martes, 10 de noviembre de 2015

De pobres

No puedo estar más contento con la noticia de la OMS contra la carne procesada, no sólo porque me pilló en el pueblo y me abandoné a desayunar molletes de lomo metío en manteca (yo, que soy muy de ayunarle al desayuno), sino porque se acabaron las colas en la sección de embutidos de El Corte Inglés y presiento una caída del precio del jamón de bellota.

Presentir una caída del precio del jamón de bellota es de pobres. 

El título de la obra de teatro “Arsenic and old lace” es una parodia del título de una novela rosa llamada “Lavander and old lace”. Aquí se llamó “Arsénico y encaje antiguo”, aunque hubiera sonado mejor “Arsénico y lavanda”. El título que tuvo en el cine, “Arsénico por compasión", es muy bueno, aunque un poco spoiler. Por cierto, que a Cary Grant nunca le gustó la película porque estaba muy sobreactuado.

Estar sobreactuado es de pobres. 

Una desventaja del mariconismo es que te gustan tanto las series de hombres como las de mujeres. Este finde he estado enganchadísimo a Crazy Ex Girlfriend y Quantico.

Estar enganchado a las series es de pobres. 

Hace poco volví a ver “Qué he hecho yo…”, que tiene una de las escenas más tiernas del cine mundial, cuando Chus le pide al nieto que le escriba una carta con la letra de Gracia de Mónaco, la pobre.

Tener buena letra es de pobres. 

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