Mostrando entradas con la etiqueta Pedro Almodóvar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pedro Almodóvar. Mostrar todas las entradas

miércoles, 27 de mayo de 2009

Pedro explota

Pedro está harto y responde a los ataques de Boyero en su blog:

http://www.pedroalmodovar.es/PAB_ES_11_T.asp

No creo que Boyero merezca tanto esfuerzo, Pedro, tú estás muy por encima de todo eso, pero sabiendo cómo te afectan los juicios de los demás (1) -algo que ningún gay acaba de superar, por muy transgresor que haya sido-, te entiendo, te apoyo y suscribo todo lo que dices.

Boyero es un pésimo escritor y visionador de películas, tiene ademanes de gángster, una pluma horrorosa (a pesar del estampado) y un tono cuando habla que da grima. Sus "no me dice nada", "la película no me transmite", "me deja frío" con los que apuntilla sus críticas en el programa semanal del + dan pena. Como pena dan sus colaboradores (Lindo, Zabala, Roncagliolo... hay que tener estómago). Por no hablar de su labor en El País. Y conste que estoy superafavor de las críticas subjetivas, pero con AAAAARTE.



(1) Te afectan los juicios, te gustan los premios y te toca el hornito que tus películas bajen de recaudación por culpa de las críticas, como a todo hijo de vecino.

lunes, 30 de marzo de 2009

Los abrazos rotos III

Literatura

Pedro ha ido sustituyendo, en un desesperado intercambio, la realidad por la literatura en sus últimas películas. Supongo que todo empezó con la Flor de mi secreto, no porque la protagonista fuera escritora, demasiado obvio, ni porque se hablase de literatura femenina, de la seria y de la frívola, ni tampoco porque a él le salga negro por mucho que intente escribir rosa. A Pedro hace mucho que el rosa ya no le interesa.


La escena principal de La flor… alrededor de la que se articula toda la película, la visita de permiso de Imanol Arias a Marisa Paredes, es una “velada” apropiación de un cuento de Dorothy Parker (El permiso maravilloso, incluido en Narrativa completa, de Lumen), donde hay frases calcadas. Pedro, cuando no se confiesa, no es un homenaje, es un plagio. (Queda pendiente otro capítulo de Plagio, carnaza y mucho esparadrapo).

Lo que otros han dicho

Pero La flor… inauguró para mí otro tipo de literatura secundaria, la literatura crítica alrededor del cine de Pedro. Fue una maravillosa crítica de Guillermo Cabrera Infante publicada en El País: “El indiscreto secreto de Pedro Almodóvar”, donde le comparaba con Leisen, Cukor y Chabrol (entre los cineastas) y con Manuel Puig y Lorca (entre los escritores). Creo que nadie ha vuelto a escribir tan bien sobre Pedro (http://www.clubcultura.com/clubcine/clubcineastas/almodovar/esp/peli_flor4.htm).

Muñoz Molina, antes de convertirse en ese lingüista de reconocido prestigio que es ahora, había escrito una crítica de Kika tan moralista y poco afortunada como otra que hizo de la obra de Joseph Beuys.

Luego vinieron las “Conversaciones con Pedro Almodóvar” de Frédéric Strauss, suerte de homenaje al libro de cine que escribió Truffaut sobre Hitchcock, las tesis sobre el cine de Pedro, los homenajes en la Filmoteca Francesa, etc.

Las críticas de Los abrazos rotos no han sido tan creativas. El premio a la idea feliz se lo lleva sin duda Vicente Molina Foix por encontrar ese “vínculo elocuente” entre Los abrazos… y El rey Lear de Shakespeare. Comparar la escena del ciego y el lazarillo en la playa de Lanzarote con el peligroso acantilado al que se acercan el conde ciego y su hijo es puro delirio tembloroso. Que lo puedes incluir como anécdota en una crítica elaborada como la de Cabrera Infante, pero convertirlo en el centro de tu reflexión sobre la película demuestra muy pocas ganas de pensar en Pedro, que hacen sospechar un desencuentro entre dos que fueron amigos. Luego está el peloteo de Gustavo Martín Garzo, que repite lo que ya hizo para Volver y La mala educación, pero este señor no tiene talento. Millás ha tenido también su acercamiento a Pedro, se nota en el principio de Los abrazos… cuando el director resume su estado vital: parece una columna de Millás.


En cuanto a mis amigos, aparte de los que han incluido su crítica, a los que se lo agradezco mil, Adolfo me comentó que Chicas y maletas debería haber sido calcada a Mujeres… que a qué cambiar esas tonterías del argumento, debería haber sido el diálogo calcado: aprender a reírse de uno mismo. Jose Ignacio, que qué vago, que tenía que haber escrito un guión de comedia nuevo para Chicas... Pepa, que qué mal la confesión de Blanca Portillo, que si llevas 20 años callándote algo, sigue haciéndolo, sobre todo la confesión al hijo.

La próxima

En fin, yo insito en la despersonalización en el cine de Pedro, que me temo que con los años irá a más. Sus personajes serán cada vez menos reales, más ideas. A menos que cambie de colaboradores: Jesús Ferrero, Ray Loriga, Gonzalo Suárez (¿no encuentras a nadie más afín, cari?) el cine de Pedro se ve avocado al simulacro. Por favor: “Tarántula” ya, con Antonio Banderas, Penélope y Rubén Ochandiano. Vuelve a tu etapa Kika.



Y cuidado con la antropofagia, que aunque como decía su adorado Hitchocok: “el estilo se parece a la antropofagia, pero sólo cuando uno es caníbal de sí mismo”, mucha antropofagia puede producir indigestión.


(Regalito en comentarios)

miércoles, 25 de marzo de 2009

Los abrazos rotos II

Volví a ver la película el sábado, en Callao, con mi hermano, Julia, Pakipedia (porque es muy redicha) y Adolfo. Les gustó mucho a todos.

Esta vez me creí más la historia de Mateo y Lena, pasé de las referencias cruzadas de Pedro y me emocionó mucho más. Me volvió a encantar la pareja del ciego y el lazarillo, el glamour europeo que destila la película, Lluís Homar y Jose Luís Gómez (que se me había olvidado que los había visto juntos en teatro en 'Play Strindberg'), las primeras frases: “si no es caniche, no es Goldie”.


Había pensado hacer una fiesta en casa “A ciegas: cuarto oscuro” después de la película, pero me entraron las mismas dudas que a Pedro con la escena del restaurante a oscuras y la cancelé. Dice que la incluirá en los extras de DVD. Yo no sé.


De hecho, Asier sale en los títulos de crédito de la película y no se le ve. Claro que también sale Carlos Berlanga por la portada de su disco Indicios que se ve en el cajón de las fotos. Con Pedro, nunca se sabe. Mejor que no te dé el subidón cuando te llama, porque entre que se decide o no se decide (que se lo cuenten al pobre de Noriega, que se cansó de hacer pruebas de travesti y luego para nada), si te corta o no te corta (como le pasó a la Machi en Volver que iba a hacer de hermana de Blanca y a medio rodaje cortó el papel de un plumazo)… te puede pasar como a Rubén, que ya tenía empantanada una mudanza y se tuvo que volver.


Esta se nota que ha sido una película muy complicada de montar. Y no sólo por los saltos temporales, que están mejor que nunca y le dan un aire de novela que creo que es lo que más me gusta de la historia. Creo que a Pedro le ha costado mucho dar con la toma buena de Penélope en cada escena, que está maravillosa, pero le cuesta. Lo de terminar aunque sea a ciegas es más que una metáfora. Está obsesionado con controlar el drama y mantener el tono en la comedia. Por lo visto el tema de los agudos ha provocado más de un viaje en AVE. No quiere agudos.

Puede que el tema de los cortes sea el responsable de algunos de los fallos de raccord argumental de la película como las fotografías rotas que recoge Judith en el bungalow de la pareja (¿quién las ha roto?). Ya tengo ganas de verla otra vez.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Los abrazos rotos

“Tengo los brazos partíos
de luchar por acercarme”

Así empiezan unas conocidas sevillanas de Los Marismeños y así debe de sentirse Pedro Almodóvar cada vez que intenta abrazar la realidad, que con los años se le resiste cada día más. Dicen que esta película es todo un homenaje al cine. Más que un homenaje, diríase el grito de auxilio de alguien que intenta desesperadamente vivir la realidad a través de las películas (ajenas). Y no seré yo quien se lo reproche. Pedro, no le eches la culpa a la fama, "la realidad debería estar prohibida".


Los brazos no, una pierna es lo que se rompe Lena (la oscarizada Penélope Cruz) en medio del rodaje de una screwball comedy que espera la redima de otra realidad: la de su dramático matrimonio con Ernesto Martel. ¿Acaso no lo son todos? "Y que conste que a mí me encanta el drama. Y llorar. Lo que no soporto es ir siempre de zarrapastrosa." Pero vayamos por partes.

2 años antes

Cada vez que Pedro anuncia película, sus fans notamos que empiezan a apretarnos los botines y no podemos descalzarnos hasta el día del estreno. Ese día nos sentimos decepcionados, pero volvemos a ver la película para cerciorarnos. Y entonces nos gusta un poco más. Al tercer visionado ya nos sabemos los diálogos de memoria: “me gustó menos que la quinta vez que vi Cara de culo pero mucho más que la tercera vez que vi Halitosis”. Hitchcok criticaba a “sus amigos” los verosímiles, los lógicos, a los que Pedro ignora. El máximo exponente fue la monja que se lía con el travesti en Todo…. Las películas de Pedro, a fuerza de repetirlas, cada vez nos parecen más plausibles. Esta vez no ha sido así, Juanfra: es el estreno que más me ha gustado de sus últimas cinco películas.

Las expectativas

Pensaba que iba a ser más espesa, con esos referentes: Jules Bassin (por cierto, Rififi: peliculón), Rossellini (Te querré siempre), Antonioni (La noche), Fritz Lang (Los sobornados, Encuentro en la noche). Ese rodaje de “reflejo y consuelo” en Lanzarote, con lo mal que se ha portado el mundo canario conmigo este año (y van dos canarios). El trailer, tan arty, en plan Pina Bauch. El argumento, tan cine literario. Y el avance de “La concejala antropófaga”, tan poco creativo, a modo de spin-off o continuación de “Chicas y maletas”.



El estreno

Por suerte, la inclusión de “Chicas y maletas” es de lo mejor de la película. Y no me refiero a esos tres minutos de presunto final feliz, que no están mal, aunque cada vez soporto menos a la Machi. El rodaje de la película (comedia) dentro de la película (drama) está perfectamente engranado, en especial con el documental que rueda Ray X y el estreno forzado por Ernesto Martel para hacer volver a los amantes, con esa foto de Victoria Abril y Loles León en el periódico (¿homenaje?, ¿photoshop?, ¿puñalada?). Me encanta cuando dice él "Sólo falta el cartel de Se busca" y ella responde luego "Madrid me da miedo".

Otras cosas buenas: 1) Los títulos de crédito, tan cinematográficos. 2) Tamar Novas, lo adoooooooro. 3) La lectura de labios de Lola Dueñas. 4) Jose Luis Gómez, espectacular 5) Lluís Homar, impresionante 6) La escena en Lanzarote cuando Lena le dice a Mateo que la pareja de la foto son ellos (me recordó a La mala…, a la escena de los cabezudos, cuando Gael le dice a Homar que se ríen de ellos). 7) El último beso, que vi en Informe Semanal y no me gustó, pero en la historia es emocionante. 8) La canción de Poveda.


Pero si hay algo que define a Los abrazos… es la auto-referencia. Si en Volver podríamos decir que estaban Qué he hecho yo… y Tacones…, en esta película están Mujeres… (no solo por Chicas y maletas: esos tacones paseando de Lena en una toma idéntica a la de Pepa en Mujeres), Kika (el personaje de X Ray, mezcla de Ramón, el hijo ignorado de Charo López, y Andrea Caracortada), Carne Trémula (el sentimiento de culpa, el maltrato), Hable con ella (las simetrías, el esteticismo de la isla) y La mala educación (el juego de matrioskas, el cine dentro del cine). A veces, llega a sonrojar el grado de ego de Pedro, sobre todo cuando pone a su ex en la vida real de camarero en Chicote. Cariiiiiiiño…

Se echan de menos Átame y La ley del deseo. Lena sería un personaje más simpático si fuera menos moral, en el sentido en el que lo era Ricky. En lugar de justificar su prostitución con el cáncer de su padre, hubiera preferido que hubiera sido más “en mi casa colaboro con quien me da la gana”. Y el amor, en tanto que corolario del deseo, es mucho más emocionante cuando es imposible que cuando lo trunca la mala suerte.

Otros peros: el doblaje con el que Penélope rompe con Ernesto, un poco forzado; las confesiones de Blanca Portillo, la que hace a Homar y, sobre todo, la que hace a Novas (tienes razón, Chendo); la banda sonora, salvo al principio y al final; los diálogos, que no son tan jugosos como en otras películas (aparte de los consabidos mancheguismos, tipo “Ese melón, mejor no abrirlo”, falta espontaneidad. De nuevo la falta de realidad, de calle).

Penélope

Ella es la que salva la película. Con un personaje básicamente antipático que parece escrito para mi adorada Mar Flores, Penélope hace un trabajo inolvidable. La escena de la prueba de pelucas es antológica. Al principio pensé que su pareja con Jose Luis Gómez sería tan creíble como la de un caballo balancín y una maleta de cuero, como diría Noël Coward, pero me equivoqué. Los suyos son los verdaderos abrazos rotos. Los que se da con Lluís Homar, son abrazos destinados a romperse, que es distinto.

La película: primera impresión

Como decían de los besos de Gary Cooper, es como coger una granada a punto de explotar y no atreverse a soltarla: maravillosa.

Curiosidad: Almodóvar y Tarantino llevan años haciéndose homenajes (mamadas mutuas), desde Jackie Brown, la película más almodovariana de Tarantino. En concreto, me refiero al guiño a la chica en coma violada de Hable con ella, que Tarantino homenajeó en Kill Bill, con Uma Thurman despertándose del coma. Como respuesta, Almodóvar le hace un guiño con las uñas rojas de los pies de Kira Miró, las mismas con las que empieza Death Proof…, por no hablar del coche de Ray X, sospechoso de asesinato, claro homenaje al coche de Kurt Russell. Deberían dejarse de tonterías y liarse de una vez.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Mi Miguel

Miguel saca este año un disco doble que se llamará "Coplas del querer" y ya tiene reservado en el Lope de Vega en Sevilla para hacer la presentación el 9-10 de junio.


Como adelanto, Pedro ha incluido en "Los abrazos..." la versión que ha hecho del "Queriéndote a ciegas" de la Piquer (ver comentarios), una zambra maravillosa que tanto le pega a Miguel y al argumento de la película, con líneas tan sufridas y hermosas como:

"No tienes que darme cuentas,
a ciegas yo te he creído,
yo voy por el mundo a tientas
desde que te he conocido"

"No hay dolor como esta gloria
de estar creyendo sin ver"

"Y hoy va solo por la acera
sin lazarillo mi corazón"

"Yo me clavaré en los ojos
alfileres de cristal
pa no verme cara a cara
contigo y con tu verdad"

OH, MY, I CAN'T WAIT!!!


sábado, 14 de febrero de 2009

Coca y flan

(Gonzalo Suárez y Pedro Almodóvar iniciaron juntos el libreto de Los abrazos..., pero se cuenta que acabaron peleados. Ahora la 2 contraprograma el estreno del nuevo corto de Pedro en Canal+, La Concejala Antropófaga, con un especial sobre Gonzalo. Aaaaay, Cayetana).

Con un título que remite a la movida (La funcionaria asesina) vuelve Pedro al formato corto después de casi 25 años (Tráiler…), si no contamos El amante menguante, que para mi gusto tenía que haberse proyectado al principio de Hable..., aunque luego durante la película hubieran salido algunas imágenes. Pero a quien realmente recuerda La concejala es a La Agrado (Todo…), por aquello del monólogo. Que Carmen Machi se ha ganado supongo que gracias a otro monólogo, el de La tortuga de Darwin (la obra de teatro de Juan Mayorga).




Él la presentó como un spin-off de un personaje muy secundario de Los abrazos…, aunque por la temática parecía más bien un trozo de Chicas y maletas, la película que rueda Harry Kane (pseudónimo que utiliza Lluís Homar), inspirada excesivamente en Mujeres… claro que Pedro tiene sus estrategias y sus secretismos.

El argumento es más bien simplón y, aunque sugiere imágenes antológicas, como la de cierta concejala de asuntos sociales comiéndose una polla mientras le meten un dedo gordo del pie en sendos orificios, no pasa de ser una boutade. Sorprende por otra parte que nadie en este país haya sabido crear personajes tan libérrimos como La concejala, Paquito (de La mala…) o La Agrado.

Aquí, en vez de la fusión gastronómica favorita de La Agrado, cava y helao, se pone tibia de coca y flan. La combinación provoca frases antológicas: “Hay que incentivar la cultura de la promiscuidad”, “Del cuerpo del hombre yo lo aprovecho todo”, “A mí también me gusta que me follen la faringe, como a todos”, “No hay nada más democrático que el placer”, “Eso es puro siglo XIX”, “A ver, que pase el próximo” o “Estás radiante, a pesar del estampao”.

Pedro Almodóvar dice estar harto de Pedro Almodóvar. Que le gustaría debutar como un huracán (Harry Kane). Pedro, cuando uno está harto de uno, no se homenajea constantemente. Quiero decir, el gazpacho de Mujeres es todo un símbolo, que puedes recuperar, sí, cari, pero no en una cocina con una mujer dormida en una silla que tiene un sueño erótico. No sé si era George Steiner o Umberto Eco quien hablaba del peligro de las referencias. También lo dijo el auténtico Vila-Matas: “donde se puede y se debe ser verdaderamente original es al citar”. La retrocita de Volver a La Flor…, donde la editora resumía a Leo el argumento de Raimunda sería un buen ejemplo.

Me quedé con la sensación de que si La concejala hubiera sido sociata en vez de derechona, hubiera sido más gracioso. Porque como bien dijo Becky, la mía, no la de Tacones..., no hay nada como reírse de uno mismo.

sábado, 7 de junio de 2008

Plagio, carnaza y mucho esparadrapo

“Mis pequeños robos no son meros homenajes a sus realizadores: me apropio de sus obras en beneficio de la historia que quiero contar” Pedro Almodóvar

He estado buscando un artículo que escribí hace tiempo sobre los plagios de Pedro, pero no lo encuentro. A lo mejor no lo escribí nunca. Recuerdo algunos: inconfesos (el sueño de Pepa en Mujeres… aparece en ¿Qué tal Pussycat?), confesos (los que él llama sus pequeños robos, como el de Opening night), inventados (el homenaje al baile de Antonio Gades en los Tarantos con la manguera de La ley… que no lo veo para nada), en fin, no tengo la cabeza para hacer memoria, así que seguiré buscándolo.

Todo esto viene al trapo de El asesino poeta (Lured, 1947) de Douglas Sirk. Woody Allen se inspiró, homenajeó y robó esta película de cine noir para el guión de Scoop. En la primera, una bailarina americana se mete a policía para descubrir al asesino poeta y se acaba enamorando del sospechoso, un soltero rico londinense. Cambió la profesión de policía (la gran Lucille Ball) por la de periodista, los poemas por el tarot, y cambió el final haciendo que el novio fuera malo, lo cual creo que está mejor en la antigua, porque un hombre como Hugh Jackman no necesita matar mujeres para poseerlas, como no lo necesitaba George Sanders, que está estupendo y borda el papel de sospechoso de asesinato. Hugh fue un caso grave de miscasting en la peli de Woody. A ver Bardem en Vicky Cristina Barcelona.

Por cierto que mi WebMaster ha cambiado la configuración para que añada comentarios el que bien quiera. Thx, Jose.

Ah, y el nuevo vídeo de Madonna, que no está tan mal como decían en la blogosfera, un poco parecido al de las proyecciones de Kylie y a la estética sesentona de Leopoldo Pomés que decora las paredes del Flash Flash, pero bueno, no diría plagio.

2017: tibio y desafecto

Ay, que ya nadie se acuerda de 2017. Aquí va mi resumen: Lo mejor del año  * La frase de "Juego de Tronos": “Maybe it real...