viernes, 30 de mayo de 2008

I’ve got 2 tickets to NYC

Madrid lleva dos semanas con un clima infamous, de cuarta, lo puto peor, como quiera llamársele, una especie de Joker de mal gusto. Digamos que sale el sol hasta las 11:00 am y luego se nubla y se pasa el día chispeando hasta las 9:00 pm, cuando se abre el cielo otra vez. Los morenéxicos nos pasamos el día asomados a la ventana intentando adivinar el movimiento de las nubes (como en un anuncio de Isabel Coixet), rezando por un clarillo de sol, corriendo a la terraza de bar más próxima cuando se abre un poco, para después nublarse otra vez y pasar hasta frío. Los autobronceadores oscurecen la piel, pero no iluminan el alma. Estoy por darme un chute de testosteronas, así en plural.

Es viernes por la noche en todo el universo y lo único que me queda para salir de este estado de desánimo à la Coixet es pensar en New Yol. Disculpas públicas a mi tío Jota por ello, él y yo sabemos por qué.

Ayer en el gimnasio descubrí en VIVA (el canal de vídeos que veo cuando hago bicicleta) a un chico alemán que también piensa en NYC mientras pedalea. Su disco se llama Cookies (ñami, ñami, que diría Adolfo).



Y ya de paso, añado otro vídeo más antiguo, pero mucho más New Yol, el de Disco Lies de Moby, versión no censurada que, por cierto, suena en la fiesta más New Yol del año, la del principio de “Monstruoso (Cloverfield)”, que es mucho más real que la fiesta del “That’s the way love goes” de Janet, que era como yo imaginaba en los 90 que iban a ser las fiestas en la gran manzana (cuadro de Miró incluido), en vez de tanto móvil, tanta cámara y tanto niñato de por medio.

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