El que escribe no ha estudiado gestión empresarial nunca (ni ganas), pero no hay que ser un lince para saber que las malas noticias en el trabajo se dan los viernes. No el lunes, con toda la semana por delante, sino los viernes, para que te emborraches por la noche y olvides lo poco que hemos cambiado desde los tiempos de Espartaco.
Los atentados terroristas suelen ser los martes, porque los lunes los periodistas están demasiado dormidos y se les quiere despiertos para repetir la noticia el resto de la semana.
Las acciones gubernamentales que incumplen la legalidad, los sábados.
Los flechazos pueden ser cualquier día, pero el que nos damos realmente cuenta de lo enamorados que estamos es el domingo. Yo hace mucho que bebo los domingos para no tener que pensar en este tema.
Los miércoles son los días que decides dar un giro a tu vida: un cambio de peinado, un cambio de trabajo, un cambio de pareja, un cambio de residencia... La semana está tambaleándose en su eje y eso produce unos vértigos que a mí me encantan.
El jueves es un día perfecto para iniciar un viaje.
Y los lunes, como me decía Annabel hace poco, si los lunes fueran tan fáciles como yo...
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2 comentarios:
Excelso post. He reposteado una frase de Domingo.
Qué resaca... claro, ayer fue domingo :S
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