jueves, 30 de octubre de 2008

Hikikomori

Quizá tengan razón los días laborables, como decía Jaime Gil de Biedma, espero que no, porque los días laborables servidor se siente un poco como esos niños hikikomori que se encierran durante años en su habitación sin salir, mirando llover por la ventana de Internet, interactuando P2P, insultando a la pantalla de la PSP, mirándose el ombligo en su blog. Lo más cercano al contacto humano que sienten es el agua cayendo de la ducha. Y la mirada comprensiva de sus padres a la hora de comer, que debe de parecerse bastante a la de aquellos dinosaurios camino de la extinción. Se supone que en Japón hay más de un millón, aunque hablar de ubicación geográfica a estas alturas de siglo suene un tanto deprecated.

El presente/futuro es tremendamente robótico, sólo que los robots no son esos cacharros de hardware que imaginábamos en los ochenta, los robots se parecen más a los días laborables en Matrix, cuando Neo/Keanu se quedaba en la cama durmiendo. Son puro software.

El presente/futuro son ciudades blindadas al tráfico salvo pago de peaje, alquileres en el centro a precios prohibitivos salvo para notaría o multivivienda de camas calientes, mínimo/cero contacto humano en relaciones sexuales, condiciones laborables exprimidas por la crisis perpetua, parejas en régimen de leasing… anorexia, kinorexia, morenexia, ortorexia, vigorexia, sexorexia y mucha, mucha mercromina.

Aunque vaya a hacer alguna compra al Corte Inglés, aunque hable mucho por teléfono, aunque quede para tomar un café (a precio de una hora de trabajo), hay algo definitivamente Matrix en esta suerte de trabajo que he/me ha elegido. Me estoy volviendo uno de ellos. Pronto acabaré colgando vídeos en YouTube como el de este simpático hikikomori, que me recuerda a mí, pero más joven…





2 comentarios:

Ad dijo...

Yo te leo un poco más García Montero, cari, que me preocupas. Y eso que creo que lo has superado: encontrarle rutina a tu vida es todo ejercicio de poesía urbana y meta-conciencia ingente. Besitos desde suburbia, dear.

Ad dijo...

Por cierto, un blog ya para que este niño vaya en el próximo tour de la Spears. No puedo con su gritito final.

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