Hoy voy a hablar del malditismo en Madrid, pero tranquilos, que no os voy a dar la chapa con Eduardo Haro Ibars, ni con Iván Zulueta y mucho menos con Leopoldo Mª Panero (volví a ver hace poco el Desencanto, crónica del malditismo en la dictadura mesetaria y, bueno, lo único que puedo decir es que te dan unas ganas horrorosas de irte al barrio chino de Barcelona a rememorar los días de San Genet de Todos los Chapis). No eran más que niños de papá (artista), los tres, Genet no, Genet era como el niño de Can Tunis.
Los nuevos scapigliatos madrileños somos los condenados a echar de menos la exhuberancia irracional del boom del ladrillo, las Cuatro Torres, el tamaño importa de la T4, la promiscuidad del AVE, el cosmopolitismo de los veranos en Cabo Pino, el Heil Aznar, las dádivas de cocaína, el desdén de los Lolitos, la ruina de los zapatos de Prada… toda esa maldad que nos ha llevado a estar donde estamos. El malditismo de hoy es no tener dinero… Oh, Gosh, how I miss it!
viernes, 5 de noviembre de 2010
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