lunes, 10 de junio de 2013

El fierecillo domado

Empecé a ver The taming of the shrew de la compañía Propeller pensando que me había equivocado de día y había sacado entrada para Twelfth Night. Cateto de mí, no sabía que la obra tiene lo que se llama una Inducción, de forma que la historia de Verona queda dentro de otra historia, la de Sly, un borracho al que gastan una broma tratándolo de señor y para el que representan la historia de Petruchio y Kate. Por lo visto, en algunas representaciones, Sly se queda dormido mientras ve la historia, aunque en esta Sly acaba representando a Petruchio. No me gustó el cierre añadido por Edward Hall (hermanastro de Rebecca Hall, hijos los dos de Sir Peter Hall), donde Sly aclara al público que sólo se trata de una obra de teatro. No hacía falta. Supongo que era para contrarrestar el famoso discurso final de Kate, que tanto debate ha suscitado con los años: que si sincero, que si irónico, que si Petruchio la ha domado, que si ella se ha dado cuenta de que son tal para cual… En esta versión, Kate es totalmente sincera, pero ya digo que no hacía falta pedir perdón por ello al final. La historia es una farsa brutal y pretender contarla con ironía o hacer de Kate una heroína feminista me parece tomar por tonto al espectador. Es como si al final de Superman aclararan que nadie lo intente en casa. El trabajo de los actores es estupendo, aunque sí que eché de menos que Kate estuviera interpretada por una mujer. Como también eché de menos las canciones de Kiss Me Kate, el musical de Cole Porter donde una compañía representa The taming of the shrew, que creo que es mi versión favorita de la historia, en especial el Kiss me Kate de 1999 en Londres, con Bernadette Peters (disponible en Youtube).



No hay comentarios:

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...