jueves, 13 de agosto de 2009

Confesiones al borde de la piscina

- Ya no salgo nada, estoy ahíta de noche, siempre es lo mismo, prefiero quedarme en casa viendo películas mientras tomo un refrigerio.



- ¿Y qué has visto últimamente?

- Pues vi Le yeux sans visage (1960, de George Franju), la película que Bibiana Fernández cita cuando se pone cultureta, un clásico de la ciencia ficción de la cirugía estética; Tarzan and his mate (1934, de Cedric Gibbons), es curioso que el director sólo hiciera esta película y se convirtiera luego en el máximo decorador de la época dorada de la MGM, con los pocos decorados que salen en la selva, de todas formas es totalmente pre-código Hays... ese baño desnudo de Jane; Random Harvest (1942, de Mervin LeRoy), un clásico para nuestras madres, me la recomendó Stephen Fry; Arise my love (1940, de Mitchel Leisen), simplemente maravillosa; Tea and Sympathy (1956, de Vincente Minnelli), qué gran escena la de los dos compañeros de cuarto cuando uno le enseña al otro a perder la pluma; The picture of Dorian Gray (1945, de Albert Lewin), no sé qué espera Amenábar para hacer una nueva versión con Penélope teñida de rubia haciendo de Sybil Vane, Bardem del hermano y Robert Pattinson de Dorian; The rains of Ranchipur (1955, de Jean Negulesco), ahora entiendo por qué Manuel Puig echó de su casa a Nestor Almendros cuando le dijo que no le gustaba Lana Turner; On the town (1959, de Stanley Donen y Gene Kelly), bastante tonta, la verdad; Death takes a holiday (1934, de Mitchel Leisen), la peli en la que se basa ¿Conoces a Joe Black?; y anoche vi The best of Everything (1959, de Jean Negulesco), el tipo de película donde no te importaría instalarte a vivir.

- Uy, que lata


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