miércoles, 21 de abril de 2010

Muerte de un viajante

Como siempre, retraso en el blog. Hace dos semanas bajé a ver a mis padres. Me llevé “La muerte de un viajante”, de Arthur Miller, que trata de padres e hijos en un Brooklyn sonámbulo y deprimido de los años 40. El protagonista es Willy Loman, un viajante “jubilado” hace años (él no lo sabe o no quiere saberlo: “no se puede comer la naranja y tirar las mondas, un hombre no es una fruta”, le espeta un día a su patrón que hace ya tiempo se lo engulló), al que han reducido el sueldo y ahora sólo trabaja a comisión. Willy cree que el carisma es lo más importante para alcanzar el sueño americano e intenta traspasar sus ilusiones a sus hijos, dos jóvenes atléticos y guapos que, según él, deberían tenerlo todo en la vida. Pero no lo tienen. Cuando Willy va a pedir un aumento a su jefe, le despiden directamente.



El efecto más directo de la crisis es que acabas viviendo en negación (in denial). Willy Loman es un experto en eso. El sistema le ha dejado tirado en la cuneta y él no sólo se niega a aceptarlo: su confianza en el sueño americano le lleva a suicidarse al final para que sus hijos cobren el seguro y continúen con esa vida de ficción totalmente alienada que él ha llevado.

Oh, my… no esperaba que Willy Loman me doliera tanto. Pensé que me iba a identificar más con los hijos, pero Biff es demasiado el ojito derecho de papá, y Happy, aunque es un putón, es demasiado hueco. Leo después a Mario Gas: "Cualquier persona que vive una vida de ficción totalmente alienada, a favor de un sistema que cuando ya no le sirve le arroja a la cuneta y encima no sabe qué lugar ocupa, ni sabe reaccionar y tener un compromiso consigo mismo, es hoy un Loman. Los encontramos por todas partes, no sólo a una edad en la que ya no se sirve para el engranaje, sino también en edades intermedias se dan estas deserciones".

Gracias a Dios que mis padres pusieron Cine de Barrio donde pasaban “¿Qué hacemos con los hijos?”, mi película favorita de Paco Martínez Soria. Curiosamente está basada en una obra de teatro homónima de Carlos Llopis, coetáneo de Mihura y Jardiel, aunque considerado un autor menor. A mí hay escenas en la película que me emocionan mucho. Y la madre me gusta mucho más que la Linda de Muerte de un viajante. Así que me repantingué en el sofá y me puse a verla intentando que mi madre no se diera cuenta de que se me empañaban los ojos. In denial...

martes, 20 de abril de 2010

Penélope encore

Varias preguntas: ¿la de la izquierda es realmente Kate? ¿qué opina Salma de la foto? ¿por qué no sale Bono en el posado? No quiero ni imaginar los artículos solidarios del interior...

(Abriendo la boca mucho, à la Sarah-Jessica): Yes, sweetie, but with cocktails.

viernes, 16 de abril de 2010

El mundo es todo lo que no gira alrededor tuyo

Desde la Pascua se te acumulan los papeles y los recortes de periódico encima del escritorio, ideas que no acaban de cuajar, pensamientos que se quedan tiesos como la ropa olvidada en verano en el tendedero: en el fondo te resistes a aceptar que el mundo es todo lo que no gira alrededor tuyo. Supongo que a Herman Tertsch le sucede algo parecido: se te olvidó preguntárselo la noche que te lo encontraste en el Why Not? de marcha. A veces, te mata la timidez.



Querías escribir sobre las ‘galerianki' (literalmente, chicas de las galerías) que en Varsovia hacen cruising en los lavabos de los centros comerciales varsovitas a cambio de un pañuelo de Prada, un i-Pod o una cena de sushi. Entiendo su adicción a la ropa, lo de los móviles y las cenas fuera me cuesta más. Y todo a ritmo de hip-hop polaco. Han hecho una película: el morbo de ver el materialismo contaminando el alma de una nación católica y ex-comunista, de lo contrario no tiene más interés.

También sobre Romain Gary, que estuvo casado con Jean Seberg y es el único escritor francés que ha ganado dos veces el Goncourt: se presentó con otro nombre para burlarse de los que decían que estaba acabado. Su hijo, en su adolescencia arrastrado a la bebida y adicto a la prostitución (leo en un artículo, supongo que como cliente) después del suicido consecutivo de sus padres, tiene ahora una librería en el Raval (Lletraferit, al Carrer Joaquim Costa). Yo tengo pendiente en la mesita de noche "Les clowns lyriques", pero es que últimamente no tengo tiempo para el francés.

Y por último, sobre Cesc, que se quedó sin jugar en el Camp Nou después de la tarjeta amarilla en el partido de ida de los cuartos de final de la Champions. La historia, para los analfabetos del deporte como yo, es la siguiente: Cesc es actualmente el capitán del Arsenal, pero su sueño fue siempre jugar en el Barça. En Londres le sacaron la amarilla, por lo que no pudo jugar el partido de vuelta en el Camp Nou: "El mundo se me ha caído encima". Su abrazo con Piqué consolándole me puso los vellos de punta, no por él: es que Piqué me parece el hombre más sexy del fútbol español. Aquí hay una gran historia de amor.



viernes, 2 de abril de 2010

La semana pop

"El cinismo representa con frecuencia la postura del metafísico hacia el sentimentalismo omnipresente" (Krystian Lupa)



A mí la Semana Santa me gusta empezarla viendo Kika, mi película favorita de Almodóvar o, por lo menos, con la que más me río: "mucha virgen, mucho santo, mucho paso de Semana Santa, pero tú no te has salvao, bonita".

Abrir la ventana y sentir la primavera, porque los maricas también venimos del mono, tanto o más que los heteros, mientras suena algo como la Saeta de Miles Davis a todo volúmen por la ventana.



Y poner la tele, que Canal Sur está toda la semana emitiendo procesiones sin parar. El Domingo de Ramos me hinché de llorar cuando vi el primer encierro recordando la Semana Santa en mi casa de Málaga. Es el día de los pasos más grandes: la cena, el huerto...

El lunes, ver el Cautivo (las manos de la foto) en la tele, escuchar alguna saeta, traducir al ritmo de los tambores se ha convertido en un ritual en mi casa. El jueves, los legionarios (soy el novio de la muerte).



En Madrid también hay procesiones. Yo soy de Jesús el Pobre, que procesiona por la Latina, al que vi encerrar el primer año que estuve aquí y volví a ver anoche y le hice una promesa. Conozco a uno de sus costaleros de mi gimnasio y me guiñó un ojo. Jesús el Pobre es muy del Atril. Mira qué cara

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...