Fabrice Murgia, un belga de madre murciana, creo recordar, es el nuevo wonder boy del teatro europeo. Este año ha traído dos obras al Festival de otoño a primavera (qué nombre más feo de festival). José Luis Gómez hablaba maravillas de él en el programa (que me dejé en una fiesta de Eurovisión). Exils es una reflexión sobre la política social y la inmigración, con mucho vídeo y técnica documental (un poco tostón a priori).
El veredicto: ES-PEC-TA-CU-LAR. Hacía tiempo que no salía tan emocionado de una obra. No soy muy fan del uso de vídeo en el teatro, pero cuando está tan bien hecho, ¡por favor! No había visto nada parecido nunca. Había momentos que parecía una extraña mezcla de cine con actores reales detrás de una pantalla blanca, que se iban a bajar a la platea como en La rosa púrpura del Cairo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2017: tibio y desafecto
Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...
-
No voy tanto a Barcelona como me gustaría, pero bueno, aquí va una lista de mis favoritos y otros a los que quiero ir: Barna siempre por del...
-
Estoy harta de hacer la BBC (bodas, bautizos y comuniones), pero como el Hola paga, pues allí me colé y en su fiesta me planté, como cantaba...
-
Esta semana que ha muerto John Hughes y que de repente todas las modernas recuerdan El club de los cinco , La chica de rosa o Todo en un día...
1 comentario:
¡Qué modeeerno!
Publicar un comentario