miércoles, 13 de mayo de 2015

Yo adivino el parpadeo

Hay pocas cosas más silenciosas y silenciadas que un suicidio. Por eso extraña que una de las mejores películas que han tratado el tema tenga una banda sonora tan buena. Estoy hablando de Reencuentro (1983), de Lawrence Kasdan. Quizás porque el verdadero tema de la película no es el suicidio, de nuevo omitido, sino ese enfriamiento al que hace referencia el título en inglés (Big Chill) que se da en todas las generaciones cuando cambian el idealismo de la juventud por el estancamiento y la autocomplacencia que vienen después. Y la música, esos grandes éxitos de los 60-70, está ahí para recordarles que veinte años no será nada en las canciones, pero para algunos es un mundo.

Es la historia de un grupo de amigos en la treintena (aunque parecen mayores, qué adulta era la gente en los 80) que no se ven desde la universidad y se reúnen años más tarde en el entierro de uno de ellos, el más brillante y, a pesar de ello, el que menos ha logrado en la vida, para comprobar cómo han cambiado.

Que todo tiene su lado bueno. Yo en concreto agradezco el estancamiento y la autocomplacencia que ha sufrido mi pelo desde aquellos años. Esta es precisamente una foto del 12 de mayo de 1995, del cumpleaños de Josefina y Adolfo.


Curiosamente, tenía mezcladas la escena de la cocina de la película con aquel anuncio que la cocacolizó después. De niño no veía diferencias entre las dos escenas.


No hay comentarios:

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...