Bueno, ya estaba tardando. Hace dos semanas que la esperaba, sin saber cómo sería este año, todos los días me pasaba por el pasillo de espiritosos y hoy por fin ha llegado: "En un mundo absoluto, todas las noches son una mascarada".
El vodka se ha hecho travesti. Con un vestido rojo ajustado de lentejuelas y una excitante cremallera en la espalda. Corre porque se van a agotar.
jueves, 27 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
No sé por qué estas botellas navideñas me recuerdan tanto a la calle Granada como las festivas botellas de Evián al Pasaje La Trini. Geografías alcohólico-navideñas, supongo. Mi casa es un Pacharán Zoco, bien empelusado.
¡Qué burlesque!
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