domingo, 16 de enero de 2011

Beware

Oscar Wilde dijo de "La importancia de ser Franco" que era bastante absurda y que no tenía ningún interés serio, aunque en el fondo era un retrato profundo de su doble vida. "El zoo de cristal" de Tennessee Williams es una versión tenuamente velada de las circunstancias de su vida privada. Y podríamos seguir.


Cuando le preguntaron a Harold Pinter si le suponía algún tipo de dilema moral utilizar su propia experiencia y la de sus amigos en alguna de sus obras, contestó: "Creo que todos los escritores lo hacen, de una forma u otra. Por que si no, ¿de qué escribiríamos? Escribimos sobre lo que nos toca y sobre la realidad observable que nos rodea. No escribimos sobre la luna. Y creo que, siempre que la obra esté escrita con compresión, es legítimo. No utilizo la palabra "compasión" porque esa no es la misión del teatro. No creo que la compasión cuente como una de las virtudes relevantes para la escritura dramática. Incluso diría que lo que busco es una compresión clara que arroje algo de luz a un cierto estado de las cosas. Si cumples esto, entonces no haces ningún daño".

Pinter explicaba también que él no se paraba antes de canibalizar su experiencia o la de otros, que era tal la urgencia de escribir que se lanzaba a la piscina de cabeza y, una vez escrito, era cuando se paraba.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca he leído una autojustificación exculpatoria tan ilustrada. Pues eso, hijo, termina ya y párate, que a este ritmo me conviertes en Marilyn de aquí a nada. En todo caso, eso de poner a prueba dramática lo que uno ha vivivo como comedia o gesta heroica tiene su punto. Lo que menos me gusta es no ser el protagonista, claro.

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=2Ej_XPKOAd0&feature=fvst

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