martes, 10 de septiembre de 2013

La marca Madrid: a relaxing cup of café con leche

Antes de nada quiero comentar mi último hobby: es una app que me enseñó Eva que se llama Perfect 365, con la que puedes retocar tus fotos: aplicar filtros, flous, afilar la nariz, limar la mandíbula, aumentar pómulos. No soy muy aficionado a la fotografía (no es de ahora, es de siempre), pero pensé que tenía que probarlo. Cuando por fin saqué un rato, me volví loca: como es una aplicación para mujeres, no puedes aumentar el tamaño de las cejas, sólo reducirlas, pero tiene una gama de maquillaje que ríete tú de la Sta. Pepis. Servidor, que tuvo contadas oportunidades de jugar con la Gwendolyn de pequeño, vio el cielo abierto. Desde aquí quiero dar las gracias a los amigos que me han servido de cobaya. No publicaré las fotos por respeto a sus familias, pero el que quiera que me siga mandando.

A una ciudad no se le puede hacer un lifting en un día, ni siquiera en un año: sus memes (genes culturales) pesan demasiado. Y la verdad es que entre Madrid o Tokio, qué queréis que os diga. En Tokio se han rodado “Lost in Translation” o “Lobezno Inmortal”; aquí, “Holmes & Watson: Madrid days” y “Desde que amanece apetece” (la película que eligió TV1 para ahogar las penas después del chascazo de Buenos Aires. Qué grandes). Es lo que va de Javier Marías a Murakami (no digo que el primero sea peor, es la idiosincrasia de cada uno), de Shibuya a Malasaña, de la tapa con chorizo al sushi, de los anuncios de Comme de Garçons a los de Loewe. Por no hablar de economía y consumismo: la lista de sponsors de la candidatura japonesa o las 11 tiendas que tiene Vuitton sólo en Tokio.

Adolfo y yo supimos del Bienvenido Mr. Marshall que se nos venía encima cuando conectaron el sábado a mediodía en el telediario con el descampado donde está abandonado el Estadio de la Peineta y con la salida de metro de la Plaza de Toros de Las Ventas, que parecía que iba a salir pidiendo la señora del anuncio de seguros de Almodóvar (http://champan-y-zumo-de-naranja.blogspot.com.es/2013/03/y-los-espanoles.html).

En cuanto a Ana Botella, qué decir: sigue siendo mi musa indiscutible, la suegra ideal, la profesora hijaputa el resto del año de la que te haces amigo en el viaje de fin de curso, Hillary Clinton y Sarah Palin en una. La pobre, que se ha dejado la piel literalmente aprendiendo inglés para que ahora los catetos de turno vengan a reírse de su acento (¿acaso los americanos se ríen de Hillary cuando chapurrea en Spanish?). Dar ese discurso cuando ya sabes que tu candidatura ha perdido (porque es imposible que no lo supiera) es de amar. A modo de homenaje, terminé la noche del sábado más despeinado que ella, pero esa es otra historia.

No es que no me guste el café con leche en la plaza Mayor (prefiero el de la Plaza del Ángel, que hay más Winstrol), pero aquí hago otras propuestas para la marca Madrid, a ver si levantamos el ánimo: Gareth Bale, la madre de Gareth Bale, el padre de la novia de Gareth Bale en Barcelona, Eurovegas, el principio de Las brujas de Zugarramurdi, la reciente soltería de Miguel Ángel Silvestre, los problemas de la Casa Real, el World Pride 2017, la próxima película de Amenábar, las últimas novelas de Santiago Lorenzo y Manuel Longares… Como dijo uno que pidió un vermú rojo de Madrid el otro día en el Mercado de San Miguel cuando le preguntaron si lo quería suave, seco, fuerte: "Vermú rojo, de Madrid".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

121Siempre he pensado que es una hija de puta, pero desde el café y bocadillo de calamares en la plaza mayor, SOY FAN. ME ENCANTA.

Anónimo dijo...

Yo la veo un poco Almodóvar, es decir, un caso más del traje nuevo del emperador, con sus lacayos. ¿O acaso el profesor de inglés/dicción/oratoria se lo infiltró el PSOE? Qué grandes. Ad

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