viernes, 5 de junio de 2015

Qué pocas quedamos

No sé qué pasa con esta primavera, que va a terminar sin arrancar del todo. Es como la quinta temporada de Juego de tronos: lenta, uneventful y panoli (que, por cierto, proviene del catalán: pa amb oli: simplón, sin voluntad).

Y con esa sensación de “Todo podría ser peor” o “Virgencita, que me quede como estoy” que han puesto tan de moda los famosos ERE de la serie, aunque en mi caso, como en el de la pobre Sansa, sería más bien un “Casi que me quede como estoy de virgencita”. Qué pocas quedamos, que decía María Luisa Ponte en El extraño viaje.

Total, para que luego llegue el capítulo 8 y Más allá del muro se convierta en Walking Dead. No sé si estoy preparado para el invierno que llega. Desde luego, para el verano, no. Mi conflicto en la operación bikini se ha recrudecido.

Para poner mi distorsión de percepción corporal en su justa medida, he empezado a leer libros agrios sobre el cáncer (os recomiendo: “Mi cuerpo también”, de Raquel Taranilla; “Ebrio de enfermedad”, de Anatole Broyard; “Crónicas del linfoma”, de José Comas; “La enfermedad y sus metáforas”, de Susan Sontag).

La única alegría que he tenido esta semana también me ha llegado catódicamente: Vicious, un cruce de Los Roper y Absolutely Fabulous, protagonizado por Sir Ian McKellen y Sir Derek Jacobi, sobre una pareja de viejas maricas que llevan 50 años aguantándose y se pasan el día insultándose.

Yo haría un remake aquí con mi querido Marc Giró.



No hay comentarios:

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...