jueves, 2 de noviembre de 2017

Man in an Orange Shirt (BBC Two)


Una nueva serie gay británica. ¡Oh, no, otra vez no! Qué poco les gusta a los maricones verse retratados en la ficción (y cuando digo “ficción” quiero decir “verdad”). Para los más reticentes diré que esta solo tiene dos capítulos. El primero cuenta el amor imposible de dos soldados que se han conocido en las trincheras cuando vuelven del frente: uno se convierte en un pintor bohemio y el otro en un triste banquero, que se casa con su amiga de la infancia porque es lo que se hacía entonces. No sé si es por lo pavisoso que es él (aunque no puede estar más bueno), lo antipáticos que resultan ella y el amante, o simplemente por falta de metraje, pero creo que es una historia que hubiera dado más de sí. El segundo es mucho mejor. Ambientado en la actualidad, cuenta la historia de un veterinario adicto a las aplicaciones de sexo que conoce a un arquitecto en su consulta y le contrata para que reforme la casa de campo que le regala su abuela (Vanessa Redgrave). El punto de vista es maravillosamente reaccionario y tiene grandes frases retrógradas: “esto no es una peli porno” o “hay una persona dentro de estos pantalones”. El descubrimiento del cuadro al final es un poco Deux ex Machina, pero el mensaje no puede ser más triste cuando se le pone cara a la camisa naranja: ¿y si las aplicaciones son la nueva cárcel en las que nos encierra el heteropatriarcado?

Como dice Jack McFarland en la vuelta de Will & Grace: “Grindr está tan quinqui que me da miedo coger herpes de solo pasar el dedo por los perfiles”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Marvelous

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