miércoles, 20 de noviembre de 2013

Con luz y taquígrafos

Qué difícil es ser machista cuando eres de naturaleza envidiosa con las mujeres. Pero vamos, esta vez me lo han puesto fácil.

Mira que me encantan el post-feminismo, Beatriz Preciado, la performatividad y los cinturones con consolador, pero cuando leí en el ABC sobre el último "trofeo" de la Sinde, mis manos empezaron a tomar un tono verde tiñoso que pronto se extendió por todo el cuerpo como un filtro de Instagram. Desgraciadamente, el tinte no vino acompañado del ciclado extremo de The Hulk, así que imaginaros el cuadro: tan chuchurrío como Jim Carrey en la Máscara, pero sin el blanqueamiento de dientes.

Por un lado me alegró saber que Angelines ha seguido mis consejos con lo de no cerrar nunca los ojos, pero también te lo digo, cari, de fina que eres, estás quedando repipi. Di que tienes novio con flashes y iPhones. Que ya sabemos que echas de menos el ruido de los taquígrafos del Congreso (la verdad es que no tengo ni zorra de si se siguen usando), pero es que tiene todo el tufo que esa expresión tan rancia también te la ha enseñado el marqués.

Yo es que no puedo con la pedantería rigurosa, pero bueno, a lo que íbamos. Dejando a un lado lo del celestineo de la Balcells, que se disputa con la Benarroch la protagonista de la próxima representación en el Español del clásico de Fernando de Rojas, lo que más me ha dolido ha sido lo de "Entre borrador y borrador, se enamoraron". Porque a ver, dónde encuentras tú un maromo que esté en contra de tus leyes (aunque su afición por la piratería con tanto dinero como tiene le pone a uno la mosca detrás de la oreja) y aún así te ayude a ganar un premio literario de 150.000 euros. Lo más gracioso es cuando dice ella en su favor que se enamoró de un gran editor que ni la ha editado ni publicado. Angelota, cari, si se rumorea que te ha escrito media novela. Para mear y no echar gota.

También me ha dejado con la vejiga tímida lo de que sean novios de fin de semana, pero luego vivan una en Madrid y el otro en Barcelona. Eso es lo que yo llamo nacer con una orquídea en el derrière. Vamos que, en cuanto llegue a Barcelona, lo primero que voy a hacer es ir a cenar a La Camarga a hablar con Irene para que me haga cinc cèntims del marqués, porque vamos, servidor está harto de travestirse de pijo para ir al Maculato y ni un dj, oyes.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pos mira que te he propuesto borradores y borradores. Y de Barna con cambio de pareja de baile casi se asemeja a lo de la ministra, un poner.

La fugitiva dijo...

Vaya tela con el artículo: "Si se mudara a Madrid con ella, estoy casi seguro de que romperían a los pocos meses". Bueno, bueno, bueno...

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