lunes, 30 de abril de 2012

No se me puede acusar de pesimista

"Si pesimismo es un juicio en el sentido de que el mal sobrepasa al bien, no se me puede acusar de pesimista, ya que no tengo deseos ni competencia para juzgar. Simplemente he encontrado más de lo uno que de lo otro"

(Carta de Samuel Beckett a Tom Bishop, 1978)


jueves, 26 de abril de 2012

La información

"De noche en las ciudades, lo noto, hay hombres que lloran en sueños y luego dicen nada. No es nada. Sólo una pesadilla. O algo parecido...Desciendan en la nave del sollozo, con analizador de lágrimas y sondas de llanto, y darán con ellos. Las mujeres -ya sean esposas, amantes, musas demacradas, niñeras gordas, obsesiones, devoradoras, ex, némesis- se despiertan y, con femenina urgencia de saber, se vuelven hacia esos hombres y preguntan :"¿Qué te pasa?" Y los hombres contestan: "Nada. No es nada, de verdad. Sólo una pesadilla”

Así empieza “La información” de Martin Amis, y no es otra cosa que la certeza de la muerte la información por la que lloran los hombres que se despiertan en medio de la noche una vez entrados en los cuarenta. Un comienzo típicamente machista que entronca con lo que ya lo decían los griegos: “la ciudad son los hombres”, no las mujeres.

Yo creo que Martin Amis se equivoca: al entrar en los cuarenta, las mujeres también se despiertan en medio de la noche con una certeza. Eso sí, son más fuertes que ellos y no lloran. Y desde luego, las que duermen con alguien, no hacen ruido para despertarles. Las mujeres –ya sean solteras, madres con complejo de culpa, novias desengañadas, adictas a la cocaína- hacen suya la máxima de Wilde: “la tragedia de la vejez no es que uno sea viejo, sino que uno es joven”. Su scoop es otro y, una vez que lo descubren, se instalan en el limbo de lo pudo haber sido y no fue (tanto las que apagan de un manotazo el despertador biológico como las que no).

Las maricas, cuando entran en los cuarenta, se despiertan de madrugada con ardores provocados por el garrafón del fin de semana y cruzan su particular threshold of revelations, como decían en Angels in America, aunque desgraciadamente la suya es una revelación sin ángeles de por medio. De noche en las ciudades, hay maricas que lloran en medio de la noche porque descubren que no son mujeres y, como a los hombres de la novela de Amis, les sobreviene la certeza de que van a morir. Como todo en su vida, el secreto que se les confía tiene la sonrisa del payaso triste (careta de alegría con el alma rota, que cantaba Bambino). Aunque quien mejor ha retratado esa revelación ha sido Billy Wilder en “Con faldas y a lo loco”, cuando Jack Lemmon, otro gran payaso triste, tiene su particular midlife crisis con medias y tacones: "Soy un hombre, soy un hombre, qué desgracia la mía".




No quiro ponerme pedante, pero en la versión en español está censurada una de las mejores frases de la película, cuando dice:

- Pero tú no eres una mujer, eres un hombre. Ni en broma puedes hacer eso.

- ¿Y el porvenir?

En inglés dice (minuto 1:30):

- But you’re not a girl, you’re a guy, and why would a guy wanna marry a guy?

- Security.



Siguiendo con la pedantería, como dato cinéfinlo, Wilder hizo que Lemmon tocara las maracas para que el público pudiera soltar la carcajada entre réplica y réplica sin que se perdiera nada.

(Volviendo al tema de La información, tampoco me quiero poner 15M, precisamente en este blog que es una celebración de la exuberancia irracional como la que retrata Amis en su novela sobre los problemas burgueses en la cool Britania, pero es que, como suele decirse, me lo he puesto a huevo: desgraciadamente, hoy día, La información que recibe cualquiera que se despierta en mitad de la noche se parece más a no volveré a conseguir un trabajo en condiciones, no podré pagar la hipoteca, hasta cuándo puedo aplazar la visita al dentista, de la pensión mejor ni hablamos, etc., etc., etc.)

martes, 24 de abril de 2012

Mi último día en la tierra

Abel Ferrara ha dirigido la comedia romántica del año (4:44 Last Day on Earth):

1. Porque una película que parte de la premisa de que el mundo se acabará en 24 horas porque Al Gore tenía razón parece un chiste de stand-up comedy, y la stand-up comedy siempre me recuerda a Annie Hall, una de mis comedias románticas favoritas.

2. Porque una vez que te lo crees, que el mundo realmente se acaba (que te vas a morir), empiezas a pasar mucho miedo. Yo me pasé la primera mitad de la película con un nudo en la garganta y unas ganas horrorosas de saltar por la ventana. Y ya se sabe que el terror es el género favorito de las parejas.

3. Porque aunque dé mucho miedo, Ferrara tiene una guasa tremenda. Por ejemplo, la pareja protagonista pide comida por teléfono, ¿y quién trabaja la noche antes de que acabe el mundo? Un chino, que además aprovecha para despedirse de su familia por Skype en la escena más bonita de la película.

4. Porque, todavía no lo había dicho, pero trata de las 24 últimas horas en la vida de una pareja y, aunque ellos no pueden ser más cargantes (ella pintando todo el rato, él escribiendo, los dos haciendo yoga…), no puedes dejar de pensar en lo triste que sería pasar solo tus últimos días, que estás echando tu vida a perder, que la promiscuidad es pan para hoy y hambre para mañana, las canciones que pondrías, las películas que verías… como cantaban PSB: The flowers on the garden, the wine, the Waiting for Godot and so much modern time. What does it matter if there’s no one here to share.

5. Que sí, que todos morimos solos, pero en la película todos mueren a la vez.

6. Porque contra la creencia popular, lo romántico no es el principio del mundo (El árbol de la vida), sino el final.

7. Porque aunque Ferrara se crea que es muy duro por llevar chupa de cuero y comprar perico, las últimas palabras antes del apocalipsis son “All we have is each other, I love you, we were angels already”, algo que todavía no se ha atrevido a decir ninguna de las reinas de la comedia romántica americana.

8. Precisamente porque la película no es nada cínica, a pesar de que sale el Dalai Lama, el Papa e imágenes de gentes de todos los rincones del mundo poniendo velas.

9. Porque es un alegato contra el sexo sin amor mucho más duro que la meliflua Shame. Porque no es lo mismo entregarte al sexo cada fin de semana como si no hubiera un mañana que tener la certeza de que no hay un mañana y realmente es el último polvo que vas a echar en tu vida.

10. Porque aunque tengas la casa llena de pantallas de todo tipo, te despidas de familiares y amigos por Skype (delirante la escena de la pelea con la exmujer), cuando llegue el apagón final, no hay pantalla que valga.

11. Porque la crisis económica, de pesada que está, ya no da ni miedo y necesitamos miedos más grandes para dejar la soltería.

12. Porque Nueva York sale muy bonito.

miércoles, 18 de abril de 2012

Hombre-niño

"Es hombre (...) se creía un niño. Durante años, Barcelona le inculcó la idea. Esa ciudad-ramera, cuando no asesina, se dedica a parir personajes como yo: monstruitos a quienes no se permite crecer, a los que se mantiene en una infancia eterna, acosada por dádivas que son mitad halago y mitad rechazo, mitad éxito y mitad frustración. Cataluña me hizo hermafrodita; Barcelona, un niño imbécil; tú, un pobre perro. Ese hombre-niño, hermafrodita cultural, amante sarnoso, sexualidad amorfa (el último iluso que confundió el sexo con la Historia del Teatro Catalán) (...) ya estaba en el primero de los paraísos perdidos -he aquí, por cierto, uno de tus reproches favoritos: mi incapacidad para gozar de los mundos hasta que han caído-."

(Terenci Moix después de romper con Enric Majó)

domingo, 15 de abril de 2012

Cuchillos en abril

Odio a los adolescentes.
Es fácil tenerles piedad.
Hay un clavel que se hiela en sus dientes
y cómo nos miran al llorar.

Pero yo voy mucho más lejos.
En su mirada un jarín distingo.
La luz escupe en los azulejos
el arpa rota del instinto.

Violentamente me acorrala
esta pasión de soledad
que los jóvenes cuerpos tala
y quema luego en un solo haz.

¿Habré de ser, pues, como estos?
(La vida se detiene aquí.)
Llamea un sauce en el silencio.
Valía la pena ser feliz.

(poema de Pere Gimferrer incluido en "Arde el mar")

martes, 10 de abril de 2012

Los panes de Peter

“Always to be a little boy and have fun” J.M. Barrie

Peter Pan, ese niño egoísta, divertido, irresponsable y desmemoriado creado por Barrie (las últimas palabras de su novela “Peter and Wendy” describe a los niños como “gay and innocent and heartless”) empezó siendo un bebé de siete días en los primeros cuentos de Barrie, un niño de seis o siete años en la novela “Peter y Wendy”, de once o doce en la película de Disney, un adolescente en la obra de teatro homónima donde casi siempre lo representaban mujeres (Mia Farrow en la foto), y acabó siendo un cuarentón sin gracia en la versión de Spielberg.



Un crecimiento paradójicamente opuesto al síndrome al que da nombre, cuyos síntomas se describen a menudo como: irresponsabilidad, narcisismo, mala memoria, ansiedad, soledad y conflicto con los roles sexuales. Muy baja autoestima, falta de empatía y un gran complejo de culpa. Excesos dipsomaniacos, adicción a las drogas, y sexo ocasional y a menudo raro.

Para colmo, tiene un némesis, el capitán Garfio, con el que se llega a complementar tanto que acaban formando un solo ser (como en el fondo ocurre con todos los némesis). Garfio es un pirata que ha estudiado en Eton, obsesionado por la imagen y con un gusto exquisito en el vestir. A Garfio le gusta cambiarse de modelito según el momento del abordaje y, por si esto no bastara, le persigue el tic-tac de un reloj que se ha tragado un cocodrilo con el que seguramente sueña hacerse unas botas de piel.

Los amigos de Peter son gente con crisis de identidad, como Wendy (en realidad lo que quiere es ser madre), o compañeros de farra como los Niños perdidos, aunque me gusta más la traducción de Lost Boys que le dieron a aquella película de vampiros de los ochenta: Jóvenes ocultos. No hay Lost Girls. Como explica Alison Lurie en The New York Review of Books a propósito de una nueva reedición de la obra: “Women in popular culture are often shown as upset and depressed by the idea of growing old, usually because age will make them less attractive to men, but they seldom seem to long for a permanent adolescence in which they can hang out with other lazy, unemployed females, get drunk, and talk dirty.”

Peter Pan no puede recordar los nombres de los piratas a los que ha matado. Es un promiscuo sin remordimientos: “Los olvido después de matarlos”. No hace falta que cambie el verbo para que me entendáis.

Como diría mi adorado Stefon, “New York’s hottest place is Neverland. This place has everything: fairies, indians, pirates, mermaids, a crocodile, Tinker Bell, a pedofile”. Si, Barrie, como Michael Jackson, no se libró de la acusación. Michael, como Barrie, siempre dijo que su infancia terminó a los 6 años. Supongo que sus abogados se plantearían alegar que un niño no puede ser acusado de abusar de otro niño. Michael, en cambio, haciendo honor a su edad mental, se vengó creando el vídeo de Ghost, un remedo de Thriller que presentó un año justo antes de cumplir los 40. En él, su némesis, el malvado alcalde (interpretado también por Jackson), se parece sospechosamente al fiscal de su juicio por abusos a menores.



Me parece que me estoy saliendo del Valle Normal, como la comitiva que entra con las antorchas en el castillo de Algún otro lugar. Aunque más que un post freak, me está quedando un cadáver exquisito, como aquellos que creaban los surrealistas. Un cadáver exquisito que ya no necesita beber vino joven para componer un poema al alimón. Me pregunto si en un mundo donde la inseguridad económica ha sustituido al inconsciente colectivo tienen algún sentido personajes como Peter Pan o el fantasma de Michael Jackson. Por si acaso me equivoco, por favor, no me felicitéis mañana.

A todos los Peter Panes del mundo: be brave, clench fists.

domingo, 8 de abril de 2012

Saturday Night Live

SNL se ha convertido con sus 37 temporadas en un referente de la comedia mundial. Sus chistes son machistas, racistas y homófobos, pero me encantan. Este es mi gag favorito sobre famosos activos o pasivos:

http://www.plus.es/video/NHK-World-Surviving-the-Tsunami/20111222plucanpro_1.Ves/

Y luego está, por supuesto, Stefon, que repite en todos los capítulos el mismo gag, pero no importa. Es una parodia de las maricas de Chelsea y la tontería que tienen los newyorkers con la vida nocturna en su ciudad. Mi gag favorito es el primero, con los nombres onomatopéyicos de los locales, la ONG “Doctors without boners”, “I thought you were created by gay scientists". Me parto y me mondo.



miércoles, 4 de abril de 2012

Las grinder


Hermanas, la calle está fatal. Y si no tuviéramos ya bastante con la competencia del Gaydar, el Bakala y el Bear, ahora las Grinder nos están barriendo. No puedo con las grinder, son unas mamarrachas. Dónde se ha visto hacerse una foto en el espejo del baño con el flash enfocando a la cara para que sólo se vea el cuerpo. Unas mamarrachas. Y la que es mona, todo el día haciéndose fotos buscándose el lado bueno. Unas mamarrachas y unas acomplejadas. No puedo con ellas. Me recuerdan a las bandejas de carne de las neveras de los supermercados. No saben que el buen solomillo no está a la vista, te lo saca el carnicero de detrás del mostrador y tiene vetillas blancas porque la grasa le da sabor. Claro que qué sabrán las Grinder de sabor, si están ciclotímicas a base de pechugas de pollo hormonado y arroz vaporizado. Y de conversación ya ni hablamos. A base de hablar con peítos en el whatsup, se les va a poner cara de culo. Estoy hasta el mismísimo de conversaciones peo.

El colmo fue el otro día fumando en la puerta de un local. Si ya es difícil que un hombre te dé fuego de lado, porque viene servidísimo de chatear durante la semana, ahora se ha puesto de moda grindear en la puerta de los bares. Vamos, que te pueden dejar compuesta y sin polvo por la promesa de una tableta de chocolate, sin cara, que intenta que no se le note la pluma en mensajes llenos de monosílabos. En el futuro, las agencias inmobiliarias de Chueca promocionarán sus pisos destacando los hot spot de concentración grinder. Al tiempo.

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...