO: Que qué fue de la cabra de la legión.

VIGILANTE: La soltamos en el desierto, como el chivo expiatorio. ¿Conoces la historia del chivo expiatorio?

CHICO: Sorpréndeme.

VIGILANTE: En el Yon Kipur se conmemora el Día de la Expiación, el día judío del arrepentimiento. En el Levítico se explica que se echa la suerte sobre dos machos cabríos: una por Jehová y otra por Azazel. Con la sangre del chivo sacrificado sobre el que cae la suerte de Jehová se hace la expiación. Después se transfieren los pecados al chivo sobre el que cae la suerte de Azazel y se abandona en el desierto, para alejar los pecados. De ahí viene lo de chivo expiatorio.

CHICO: El que es culpado o castigado por los errores de otro.

VIGILANTE: Lo fuerte es que Azazel es en realidad un ángel caído. El que enseñó a los hombres a usar las armas y a las mujeres a usar los cosméticos.

CHICO: Mejor cargar con la culpa y sobrevivir a que te expíen y te rebanen el cuello.

VIGILANTE: Sin derramamiento de sangre no puede haber perdón.

CHICO: Las religiones pueden llegar a ser impías. Por eso prefiero El Secreto.

VIGILANTE: Todo esto lo sé por mi madre, que era pitonisa. Le encantaba contarme estas historias para asustarme cuando era pequeño.

CHICO: Lo sé.

VIGILANTE: ¿Qué?

CHICO: Que tu madre es pitonisa, no los cuentos que te contaba de pequeño. Te reconocí por la foto de tu perfil. Aquel agosto fuisteis la cabecera de todos los telediarios. ¿Sigue en la cárcel?

VIGILANTE: Y lo que le queda. Intentaron alegar locura transitoria, pero la hijaputa lo tenía todo tan calculado, tan medido, que no tragaron.

CHICO: Vaya, lo siento.

VIGILANTE: No lo sientas, casi prefiero que esté allí.

CHICO: ¿Pero de verdad adivinaba cuándo iba a morir la gente?

VIGILANTE: Sí, se ponía en trance, como mi abuela. Se supone que es hereditario en las mujeres de mi familia. Algunas lo han utilizado y otras no. Mi madre acertaba casi siempre, pero cuando fallaba… bueno ya sabes la historia.

CHICO: ¿Y sólo podía pronosticarlo de la persona que acudía a ella?

VIGILANTE: Desde luego, imagínate lo contrario, la de gente que habría venido a preguntar por algún familiar, algún jefe, algún famoso, nos hubiéramos hecho de oro.

CHICO: Hay que tener valor...

VIGILANTE: Bueno, se supone que si sabes que la vas a pifiar, puedes aprovechar mejor tu tiempo. Por lo menos, puedes pulirte el plan de pensiones.

CHICO: Pásame el cenicero. (Apaga el cigarrillo)

VIGILANTE: La cuestión es que cuando se le fue la chaveta y se puso en plan El Corte Inglés a devolver el dinero si el cliente no quedaba satisfecho, tuvo que ponerse manos a la obra.

CHICO: Menuda papeleta.

VIGILANTE: No sé, estas cosas no son infalibles. Son poderes difíciles de controlar. Y mira que yo no he conseguido nunca ponerme en trance, pero creo que algún cliente debería haberse alegrado si al final no era su hora…

CHICO: Y no obligar a la pobre mujer a ponerse manos a la obra.

VIGILANTE: Eso es lo que pienso yo.

CHICO: ¿Podemos subir arriba ya? Me está entrando claustrofobia.

VIGILANTE: Recuerdo que, cuando cerraron este edificio, hubo algún periodista que dijo que los rascacielos nos recuerdan la estupidez de los que como Ícaro quisieron tocar las nubes. (Pausa.) ¿De verdad crees que ahora somos menos estúpidos?

CHICO: No hay nada malo en reconocer los errores.

VIGILANTE: Ese debe ser mi problema.

CHICO: Hay que pensar así. De lo contrario, no avanzaríamos como especie.

VIGILANTE: ¿Y estamos avanzando?

CHICO: Los optimistas pensamos así.


Escena 2: Precipicios

(Oscuridad. El VIGILANTE y el CHICO han subido a las oficinas de la parte alta del edificio, más amplias y diáfanas que la de la escena 1. Al principio sólo se ve una proyección grabada de las vistas desde el rascacielos mientras suena “Creep”, de Radiohead. Después de dos minutos, la cámara enfoca al VIGILANTE, que mira absorto el paisaje nocturno hasta que se da cuenta de que le están enfocando. Se ilumina ligeramente la estancia y se ve al CHICO grabando al VIGILANTE con el móvil.)

VIGILANTE: ¿Qué haces? (Tapándose la cara.) Deja de grabarme, borra eso. Deja de grabarme ahora mismo y rebobina. No soporto que me graben.

CHICO: Tranquilo, tranquilo. Joder, qué sensible.

VIGILANTE: Bórrame.

CHICO: ¿Cómo?

VIGILANTE: Que rebobines y me borres.

CHICO: Voy, voy, mira, ya está, borrado.

VIGILANTE: A ver… gracias, lo siento, es superior a mis fuerzas. Todavía tengo pesadillas con las cámaras. A veces, me despierto en mitad de la noche y no puedo dormir porque pienso que me están grabando. Que hay una cámara escondida en algún lugar de la habitación grabándome.

CHICO: ¿Por qué no vas al psicólogo? Podría ayudarte.

VIGILANTE: Ya voy, pero no se lo he contado.

CHICO: ¿Y qué le cuentas?

VIGILANTE: No me gustan las pastillas para dormir. Mi madre estaba enganchada a las pastillas para dormir.

CHICO: Yo hubo una época que las tomaba, pero tuve que dejarlas. Me provocan sonambulismo.

VIGILANTE: Eso es imposible.

CHICO: Te lo juro.

VIGILANTE: Me estás tomando el pelo.

CHICO: En serio.

VIGILANTE: Supongo que después de lo que hacía, le venían los remordimientos, así que las tomaba para estar despierta el menos tiempo posible.

CHICO: Lo siento.

VIGILANTE: Te he dicho que no lo sientas, al menos dormida no daba por culo. A veces, yo también le colaba alguna pastilla para dormir en el té cuando no la aguantaba. Ese es el tipo de cosas que le cuento al psicólogo.

CHICO: ¿Y él qué te dice?

VIGILANTE: Me ha recetado unas pastillas para animarme. Tengo que tomar una al día, aunque yo he aumentado un poco la dosis. ¿Quieres probarlas? (Saca unas pastillas de un pastillero.)

CHICO: No, gracias.

VIGILANTE: ¿Seguro? Son Litio.

CHICO: Soy hiperactivo. Si los somníferos me dan sonambulismo, no quiero pensar qué efectos tendría el Litio.

VIGILANTE: Creo que necesito una copa. Por aquí debe haber una botella (Se va hacia una mesa con trastos que hay a un lado.) Bueno, ya puedes cumplir con tu parte del trato.

CHICO: El trato.

VIGILANTE: (Sirviéndose una copa.) ¿No es para lo que habíamos quedado? Yo te enseñaba las vistas del rascacielos y tú te traías unos tacones para que los probáramos. El sexo, lo que surja. Bueno, yo ya he cumplido mi parte.

CHICO: Aquí tienes, espero que sean tu número.

VIGILANTE: Gracias. ¿Te preparo una?

CHICO: (Descordándose los zapatos.) Vale.

VIGILANTE: Oído. (Prepara la copa mientras se descalza los mocasines sin agacharse.) No sé cómo pudieron llegar a prohibirlos. Qué será lo próximo. ¿Las chisteras? ¿El amoniaco?

CHICO: Descubrieron que provocaban artrosis en la rodilla, además de fomentar las diferencias de género.

VIGILANTE: Como el velo. (Le tiende la copa.)

CHICO: Como el velo. (El CHICO se pone en pie sobre los tacones y comienza a andar sin contonearse a por la copa). Salud.

VIGILANTE: Salud. (Se calza los tacones). Guau, qué fuerte. ¿Los ascensores? (Comienza a andar como en una pasarela. El chico también, al principio, tímidamente, aunque al final parecen dos top models en una escena de teatro alternativo.)

CHICO: La bisutería.

VIGILANTE: ¿El fútbol?

CHICO: ¿Mary Poppins? No, mejor Sonrisas y Lágrimas.

VIGILANTE: ¿Las piscinas? ¿Las playas? ¿Las saunas?

CHICO: ¿La poesía?

VIGILANTE: El teatro.

CHICO: ¿La alta costura?

VIGILANTE: El bajo vientre.

CHICO: Guau, es verdad que te da otra perspectiva…

VIGILANTE: (Haciendo como que se folla al otro.) ¿La penetración anal?

CHICO: (Besando al público, imitando a Marilyn.) El beso negro.

VIGILANTE: Las ostras.

CHICO: (Enseñando la barriga, un poco.) Las abdominales.

VIGILANTE: El champán.

CHICO: (Riéndose.) El cava.

VIGILANTE: (Taconeando.) El flamenco.

CHICO: La ópera. (Entona un aria.)

VIGILANTE: (Tapándose los oídos.) Las divas.

CHICO: ¿Sabes?, creo que eres un buen chico.

VIGILANTE: Mademoiselle, mademoiselle…

CHICO: (Tararea la canción.) Have you heard, it’s in the stars... Next July we collide with Mars...

VIGILANTE: No me digas.

CHICO: (Haciendo mutis con la copa en la mano como Bing Crosby y Frank Sinatra en High Society). Well did you eveh? What a swell party, what a swell party, a swellegant, swellegant, swellegant, this is...

(Los dos ríen, agotados, apoyándose el uno en el otro.)

VIGILANTE: Qué fuerte, tío.

CHICO: Pero muy bien.

VIGILANTE: Guau, no puedo más…

CHICO: Creo que me está subiendo el whisky.

VIGILANTE: Sí, claro.

CHICO: Oye…

VIGILANTE: Dime.

CHICO: Una cosa.

VIGILANTE: Lo que quieras.

CHICO: Una pregunta.

VIGILANTE: Dime.

CHICO: Fuiste tú el que mataba a los clientes de tu madre.

VIGILANTE: (Separándose.) Otro. ¿Quién os creéis que soy? ¿Norman Bates? Habéis visto todos Psicosis demasiadas veces.

CHICO: Perdón.

VIGILANTE: (Excitado.) Me tuvieron una noche entera en el calabozo, los hijos de puta, una noche entera. Me quitaron hasta los cordones de las zapatillas no fuera a suicidarme. No tenían ni una puta prueba, pero habían visto tantas veces Psicosis que lo veían clarísimo. Lo que no sé es si la entendieron. Norman era el asesino porque su madre estaba muerta. Estaba muerta porque el la había envenenado. Mi madre está viva, en la cárcel, pero viva, y es ella quien mató a sus clientes.

CHICO: Perdón, lo siento.

VIGILANTE: (Enfadado.) No soy un puto asesino. Y deja ya de decir tantas veces lo siento, me cago en la puta. Lo siento, lo siento, lo siento.

CHICO: Lo s… está bien, es que me sale.

VIGILANTE: Mejor.

CHICO: Estoy bien, sólo algo mareado.

VIGILANTE: Di algo divertido.

CHICO: “Me temo que sería un mal bufón”.

VIGILANTE: (Va hacia la ventana y señala al exterior.) Ven, acércate, mira. Los ojos del mundo están puestos en nosotros.

CHICO: Ya será menos.

VIGILANTE: Que vengas.

CHICO: Estoy mareado.

VIGILANTE: Pégate al cristal.

CHICO: No, tan cerca no.

VIGILANTE: No tengas miedo, yo estoy aquí.

CHICO: Que no…

VIGILANTE: Venga hombre.

CHICO: Tan cerca, no. Me da vértigo.

VIGILANTE: ¿Qué dices?

CHICO: Que me da vértigo.

VIGILANTE: Los muertos no pueden sentir vértigo.

CHICO: (Pausa.) ¿Cómo lo sabes?

VIGILANTE: Yo también vi tu foto en los periódicos. Por eso me sonaba tu cara.

CHICO: No, digo lo de que no podemos sentir vértigo.

VIGILANTE: Bueno, lo suponía…

CHICO: Pues te equivocas. Al menos, yo.

VIGILANTE: ¿Te dolió?

CHICO: ¿Cómo?

VIGILANTE: Cuando llegaste al suelo, si te dolió.

CHICO: No lo recuerdo. Sólo recuerdo cuando salté, pero no recuerdo la caída. Era un edificio mucho más bajo que éste, desde luego…

VIGILANTE: Sería un recuerdo bonito. A mí me hubiera gustado ser paraca. ¿Y qué pasa después?

CHICO: Ninguna luz al final del túnel, si es a lo que te refieres. Es… como despertar de un sueño, de una pesadilla, recuerdo sobre todo la sensación de alivio.

VIGILANTE: Yo no digo que tengas que subir al cielo cuando mueres. Es sólo que no es como cuando muere un animal, y no quiero entrar en debates éticos, pero se supone que también mueren nuestras ideas, nuestros pensamientos.

CHICO: En mi caso, no, yo básicamente sigo pensando lo mismo…

VIGILANTE: A lo mejor eres la excepción.

CHICO: No sé, estoy un poco confuso desde entonces. Por eso empecé a hacer de canguro. Los niños nunca preguntar por la muerte.

VIGILANTE: La muerte ya no genera un sentimiento piadoso, sino mediático.

CHICO: Supongo que toda liberación lleva implícita una nueva esclavitud.

VIGILANTE: Mi madre siempre dice que cuando se rompen unas cadenas, se crean otras nuevas.

CHICO: ¿A qué altura estamos?

VIGILANTE: No sé, 250 metros…

CHICO: ¿Vamos a follar?

VIGILANTE: ¿Lo ves? Es lo que te digo, la muerte ha dejado de ser algo metafísico, por eso la gente rinde tanto culto al orgasmo.

CHICO: En todo caso al amor. El amor es lo único metafísico que hay en nuestras vidas.

VIGILANTE: El sexo es el único vicio que no se ha prohibido. ¿Y sabes por qué? De repente, el sexo es algo dietético, algo que se hace con prescripción médica y espíritu deportivo. El sexo es sólo deporte.

CHICO: Para mí no.

VIGILANTE: (Cambiando de tema.) ¿Sabes lo que dicen en América, no? Cuando te casas con una mujer, no sólo te casas con ella, te casas también con su abogado.

CHICO: Entiendo que entonces no follamos.

VIGILANTE: Vivimos en una sociedad llena de autistas castrados.

CHICO: (Entre dientes) No por vocación propia.

VIGILANTE: ¿Por qué lo hiciste? (Pausa.) ¿Por qué saltaste?

CHICO: Digamos que para librarme de mis cadenas.

VIGILANTE: ¿Y te arrepientes?

CHICO: Ya te dije que no creo en la expiación.

VIGILANTE: Ya, tú sólo crees en El Secreto.

CHICO: De todas formas, era el día que tenía que morir. Tu madre me lo había dicho.

VIGILANTE: (Trastornado.) Mira, mira. (Subiéndose en un taburete.) ¿A que no adivinas quién soy? ¿Eh? ¿Quién soy? Venga, adivínalo. Soy la cabra de la legión. Beeeee, Beeeee

CHICO: Te vas a caer. Baja de ahí, creo que te has pasado con el Litio.

VIGILANTE: (Cantando.) Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerte, que va a unirse en lazo fuerte con tan leal compañera.

CHICO: Venga, que te vas a hacer daño con los tacones.

VIGILANTE: (Cantando entre sollozos.) Soy un hombre a quien la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio de la muerte…

CHICO: Ven que te ayudo…

VIGILANTE: Tú no puedes ayudarme, nadie puede ayudarme... (Esconde la cara en el regazo del otro.)

CHICO: (Le acaricia el pelo y le da un beso en la frente.) Ven, ya está, ya está, no pasa nada. No pasa nada, venga ya está, ya pasó.

VIGILANTE: Lo siento, de verdad que lo siento, lo siento, lo siento…

CHICO: Ya está, ya pasó… (Le besa en la frente, en las mejillas y luego en la boca...)

(Forcejean un poco, el CHICO intenta besarle de nuevo. El VIGILANTE pone su frente sobre la suya, con los brazos elevados en jarras, parece una escultura de dos toros engarzados por los cuernos, aguantan así un rato y luego se funden en un abrazo. Se apaga la luz y empieza a sonar “Shelter", de The XX).


FIN

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...