sábado, 29 de junio de 2013

Termómetro estival


Acabo de entrar en los 40 y tengo la sensación de que todavía nadie me ha dicho la verdad, así que no sé si soy la persona más indicada para ir pontificando, pero ahí va mi particular termómetro:

Sube: 

• Las ofertas de bótox y ácido en Grupalia: con unos médicos buenísimos con su título y todo.

• El ají amarillo: porque el tabasco irrita los labios, lleva demasiado vinagre, se carga los platos que vengan después y arruina el vino.

• El Bloody Mari de gazpacho: sustituye el zumo de tomate por gazpacho y el tabasco por el ají, y adiós resaca.

• Comer verduras: no os dejéis engañar por las dietas paleo, la carne no es para el verano. Cada vez hay más buenos restaurantes donde, para ahorrar en materias primas, apuestan por la alta cocina de verduras. Que sí, que pagar unos puerros a precio de gambas es un despropósito, pero para las gambas que ponían últimamente…

• Los pantalones Capri, tobilleros, cropped, remangados… eso sí, pitillo, pitillo.

• Con el ivoox, han proliferado los programas de radio de pseudocelebrities por internet: Mario Vaquerizo y Nacho Canut (gladyspalmera.com), Miguel Agnes (radiocarcoma.com), blogeras con pereza para escribir (Zapatos planos)… y en plataformas neardentales, Carlos Areces (La curiosidad mató al gato, en Radio 3), Francis Guzmán (de La Polaca, en Onda cero).

• El nuevo cine mejicano: no he visto nada, pero si está de moda, está de moda.

Baja: 

• El bótox en las axilas: la experimentación sobaquera es todo un clásico del verano, pero desde aquí os lo digo, amigas, no lo probéis. Secar, seca, pero la piel de alrededor se arruga como la entrepierna de un elefante.

• Mario Vaquerizo: ahora lo que más se lleva es ponerle a caer de un burro en la sobremesa de todos los restaurantes de la ciudad (menos El Paraguas, al que dice ir mucho: con lo rata que es y lo que le gusta el Burger King, qué queréis que os diga, yo no me lo creo).

• Los restaurantes con vistas. Una cosa es pagar por la decoración de un restaurante, el ver y ser visto (para esos días en los que tienes el estómago cerrado, algo que a mí no me suele pasar), y otra muy distinta es pagar por las vistas de las ventanas/terrazas, que es muy de pueblo.

• Y hablando del pueblo, los nombres de los casos de corrupción: Los señores del Sur (Eres); La dama de noche (Malaya); El Bigotes, El Albondiguilla, Don Vito (Gurtel); El conde empalmado (Urdangarín).

• La ley francesa del “fait maison”. Su objetivo es ejemplar: acabar con el uso de comida congelada e industrial en los restaurantes, ¿pero realmente hay tantos restaurantes donde se usa comida industrial? Yo soy un poco bisoño en cocina francesa, pero sus sopas siempre me han parecido un poco homogéneas y umámicas. Claro que aquí nos sirven algunos gazpachos que sólo les falta la publicidad en la loza.

• La excusa del no me había pasado nunca: señores, a partir de este mes, el Viagra ya es un genérico. Qué miedo de Orgullo…

• El calimerismo: que sí, que ya lo sabemos, te han bajado el sueldo, tienes que hacer más horas, no sabes si te vas a tener que mudar, estás siempre a la última pregunta, con los hombres, como el culo, y todo esto sin entrar en temas serios… ¿Qué mejor momento para mentir y decir que estás estupenda? Mejor dar envidia que lástima. Si hay que caer, mejor de unos Prada que no te puedes permitir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cuidado orgulloso, sí. Ad

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