jueves, 11 de octubre de 2012

Tuitéame, tonto

Generación Twitter:

Dícese de la generación que sólo necesita 140 caracteres para definirse, opinar e informarse, espacios incluidos. Cognitus interruptus prov…

…ocado por el límite de caracteres de los SMS de los antiguos móviles. Todo un reto, no sólo para la capacidad de síntesis de las nuevas generaciones, sino para la supervivencia de algunas preposiciones, pronombres relativos, el punto y coma, el contexto y las subjuntivas en general.

Y el punto y aparte. Qué grande el punto y aparte. Qué venga-hasta-luego.

¿Que qué le reprochamos a esta generación? Que no profundizan, que se quedan en los titulares (y no solo de los periódicos, de la vida), que fingen saber más de lo que saben, que les encanta pontificar sin entrar en exégesis, que no saben leer entre líneas (porque sólo tienen dos), que odian la hermenéutica, que son superficiales de mala manera (porque para ser superficial hace falta haber profundizado antes), en definitiva, que son jóvenes.

La crítica a la razón tweet (porque twit significa imbécil, bobo, en inglés) ha sido el tema de mis penúltimas borracheras, lo que me ha acarreado más de un rapapolvo (de menos de 140 caracteres, eso sí), aparte de dejarme en las reuniones como un viejuno reaccionario que lleva fatal la edad.

Todo esto para retratar (o más bien hacer una instantánea con el móvil, como a ellos les gusta) la brecha generacional entre lo que vino llamándose Generación X y esta nueva Generación Twitter. De los baby boomers no voy a hablar, más que nada porque ellos tampoco lo hacen, para no parecer mayores (algunos hasta tienen página en Twitter). Más de un baby boomer me ha lanzado una mirada de reproche donde se podía leer: te estás delatando. Cuando el único delito que quiero denunciar, si el no pensar es algo punible en estos tiempos de paños calientes, es el de estos haikus-wannabes. Pero quizás sea mejor que termine de exponer el caso, mi señoría.

El otro día estaba terminando “Covering McKellen” (porque un libro no es algo que se descarga, es algo que se arruga), creo que ya lo comenté, sobre un actor viejo y reaccionario que sale de gira haciendo de sustituto de Ian McKellen en King Lear y no soporta a la nueva hornada actores, cuando me encuentro con lo siguiente, que él extrae de un artículo de periódico:

“Those born after 1982 are seen by employers as unrealistic, self-centered, fickle and greedy, with a massively over-inflated opinion of their own abilities. They expect everything to fall into their laps and, chances are, they will be cruelly disappointed”. 

Toma castaña. Lo he dejado para el final porque a estas alturas de líneas ya sería para tuitearlo que alguien de esa generación continuara leyendo. No voy a desgranar aquí las conclusiones regadas por el alcohol a las que hemos llegado (no los nombraré, pero I’m not the only old reactionary), aunque sí las premisas: la culpa de todo la tiene Internet (por no decir la LOGSE y sus padres). Pero bueno, dejémoslo en que han recibido la información muy fragmentada y a espuertas. La Generación X fuimos los primeros en beneficiarnos de la red, pero teníamos impresos a golpe de colleja lo que cuesta conseguir las cosas (la información, entre otras) como para no apreciarlas. Seguiría hablando pero me están dando ganas de beber para soltar la lengua y son sólo las 11 de la mañana.

(Es un post que llevaba tiempo postergando para no echarme años encima, pero los 255 caracteres de ese artículo de periódico no podían explicarlo mejor que un vídeo autoeditado por Winona Ryder en Reality Bites).

sábado, 6 de octubre de 2012

Los beneficios del chándal


"¿Por qué tengo que vivir? ¿Para decidir qué ropa ponerme? Y cuando lo hago, ¿qué es lo que me espera?"

Las amigas, Antonioni

*    No es ninguna boutade decir que Sam Mendes, el niño mimado del teatro inglés,  se está jugando el título de Sir en la próxima película de James Bond, Skyfall, que esperamos que no sea el bluff que ha resultado la canción homónima de Adele. Aunque no sé por qué me da que últimamente está más por impresionar a su one-day-to-be-father-in-law, Sir Peter Hall (exdirector de la Royal Shakespeare Company y el National Theater, padre de Rebeca Hall, 17 años his younger) que a su cachonda majestad.

*    Si, como dice Canetti, la ética del anciano es su salud, la del joven sería el desafío de esta.

*    Me quedo de piedra al conocer el caso del niño de Palma (suena a torero) que quería hacer estragos en la Universitat balear. Aparte de lo surrealista de la noticia en El País (declaraciones de su bibliotecario y su peluquero, ni una palabra de la familia), estoy considerando seriamente cambiar de trabajo y dedicarme al póker en Internet (¿21 años, un mes independizado y 7000 euros en el banco ganados en timbas? That's what I call a what the fuck).

*    No es que me haya caído del caballo como San Pablo estos días en el pueblo, pero hoy debo confesar que he descubierto algo que antes nunca hubiera admitido fuera de la palestra: los beneficios del chándal.

*    Por último, reivindicar la figura de los dos policías de Cerdanyola. Hay que tener mucho aaaaaaaaaarte para elegir esa canción, mover el culo con uniforme y elegir una carretera desierta para grabarte. Lástima el tufillo homófobo de la ceja levantada con que todo el mundo ha recibido la noticia, incluidos los rumores de que ha sido la mujer del calvo la que ha colgado el vídeo. Por favor, ¿qué preferimos, cargas policiales, robos de cocaína o coreografías de Mama Lover?

miércoles, 3 de octubre de 2012

Ahora elijo yo las canciones

Ya no cojo taxis. Eran muchos al día y tampoco tengo ninguna prisa por llegar a mi destino. Ahora voy andando a todas partes, a paso Londres, de zancada larga, con los cascos a todo volumen. Ahora elijo yo las canciones.


lunes, 1 de octubre de 2012

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...