martes, 22 de mayo de 2012

Huelga de tetas caídas

1.
Parafraseando la última campaña contra el consumo de alcohol: el tiempo que le dedicas a Smash se lo quitas a todo lo demás. La serie Smash consume las pocas horas de tiempo que me quedan sin trabajar. Ahora que la he terminado, me he puesto a repetir capítulos. El tiempo que le dedico al alcohol no se lo quito a Smash porque combinan muy bien. Smash me ha hecho profundamente feliz e infeliz a partes iguales. Feliz porque es la serie donde me gustaría instalarme a vivir e infeliz porque no puedo.

2.
Estoy un poco cansado de aquella máxima de Rita Hayworth en Gilda: “si fuera un rancho, me llamarían Tierra de nadie”. Deben ser la primavera y la lectura de Beckett: “Tortícolis de tanto admirarte”, como dice la protagonista de Días felices, esa es mi máxima ahora. Aunque luego me engañen como a una travesti paraguaya.

3.
San Sebastián no murió asaetado, murió de susto. Esa es la teoría que defiende mi adorado Tom Stoppard en Jumpers. Para ello se basa en la paradoja de Zenón, ya sabéis, la de Aquiles y la tortuga. A veces pienso que esta aporía podría definir mi so-called vida sentimental de los últimos años. Love is a losing game, and I am a gambling man (you are so right, sister).

4.
Lo cual no sé si me convierte en un MEDE (Más Equivocados De España). Es un término que me acabo de inventar y que tendría una ecuación parecida a la siguiente:

(Éxito laboral – Miedo a que se den cuenta que eres un timo) elevado a tu fotogenia + nivel de inglés / talento natural – coeficiente intelectual + diferencial de la suerte que te ha tocado – capacidad de mentirte a ti mismo / nivel de autocrítica – grado empatía * aceptación de la soledad. Y todo dividido por esa sensación secreta que no comentas a nadie de que el demonio son los demás.

5.
Por lo demás, pocas novedades. Indefensa ante el acecho de hacienda y la operación Biquini. La noche de sábado nos encontramos en la discoteca a una vieja gloria del cine español, la primera actriz que conquistó Hollywood, echándose un baile a las 4 de la mañana. Horas más tarde, de la mano de un politonero guapo de caerse muerto (dropdead gorgeous) buscando un taxi detrás de la Biblioteca Nacional. Conan, mi monitora del gimnasio, insiste en que tengo que aumentar pecho. Hoy he decidido que voy a hacer huelga de tetas caídas. Madrid está precioso. Como escribió Yeats: “How can we know the dancer from the dance?”

2 comentarios:

Anónimo dijo...

MAR-A-VILLA, ese lugar al que nos tenemos que ir de vacaciones.
Ad

Anónimo dijo...

Why do I wish I had ever played?
Oh, what a mess I didn't make
And now the same old-shitty frame
Love is no wining game

A de V

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