viernes, 24 de septiembre de 2010

Vuelve el kobe

Que es lo mismo prácticamente que decir que vuelve el hombre.


En estos días extraños en los que el miércoles es el nuevo jueves y el lunes el nuevo domingo; los cuarenta son los nuevos treinta y los osos montañeses son las nuevas musculocas; ahora resulta que los carnívoros son los nuevos veganos. ¿Que quién lo dice? El New York Times, ohhhh my… Leo que en Nueva York lo último son las carnicerías de lujo de carne ecológica de vacuno, con escaparates como el de Prada y clientela tan escrupulosa en denominaciones, cortes y pureza como los "antiguos” abanderados de la fruta ecológica, esa que parece que está… podrida. Leo que el kobe (para los castizos, el buey de Kobe, región del Japón donde masajean a las vacas y las ponen ciegas de cerveza) se vende a 85 € el kilo. Señores, si los 50 € son las nuevas 5000 ptas, ese era su precio en los noventa, cuando Damien Hirst empezó a exponer tiburones en formol. Baratísimo. El solomillo de ternera gallega en el C.I. está ya a 45 € el kilo, y eso que son vacas sobrias y con contracturas (los gallegos sólo dan de beber y masajean si hay sexo de por medio). Vamos, se me hace la boca agua sólo de pensar en unas minihamburguesitas de kobe....

Y mira que yo creía que el kobe dejó de estar de moda cuando empezaron a descomponerse los tiburones de Hirst. Porque, de siempre, para ver si una cosa ha pasado de moda sólo hay que ver si se ha puesto de ídem en Madrid. Esta ciudad es así de poco pretenciosa. Que ves al Príncipe y al Rey con barbas en plan oso, pon las tuyas a remojar porque ya no se lleva. Que abren mil bares con cartas de mil ginebras, pásate al vodka. Que incluyen el kobe en los restaurantes del barrio de Salamanca, vuelve al tofu. Los madrileños son tan cosmopolitas que pasan del cosmopolitismo.

Pero lo que más me ha gustado de la noticia de Nueva York es que, aparte de las clases de despiece del cerdo (me imagino que muerto, aunque sería lo más que volviera la matanza), la vuelta a la carne es algo filosófico, una vuelta a nuestros años cazadores pre-neardentales, antes de que se nos pusiera a todos el culo como una plaza de toros con el sedentarismo e Internet. Tanto, que las comidas se hacen a lo grande (en plan, vamos a acabar con el mamut antes de que se ponga malo, que el tatara-millones-de-veces-abuelo de Smeg sigue poniendo la sandía enterrada en el río) y luego hacen varios días de ayuno para simular la época entre cacerías. Bueno, no tengo palabras, quiero practicar esa dieta ya, aunque sea con pollo a l’ast.

Lo dicho, que vuelve el hombre, el cazador, la postura a cuatro patas y las pieles de leopardo. El estilo de vida cavernícola. Y la indigestión. Que lo ha dicho el New York Times.

Yo ya he hecho sitio en el salón para una cámara frigorífica...


sábado, 11 de septiembre de 2010

El niño de los peines

“Me voy a bordar tu nombre,
en las trenzas de mi pelo,
con hilillos de colores
pa que veas lo que te quiero”

Luis de la Pica

Llega el otoño por fin y con él la posibilidad dejarte el pelo largo. A la manera del “Know your colors, know your fabrics”, que hace referencia a la necesidad de conocer tus tonos de maquillaje y las telas que más te favorecen, podría decirse “Know your long, know your hairdo": conoce tu largo, conoce tu peinado.

Es bien conocida la tradición de cambiarte de peinado cuando terminas una relación y sin embargo el cabello también juega un papel fundamental en el momento de iniciarla. Aparte de la cita popular que canta Luis de la Pica, en la línea de peluquería de afroamericanas, voy a transcribir una de las declaraciones de amor más hermosas que he leído últimamente, sacada de la vida real. Sé que es poco ético (no he pedido permiso para su reproducción) pero es que es puritita literatura: "me encanta ese peinado tan chic y tan bonito que llevas en la foto, ese corte tan moderno y actual, a capas, despuntado, como monero, con flequillo tan moderno, aporta un aire muy actual y superjuvenil a tu mirada, es precioso y cómodo, reconozco que me encanta y te sienta divina esa melena, ¿quién es la peluquera/o que te mantiene esos cortes tan bonitos y actuales?”

Aquí añado además algunos de los looks que más me han gustado en lo que va de septiembre.



jueves, 9 de septiembre de 2010

Hacer un Whoopi

Después de hacer un Sofía, hacer un Pina y hacer un Rosarillo, ahora llega hacer un Whoopi. Origen: Nueva York, 1990, el fantasma de Patrick Swayze se mete en el cuerpo de Whoopi Goldberg para liarse con Demi Moore. Se utiliza cuando te gusta alguien, pero no puedes liarte con él porque estás muerto, estás casado o tienes una gonorrea, que para el caso es lo mismo, o simplemente porque te da pereza porque sabes que es un poco gilipollas y no quieres pensar en el día después. Entonces, lo que haces es que se lo presentas a tu amigo y consigues que se líe con él. Y antes de que empiecen, tu alma sale de tu cuerpo y entra en la de tu amigo, al que utilizas como medium para liarte con el otro. Lo digo porque A. me hizo un Whoopi este fin de semana.




2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...